Es más punible quejarse amargamente al árbitro aunque se tenga razón que repartir patadas y manotazos a jugadores del equipo rival. Comparativa interesante ésta. El Comité de Competición ha dado una vuelta de tuerca más al capítulo de agravios y, como en muchos casos suele suceder, el Valencia ha salido malparado. Y más en concreto David Albelda, al que han caído dos partidos de sanción. No por la expulsión del Santiago Bernabéu, porque al fin y al cabo se le ha retirado la segunda cartulina amarilla que recibió injustamente, sino debido a que se dirigió a los árbitros «en términos y con actitudes de menosprecio tras ser expulsado».
De esta forma, Competición admite que Pérez Lasa la pifió cuando hizo caso a su auxiliar al castigar con tarjeta al centrocampista, por unas supuestas manos que sólo vio el del banderín. El jugador siempre argumentó que el balón le había dado en la parte superior del pecho. Ese desliz arbitral, además de suponer que el Valencia se quedara con diez en el campo a falta de 25 minutos para el final del encuentro, provocó la situación más cómoda posible para el Real Madrid.
Ahora el comité da la razón a las alegaciones presentadas por el Valencia pero aplica en cambio el hierro al futbolista (multado con 600 euros mientras el club debe pagar otros 180) por lo que dijo sobre el mismo césped y también cómo lo dijo. «Se dirigió a mí en repetidas ocasiones llevándose la mano a la cara diciendo: 'Qué cara tienes árbitro, qué cara tienes'. Según salía del terreno de juego se volvió a dirigir a mí repitiéndome lo mismo. Una vez estaba fuera del terreno de juego y dirigiéndose al vestuario se giró hacia mi asistente número uno que se encontraba próximo a él diciéndole: 'Me estáis buscando, que cara tenéis' a la vez que repetía el gesto' de llevarse la mano a la cara», decía explayándose Pérez Lasa en el acta del encuentro. Es este escrito el que ha condenado en definitiva al centrocampista de La Pobla Llarga.
Lo más curioso del caso es que unos días antes de este partido en el Bernabéu, el Real Madrid jugó en el Camp Nou y allí Sergio Ramos fue expulsado tras una durísima entrada sobre Messi. Hasta ahí todo entra dentro de los parámetros más o menos habituales en el fútbol. Lo que ya no es tan corriente es que el central madridista, en el tumulto que se formó tras esa acción con las protestas de los barcelonistas, repartiera un par de manotazos: uno a Puyol y otro a Xavi. La acción sucedió a la vista de todos y fue captada claramente por la televisión. Competición pasó por alto estas 'caricias' y sólo sancionó al madridista con un partido por la expulsión por la roja.
El Valencia confiaba en que a Albelda no se le aplicara este castigo de dos encuentros. Por eso envió un vídeo a la Federación Española, de la que depende Competición, con la esperanza de que los responsables del comité comprobaran que, en efecto y como se ha demostrado, no fue manos. Lo que no esperaban en el club es que le aplicaran el castigo de dos partidos, sobre todo con el argumento de que, al fin y al cabo, el futbolista y dentro de la equivocación que puede suponer dirigirse al árbitro en esos términos (la experiencia del internacional le valió de poco), tenía toda la razón.
En este sentido, los servicios jurídicos del club consideran que se ha encuadrado estas manifestaciones de Albelda bajo un artículo que podría estar equivocado. En el recurso que va a presentar el Valencia al Comité de Apelación se pide, de hecho, que se le aplique el artículo 117 de la normativa con la esperanza de que en lugar de dos partidos, Albelda sólo tenga que cumplir uno (el mínimo).
En un principio el Valencia no tiene previsto acudir a Disciplina Deportiva y, por lo tanto, si Apelación desestimara el recurso, Albelda cumpliría el castigo este lunes ante el Osasuna y en la siguiente jornada en Anoeta frente a la Real Sociedad.
Con lo mínimo
Lo cierto es que a Unai se le ha ido descomponiendo el centro del campo poco a poco. A la baja forzada de Albelda por sanción y de Tino Costa (debe cumplir un partido por acumulación), hay que añadir la de Topal por lesión y la de Manuel Fernandes, que ya tiene hechas las maletas para recalar en el Besiktas. Contra el Osasuna, a Emery no le quedará otro remedio que tirar de Maduro y Banega. Es lo que hay.
Al menos al técnico le reconforta saber que la plantilla tiene una buena predisposición para el trabajo. Ayer, a la jornada de entrenamiento voluntario, acudieron a Paterna hasta doce futbolistas del primer equipo más los lesionados Topal, Moyà y Domínguez a tratarse, además de Isco, Alcàcer, Saúl y Joel.
Por la noche, también se habló de la situación de Albelda. El que se pronunció en este caso fue el máximo responsable de la entidad, Manuel Llorente. Lo hizo en su encuentro con los peñistas y el presidente vino a reconocer el malestar que hay en el club por el castigo que se le ha aplicado en esta ocasión al futbolista. «Nos parece excesivo dos partidos. Vamos a seguir recurriendo porque pensamos que estamos en una posición de derecho porque, como se ha visto, le han anulado la tarjeta que le sacaron».
No es la primera vez que el presidente se queja del trato que recibe su club respecto a otros. Lo hizo cuando el Valencia defendía el liderato y con los medios de comunicación de Madrid como objetivo. Ahora, no obstante, habla con algo más de prudencia a la espera del dictamen de Apelación. «Pensamos que al final se hará justicia».
El máximo dirigente no entró de lleno en el debate respecto a la situación que vivió Sergio Ramos la jornada anterior. «No creo que ningún árbitro vaya a por nadie, las circunstancias han sido así», opinaba, tratando de argumentar los gestos y palabras que dijo Albelda a Pérez Lasa cuando fue expulsado. «Hay que ver también la situación en la que está el jugador. Es una tarjeta injusta y cualquier reacción en ese momento debería considerarse un atenuante porque el jugador sabe que no es tarjeta y a veces el jugador hace gestos».
La nota discordante la puso Joaquín durante la presentación de un villancico solidario en Madrid. El gaditano subrayó que a Albelda «le tienen que sancionar» por los gestos que hizo al árbitro. «Cuando te sacan una segunda tarjeta que no es te entra el calentón. Es importante que se sepa que no es expulsión, pero le tienen que sancionar por el gesto». Joaquín defendió a Albelda: «Lleva muchos años y saben el tipo de profesional que es; esto nos puede pasar a cualquiera».
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