Bloqueado y con sobrepeso. El Valencia vive una situación tremendamente familiar. Como cada verano, la plantilla tiene un sobrante demasiado pesado. Hasta 14 futbolistas están en el mercado esperando un nuevo club en el que jugar la próxima temporada. La única salida real ha sido la de Miguel Ángel Moyà con destino al Getafe. El resto sigue esperando.
Hay overbooking en todas las posiciones. Desde Renan hasta Chori Domínguez, existe un nutrido grupo que tiene el cartel de transferible y apremia venderlos, cederlos o regalarlos. No es una exageración. El Valencia tiene un serio problema de plantilla y en el club se trabaja a destajo para intentar solucionarlo.
Para presionar a los que no cuentan pero no piensan ni de lejos moverse, el técnico ya ha dejado caer que no harán la pretemporada con el equipo y que no le va a temblar el pulso a la hora de dejar a varios futbolistas entrenándose en solitario en Valencia mientras el resto de la plantilla se prepara en Austria.
Pese al exceso evidente de jugadores, el club ha sabido cerrar con rapidez los refuerzos en la columna vertebral del equipo. Braulio ha incorporado a Diego Alves para competir con Guaita en la portería. Ha fichado al mejor central de Francia: el mediático Adil Rami será el jefe. Y por último se ha llevado a una de las perlas de la sub 21: Dani Parejo tendrá la complicada misión de ser el canalizador de juego.
Con la llegada de estos tres fichajes, al Valencia le faltan dos refuerzos más y una guinda. Se busca un central de garantías y con capacidad para sacar el balón jugado desde la zona izquierda. También se ha sondeado el mercado de los laterales derechos. El objetivo es que salga Miguel, al que no se aguantan más sus indisciplinas, pero las ofertas no llegan y la opción de que se vaya Bruno —le gusta a Manzano— tampoco está descartada.
A estos dos refuerzos se unirían nuevas incorporaciones siempre que se pueda aligerar la carga. Uno de los que podría marcharse en breve es Joaquín. El andaluz tiene una oferta seria del Málaga. Si acaban llegando a un acuerdo, Lafita se presenta como el gran candidato a reforzar la banda del gaditano. El futbolista del Zaragoza está como loco por abandonar el club maño y su polivalencia le hace ser un refuerzo deseado y posible.
Con esos dos refuerzos más se daría por cerrada la plantilla, a expensas de un fichaje guinda. El fiasco de Kevin Gameiro ha dejado ha dejado a la Secretaría Técnica muy tocada. En estado de shock. En un principio no hay idea de gastar los 10 millones de eruos ahorrados en otro jugador de campanillas, pero descartar una última sorpresa sería ahora mismo absurdo.
El club está bajando a ritmo forzoso el coste de su plantilla y espera reducirlo aún más con la salida de futbolistas lastre como Del Horno, Chori, David Navarro, Miguel o González. Los nuevos contratos están ajustándose más a la realidad económica del club y casi todos ellos se firman con remuneraciones vinculadas a los objetivos deportivos individuales de cada jugador.
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