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miércoles, 1 de diciembre de 2010

Primavera eterna en Mestalla

Los jugadores del Valencia se quejan amargamente después de cada partido del estado del césped de Mestalla y ello contribuye a crear un ambiente que posiblemente no se ajuste a la realidad, y la realidad es la que dijo el entrenador valencianista después del partido ante el Bursaspor: «El césped está mal, pero antes estaba muy mal. No está bien, pero está mejor que antes». Pero ante esa realidad la pregunta es obligada: ¿Por qué el césped de Mestalla está mal —y hace unas semanas estaba muy mal— si fue resembrado en septiembre del año pasado? La respuesta, por partes.

Lo primero que cabe señalar es que el Valencia se ha empeñado en arreglar el césped de Mestalla y por ello dentro de unos días se van a adquirir unas máquinas de luz artificial para ponerlas durante todo el día sobre el terreno de juego. Estas máquinas producen una luz que imita los rayos ultravioletas del sol y con ello se logra la temperatura primaveral durante todo el año. El objetivo es que el césped resembrado crezca ya que con las temperaturas casi invernales de la actualidad es muy difícil que la planta se desarrolle y arraigue.

Lo segundo que cabe añadir es que si el césped de Mestalla ha estado muy mal —de hecho sus actuales responsables, tras el partido ante el Glasgow, pensaban que no sería posible recuperarlo— no es por una cuestión económica. Ni tampoco se ha optado por no cambiarlo por una cuestión económico. Es otra cosa y la sucesión de acontecimientos es la siguiente: tras el primer partido de liga de la temporada pasada, en septiembre ante el Sevilla, se decide cambiar el césped «porque estaba para cambiar», aseguran desde el club. En aquel momento se optó por una variedad de césped que se llama ´Bermuda´ y que es una especie de grama con la particularidad de que soporta perfectamente el calor y la humedad del clima de la ciudad de Valencia en verano. Eso sí, exige un mantenimiento diferente al césped que había antes de septiembre de 2009 en Mestalla. Este verano Valencia no acertó en el mantenimiento que la empresa proveedora del césped recomendó y ello desembocó en que el pasado cuatro de noviembre el césped tocó fondo tras jugar contra el Rangers a principios de mes. El problema había sido que por un exceso de celo —no por dejadez— se abonó el césped en demasía lo que provocó que se quemara y cogiera hongos. Un desastre.
Llegados a este punto el club se plantea cambiar de nuevo todo el césped —vale aproximadamente 300.000 euros—, pero hay un problema, y es que la hierba necesita calor para crecer y enraizar, y existe la posibilidad real de que los nuevos tepes de césped no enraícen, lo que podría suponer que, como le pasó hace unas temporadas al Barcelona, hubiera que volver a cambiar el césped unos meses después, porque se levanta con los conocidos ´chuletones´.

Ante esta situación se decide por resembrar cambiar a los responsables del césped. Se opta por la empresa CESSEVER, que llevaba el mantenimiento de los campos de Paterna que recientemente habían sido elegidos por la FIFA entre los de la Rozas, los del Ajax y los del PSV. Con la nueva empresa se comienza la resiembra el día siguiente de jugar contra el Rangers, el cuatro de este mes y de cara a un parón liguero, pero la variedad de césped ´Bermuda´ no crece con temperaturas bajas lo que dificulta su recuperación y motiva que se vayan a adquirir las máquinas de imitan la luz del sol —unas máquinas que habría que adquirir igual si se hubiera cambiado el césped y que valdrán para el Nuevo Mestalla—.La realidad es que el césped de Mestalla está en la actualidad estabilizado y mejora a base de muchos cuidados, pero le falta desnsidad de hierba —lo cierto es que no se levanta a chuletones— y le falta estética. El club espera que para el partido ante Osasuna, —once o doce de dieciembre—la mejora sea ya ostensible.


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