Llorente no dimite de momento

La reunión del consejo, el careo con Roig y el Patronato de la Fundación marcan una semana que concluye de nuevo en Mestalla El dirigente se aferra a las gestiones abiertas y confía en que el equipo resurja

C. V. | VALENCIA..-

No, no se va. De momento. Manuel Llorente prefiere no dejar las cosas a medias pero es la segunda vez en quince días que le atizan verbalmente desde la grada y eso, seguramente más temprano que tarde, pasa factura. Camino de cumplir su cuarto año de mandato, el presidente del Valencia empieza a tener dudas, algo que no podía ni haber imaginado cuando en junio de 2009 desde el principal acreedor le confiaron el proyecto.

Deportivamente la temporada pinta mal, socialmente el panorama está agitadísimo y económicamente la sociedad está sin rematar. Demasiados frentes abiertos y muchos de un calado descomunal, desde el acuerdo del crédito con Bankia hasta la reanudación de las obras de Mestalla. Por eso ayer el presidente se marchó a su refugio de Picassent dándole vueltas a lo mismo. Con tanto aún por hacer, recoger sus cosas y marcharse podría significar la peor de las despedidas. De ahí que, como ya dijera el día de la 'pelea' con Roig, todo esto le da más fuerzas para continuar. Eso sí, también recordó Llorente aquel mismo día que a Roig le tiró Mestalla...

Nadie, por lo tanto, puede evitar pensar que otra carga emocional como la que vivió ayer le puede arrimar un poco más a su adiós. Abierta, como está, una guerra subterránea por el sillón presidencial, cualquier acontecimiento por mínimo que sea adquiere un peso importante.

La derrota de ayer contra el Rayo, por ejemplo, da todavía más carga emocional si cabe a lo que vaya a ocurrir esta semana. La agenda viene cargada de puntos que en un sentido u otro pueden resultar decisivos. Sin ir más lejos, la reunión que mañana tiene previsto celebrar el consejo de administración. Por mucho que dijera hace unos días Fernando Giner en LAS PROVINCIAS después de haber ganado al Lille que este consejo «está unido», pues lo estará a su modo porque quiera o no, no todos opinan de la misma manera con tanta rotundidad.

A Llorente se le ha criticado siempre su manera tan personal de llevar determinados asuntos, tan atractivos por ejemplo como la contratación de un entrenador. Si no gustó en su día a los directivos que se tuvieran que enterar de los fichajes por la prensa, menos gustó incluso perder la razón con el tema de los años de contrato y el posterior pago del finiquito a Mauricio Pellegrino. Existía la creencia de que el contrato era de una temporada más otra opcional, incluso días después de haber ventilado al argentino de su cargo.

A Pellegrino le firmó Llorente por dos años. Así lo reflejó el acta oficial de la reunión que en su día mantuvo la directiva valencianista. O no se la leen (no extraña porque ni Juan Soler como presidente se leyó el contrato por 6 millones de euros con Valencia Experience) o les falla la memoria. Que sea la reunión 'caliente' o no dependerá de la firmeza con la que se pronuncien los directivos más ácidos.

Entre ellos, García Roig acapara buena parte de la atención. Fue el único que alzó la voz para 'atizarle' a Francisco Roig después de la aparición del expresidente en la última junta, pero también es el hombre que en las últimas fechas ha provocado cierta inquietud y malestar en Manuel Llorente. Que haya consenso después o que se anuncie alguna dimisión dependerá de la fórmula que escojan para solucionar unas diferencias que han existido ya en más de una ocasión.

Será este martes pues el momento de poner las cartas sobre la mesa y de hablar también, seguramente, del estado en que se encuentra exactamente la negociación con Bankia, a poco más de una semana del límite oficialmente marcado.

De todas formas, tampoco debe extrañar que en dicha reunión se haga un apartado al estado de la plantilla y, sobre todo, a su composición. Si hace unos días se apoyaba de manera unánime la decisión de Braulio Vázquez de tirar al argento y contratar a Valverde, la posición del responsable deportivo empieza a quedar cada vez más en entredicho.

Curiosamente, Llorente va perdiendo efectivos por el camino. Fichó a Pellegrino y lo tiró. Le dio toda su confianza a Braulio Vázquez cuando 'amortizó' a Fernando Gómez y veremos qué pasa finalmente de aquí a junio.

Horas antes de ese cónclave directivo, Llorente tendrá que vérselas otra vez con Francisco Roig. En sentido figurado, claro, porque lo lógico es que sólo acudan a la cita sus abogados. Los dos están citados en el juzgado para resolver el acto de conciliación después de las palabras que dijo Roig sobre Llorente y que éste está dispuesto a «limpiar» por la vía judicial.

Y el jueves están citados los miembros del patronato de la Fundación del Valencia, donde también hay sus más y sus menos aunque al final, como suele pasar, lo que se opina en privado se calla luego en el cara a cara oficial. Hay junta general ordinaria y de telón de fondo, lógicamente, de nuevo sale Bankia con el pago de sus intereses del crédito de 81 millones. Semanas después de que Társilo Piles intensificara la negociación sobre unas nuevas condiciones, el presidente de la Fundación y consejero no ha informado públicamente de nada.

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