Aurelio Martínez, que admite que llegó a temer por la venta, traslada ahora a sus patronos una dosis de prudencia y calma
Se vieron las caras el martes y se volvieron a ver ayer para estar poco menos que en el mismo sitio, con el agravante de que cada día que pasa aumenta el hastío y crece la incertidumbre. La Fundación se esfuerza en aparentar firmeza en su posición. Por mucho que se insista desde el Valencia de que la pelota está en estos momentos en el tejado del Patronato, en la Fundación quieren dejar claro que el escenario no es así. Pese a que desde hace días se asegura que el contrato de venta de acciones con Peter Lim está prácticamente cerrado y que «sólo faltaban unos flecos» (sobre todo después de salvarse los obstáculos de Andrés Sanchis y supuestamente el de Newcoval), la versión que se dio ayer es que hasta que el documento definitivo no se envíe desde Singapur y lo analicen los especialistas de PwC, no se va a convocar la reunión para votar. El retraso es ya más que considerable y como muy pronto hasta el martes o miércoles no se producirá la decisión definitiva.
Pretende de esta manera la Fundación asegurar el paso que quiere dar y quitarse de encima la presión que desde diversos sectores, sobre todo desde el club, se está haciendo para que haya Patronato y se decida la votación. Si no hay respaldo de la consultora (deberá comprar la oferta inicial con la que queda) no se llama a votar. Otra cosa es que PwC arroje alguna duda en su informe, aunque ya eso sería responsabilidad de los patronos a la hora de tenerlo en cuenta o no.
Ayer, por ejemplo, sorprendió que en la reunión -calificada de informal- no asistiera Amadeo Salvo, pese a que el presidente estaba a esa misma hora en las oficinas del club. De hecho, cuando terminó la reunión, Salvo coincidió con los patronos en la calle ya que el presidente valencianista entraba precisamente en el bar donde éstos mantuvieron tan atípico cónclave. Salvo y Aurelio Martínez se saludaron al más puro estilo valenciano (un largo «¡yeeeee!»), dando la impresión de mantener -aparentemente- una cierta dosis de complicidad.
Es más, admitió el presidente de la Fundación que tiene un constante diálogo con Salvo. De hecho, tuvo que ser él quien le informara de lo que piensa Peter Lim después de su viaje relámpago el martes a Singapur. Aurelio Martínez trasladó a sus compañeros de Patronato en qué parte del guión se encuentra ahora este culebrón y aclaro también algunas dudas que surgieron durante el corto debate.
En apenas tres cuartos de hora se levantó al sesión, a la que asistieron también los dos vicepresidentes (Belda y Zaragosí) y casi la mitad de los patronos: Francisco Blasco, Eva Turanzo, Vicente Muñoz, Mateo Castellà, Alberto Peñín, Isidro López y Fernando Giner. Llama la atención que, a diferencia de lo que ocurrió la semana pasada, en esta ocasión sí se avisaron a los patronos institucionales, un detalle que no ocurrió en dicha ocasión y que sentó bastante mal entre los afectados.
En un intento por inyectar algo de calma, Aurelio Martínez manifestaba en un improvisado coloquio que para este fin de semana se espera de una vez por todas la revisión del contrato de PwC antes de pasar su informe y que, de esta manera, los patronos lo tengan ya a su disposición durante los días previos a la votación. Pese a todo, hay un sentimiento de coincidencia general: si no llega el contrato en estos días o durante la semana que viene, se hará difícil imaginar un Valencia con Peter Lim al frente.
De hecho, Aurelio Martínez llegó a reconocer que en los días pasados, cuando se destapó la situación de Newcoval y Sanchis, llegó a temer por la posibilidad de que todo acabara saltando por los aires.
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