«Hemos recibido críticas porque hemos tardado, se nos ha retrasado mucho la venta de acciones. Pero con esto, la gente va a reforzar más su valencianismo porque se siente más dueño de su club». A Társilo Piles, como presidente de la Fundación, le correspondió ayer la labor disculparse y tratar de adornar y explicar -sin aportar excesivos detalles- la puesta en marcha de la campaña de venta de un ínfimo porcentaje (sólo se han podido sacar 44.247) del millón y medio de títulos que posee esta entidad.
Desde este lunes y hasta el 31 de enero y en cualquier oficina de Bancaja, cualquier persona física o entidad jurídica puede comprar desde una hasta 500 acciones, a un precio de 56,50 euros la unidad (se han incluido los gastos de la campaña mientras que la caja no percibe nada por la gestión). En el momento que se agoten las peticiones, se cierra la venta.
Piles no despejó la incógnita de qué pasará y bajo qué fórmula se pueden seguir ofreciendo acciones de la Fundación, ya que al no haber pasado por el trámite de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, sólo se pueden sacar este pequeño número y limitado a un plazo anual. Eso sí reiteró que la Fundación, cuando decidió comprar 73,7 millones de euros, ya expresó su deseo de quedarse finalmente entre el 30 y el 40 % del total de la sociedad.
De momento, si se consiguen colocar estas 44.247 acciones (hay dudas para saber cómo va a responder la afición valencianista por la época de crisis que se vive), los 2,5 millones de euros recaudados irán destinados a amortizar el crédito de 81 millones que tiene con Bancaja y cuyos intereses se elevan a cerca de 4 millones.
Y mientras Piles hablaba, el colectivo 'Nou Valencia' -que agrupa a una veintena de accionistas- iba al juzgado para presentar una demanda solicitando la medida cautelar de que el voto de la Fundación quedase suspendido, no sólo de manera inmediata sino también con efecto retroactivo para aplicarlo a la última junta.
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