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#YoEstoyConelMestalla

martes, 19 de marzo de 2013

Lo comido, por lo servido


J. V. Aleixandre

18.03.2013 | 05:30

Bonito calentón el que se agarró el Betis la otra noche en Mestalla, cuando un par de discutibles decisiones arbitrales, sobre todo una muy estridente „penalti y expulsión, todo en una„, decantaron el partido a favor del Valencia y los andaluces se quedaron a dos velas. Muñiz Fernández, un arbitro que en su día prometía mucho y aspiraba a todo, parece muy quemado, víctima de la organización „el arbitraje, a veces, adquiere tintes muy difusos y su jefe recuerda a un capo napolitano„. Así que el colegiado asturiano pasó de todo y optó por lo más cómodo: tirar para el de casa, que, además, era el más poderoso. Otra vez se cumplió ese principio tan reaccionario de que el pez gordo devora al chico. (Hasta que al pequeño se le hinchan y salta la sorpresa.)
Ya habíamos quedado que esto de plantear el fútbol en términos de justicia/injusticia no es operativo porque no hay un instrumento para calibrar y medir la equidad del juego de uno y otro contendiente. Solo los goles dictan sentencia. Y un 3-0 es un resultado lo suficientemente contundente para no atribuirle todo el mérito al árbitro. Algo hizo bien el Valencia y alguna cosa mal hizo el Betis. Por ejemplo: desde que Ernesto Valverde aterrizó en Mestalla, el equipo ha ganado en orden defensivo. No es que sea aquel equipo de Ranieri o de Cúper o de Benítez, pero fue capaz de resistir atrás con una mínima ventaja en el marcador. 
En el Valencia pinturero de los años 50, su capitán Salvador Monzó, defensa central, arengaba a sus delanteros antes de comenzar: «Xiquets, si vosaltres feu un gol, guanyarem». Tal era la fe que tenía en la fortaleza defensiva de los suyos. No es este el caso, pero sí que la otra noche el VCF fue capaz de aguantar durante 70 minutos el acoso del rival, hasta que acabó rematando el partido. Por contra, el Betis, no estuvo demasiado preciso en ninguna de ambas áreas. De eso, no tuvo la culpa Muñiz Fernández.
En cualquier caso, en un torneo tan largo como la Liga, lo que te da un día un árbitro, te lo quita al siguiente otro. Y la suerte que no tienes hoy, se te aparece mañana. El VCF, que este año se ha quejado amargamente de algunos arbitrajes, especialmente de los dos que padeció en el Bernabéu, se vio compensado el sábado, en un partido decisivo para sus aspiraciones europeas. Esta vez fue el Betis el que pagó el pato. Los árbitros, como los postes, o los fallos a puerta vacía del delantero, son otro accidente del juego. Aunque a veces sus errores canten más que la Traviata.


http://www.levante-emv.com/deportes/2013/03/18/comido-servido/982704.html

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