El Valencia tiene claro que Jesús Wollstein es el culpable de que los cinco millones de euros de Valencia Experience no hayan llegado a las arcas del club. La duda ahora reside en cómo hacerle pagar por su negligencia. Tras la sentencia favorable del juzgado, el actual consejo de administración ha de sentarse ahora a estudiar las acciones a emprender y, lo más importante, contra quién. El debate de tipo jurídico reside en si se puede demandar directamente a Wollstein, como artífice del engaño a los dirigentes del club, o si el único camino pasa por exigir responsabilidades a Agustín Morera y Juan Soler, como firmantes del contrato, y que sean ellos luego los que se las vean con Wollstein.
El gabinete jurídico del Valencia tiene ahora la palabra. Sin embargo, juristas vinculados en el pasado reciente e incluso en la actualidad al club de Mestalla no tienen dudas. Tanto Enrique Lucas, ex vicepresidente del Valencia y abogado de la familia Soler, como José Manuel Pastor, quien fuera secretario del consejo, coinciden en que el Valencia puede sentar ante un tribunal a Jesús Wollstein a pesar de que no fuera el firmante del contrato del fallido patrocinador. «El consejo dio por bueno un contrato que estaba condicionado a que hubiera avales bancarios que garantizaran el cobro», señala Lucas, quien añade que Wollstein «mintió al consejo, al que indujo al error». Recuerda, asimismo, que se fue del club cobrando una indemnización. Lucas, que nunca estuvo de acuerdo con la manera de actuar de Wollstein, con el que mantuvo serias diferencias, acabó presentando su dimisión tras un duro enfrentamiento con el entonces consejero delegado.
En términos jurídicos similares se expresa José Manuel Pastor, quien todavía trabaja para el Valencia en lo referente a Porchinos. El abogado entiende que se puede ir contra Wollstein mediante una demanda y también a través de una acción de responsabilidad social. Eso sí, puntualiza que antes hay que sentarse y estudiar el asunto con detenimiento.
Ambos letrados consideran que la sentencia exculpa al anterior consejo de forma diáfana. Lo hace del siguiente modo: «Se ha generado la convicción del Juzgador en punto a la persistencia en la espera de la prestación efectiva de los avales, en la conducta de empleado de la entidad actora (el señor Wollstein) que informaba positivamente en este sentido a los miembros del órgano de administración de la entidad, y bien entendido que por parte de Valencia Club de Fútbol SAD se reclamaba insistentemente la entrega de los avales pertinentes, sin que en este sentido la participación del presidente del consejo firmando los contratos tenga más relevancia directa en cuanto que participe efectivo del negocio oneroso de que se trata que el de firmante en cuanto que representante orgánico de la entidad».
Las opiniones de algunos de los miembros que componían aquel consejo de administración y que asistieron a la sesión del 28 de mayo de 2008, en la que Wollstein garantizó la existencia de los avales bancarios, son igualmente claras. «Era muy sencillo adivinarlo. Por eso le apreté sobre el tema, más que a él a la operación, porque no la vi clara», declara Jesús Barrachina, quien en la famosa reunión se mostró muy duro con Wollstein. Alberto Martí, vicepresidente económico en aquella etapa, recuerda que en el consejo «se planteó si existía el aval bancario. Wollstein se llevó el contrato para que lo firmaran los de Valencia Experience y nos dijo que lo traería firmado y avalado».
Juan Galiano, por su parte, manifiesta que Wollstein se encargó de «informar al consejo de administración de que ese patrocinador era la mejor opción. Aseguró que el contrato estaba avalado y la gente se quedó tranquila».
Salvador Lluch, otro ex dirigente de la época, abandonó aquel consejo de administración del Valencia harto de soportar reuniones absurdas, surrealistas, en las que la mayor parte de los miembros no participaban de las decisiones que se adoptaban. «Tuve bastantes enfrentamientos con Wollstein. Me fui y para mí el Valencia es una etapa cerrada», comenta con cierta amargura, para sentenciar: «No me siento responsable de nada, porque los consejeros no mandábamos».
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