ALBERTO SANTAMARÍA. HOY ...Los once que cada domingo saltan al césped vestidos de blanquinegro vuelven a molestar. Y su técnico todavía más. Como antaño. Como cuando 15 años...
VALENCIA.
Apenas habían transcurrido unos minutos desde que Toché se aprovechara de un grave error de Otamendi en la salida de balón cuando el diablo volvía a cargar esa querida red social llamada twitter. Con 3-0, el Deportivo dejaba visto para sentencia su partido ante el Valencia. Era la primera derrota del conjunto de Mestalla tras ocho jornadas de Liga y el momento idóneo para que apareciera ese humor gratuito que inunda con 140 caracteres las pantallas de nuestros smartphones. En esta ocasión ni siquiera hicieron falta tantos. 'Sigo de cumple. Alguna nunovedad?', se preguntaba quien presume en su perfil de ejercer como jefe de prensa de Diego Pablo Simeone, en un claro gesto de mofa ante el duro e inesperado varapalo que estaban recibiendo los blanquinegros en su visita a Riazor. La persona que guía en la parcela de la comunicación a uno de los mejores entrenadores de la Liga dejaba en cueros a su jefe y ya, de paso, seguía calentando el duelo que allá por el mes de marzo deberá disputarse en el Vicente Calderón.
¡Cómo escoció la derrota del Atlético de Madrid en la ribera el Manzanares!Desde la distancia da la sensación de que cuando uno se acostumbra a ganar, y a ganar bien como lo viene haciendo el equipo colchonero, se le olvida que también hay que saber perder. Porque, sinceramente, el Cholo podrá ser cualquier cosa menos poco inteligente. El argentino, que se las ha visto de todos los colores, sabe cómo funciona esto del fútbol y vestido de corto ya sabemos cómo se las gastaba -que le pregunten al bueno deJulen Guerrrero-. Y creo que el comentario de José Luis Pasques -el susodicho- no fue al azar. Más bien todo lo contrario. Pepe, para los amigos, escribió aquello que piensa su superior pero que no puede decir debido al cargo que ostenta. Exactamente lo mismo que hacía Eladio Paramés con José Mourinho o aquel Marinho que le escribía los comunicados a Ricardo Costa cuando el luso ponía a Unai Emery a los pies de los caballos. Tanto fue así, que el propio Atlético de Madrid se desmarcó de inmediato de la bromita twittera y pidió disculpas en nombre de una entidad tan grande como la rojiblanca.
Sin querer descalificar a Simeone y a su entorno porque ellos mismos se definen solos, lo cierto es que cuando leí el mencionado twit lo primero que me vino a la cabeza fue la célebre frase de 'ladran, luego cabalgamos'. Tres palabras que El Ingenioso Hidalgo Don Quijote nunca le dijo a Sancho Panza pero que el imaginario colectivo ha adoptado para expresar que la persona de éxito siempre tiene gran cantidad de enemigos que, como perros, le siguen y ladran. Y, sin duda, esa ha de ser la reflexión que. bajo mi modesto punto de vista, tendría que hacerse el valencianismo. Los once que cada domingo saltan al césped vestidos de blanquinegro vuelven a molestar. Y su técnico todavía más. Como antaño. Como cuando 15 años atrás comenzaba a emerger el germen del que a la postre sería el mejor Valencia de la historia.
Voy más allá, dentro de mi tan osado atrevimiento, propongo que este tipo de sucesos sirva para entrelazar todavía más los lazos de una afición que, unida, siempre ha demostrado ser mucho más fuerte. Con todos los corazones de su hinchada latiendo al mismo compás, el murciélago volará cada vez más alto. Aunque esto no guste. Porque en este tortuoso proceso de venta, hemos equivocado el tiro. Buscando culpables en uno y otro bando, diferenciando hasta el extremo a héroes y traidores sin pensar que la vida está llena de matices, parece olvidado que el club no debe combatir contra él mismo y sí frente a sus rivales. Ante el Sevilla, el Villarreal, y siendo optimistas, ante el Madrid y el Barça. Pero, sobre todo, y ahora más que nunca, contra el Atlético de Madrid. Repito, ladran, luego cabalgamos.
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