La afición, incluida la Curva Nord,
abronca a jugadores y presidenteCientos de seguidores se agolpan en la
calle pidiendo la dimisión del dirigente y diciendo que los futbolistas
no sienten el escudo
J. C. VALLDECABRES | VALENCIA..-
El 2-5 de la Real ha dejado muchas cosas para el análisis. Al margen del cambio en el banquillo, este partido supondrá seguramente un antes y un después. Fue este sábado uno de esos días en los que todo salta por los aires. Mestalla se puso en pie de guerra, enterró el buen rollito que había hasta ahora y se despachó a gusto. La afición expresó su malestar con los futbolistas y cargó sobre todo contra Manuel Llorente. Lo nunca visto. Es la primera vez que este presidente y su grupo de consejeros vive una situación así.
Acostumbrado a lidias de otro talante en las juntas, el presidente recordará seguramente este primer sábado de diciembre de 2012. También a los jugadores no se les puede pasar por alto lo que se cantó en el campo. Una cosa es que te silben por un mal partido, que te abronquen por una derrota y otra bien distinta que te estén esperando en la calle para cantarte las cuarenta. No pasó más, afortunadamente, pero la situación fue altamente desagradable hasta el punto de que obligó a la policía a tomar cartas en el asunto. No tuvieron que cargar pero sí hacer acto de presencia en buen número. Por si acaso.
Cuando acabó el partido, lejos de calmarse los ánimos, un numeroso grupo de aficionados, de entre 300 y 500 seguidores, se dieron cita en la calle. Allí, pegaditos a la entrada al palco y por lo tanto cerca de la zona de vestuarios, los encendidos aficionados comenzaron los cánticos hacia unos y otros. Entre los que se dieron cita, una alta representación de la gente correspondía a los integrantes de la Curva Nord. De treinta y cinco mil socios no es un porcentaje alto, pero sí representativo para asegurar que fue más serio de lo esperado.
Antes del encuentro había curiosidad por saber cómo se recibiría al equipo después de la vergüenza de La Rosaleda. Pues bien, los tímidos pitos del arranque (con la megafonía a toda pastilla) nada tuvieron que ver con los del final.
Si hasta ahora la Curva Nord se había convertido en la pareja perfecta para los futbolistas, en el auténtico motor del equipo cuando éste hacía agua por otras circunstancias, lo de ayer deja bien claro que las cosas ya no son tan dulces como hasta este momento.
Y eso que en un primer momento, la tropa de la Curva Nord quiso hacer frente a los ánimos encrespados del resto del estadio. Cuando los aficionados la tomaban con Llorente, en la esquina de Mestalla se lanzaban gritos de ánimo pidiendo el apoyo hacia el equipo. Pero al final se diluyó esta lucha de voceríos y todos se fundieron en una misma voz crítica.
Lo que más se escuchó tanto dentro como fuera, fue el «¡Llorente vete ya!». La figura del presidente fue zarandeada verbalmente. Si en la última asamblea tuvo que aguantar una buena andanada lo de ayer le pasará factura, aunque él dijera que están en el club para cumplir su mandato. Paco Roig, al que una pancarta en la grada le recordaba («Paco Roig, el puto amo») puede dar fe de la fuerza que tiene Mestalla.
Luego en la calle, al presidente se le criticó con más dureza si cabe. «¡Llorente, canalla, fuera de Mestalla!». No se escuchó una vez. Fueron varias y en diversos momentos de la espontánea protesta de ese grupo de varios centenares de seguidores que se había acercado a la puerta cero de tribuna, por donde entran los vips.
A esa puerta le lanzaron una bengala, lo que provocó unos instantes de nerviosismo y de tensión. Cuando ocurrió, la policía se vio obligada a dar un paso al frente. No cargó pero sí empezó a tomar posiciones. Luego llegarían más efectivos para evitar que la cosa fuera a más. Uno de los policías a caballo se metió con el animal en medio de la marabunta, lo que casi de inmediato sirvió para disgregar a un buen número.
Aun así, un par de cientos permanecieron. Y entonces le tocó el turno a los jugadores. A esa hora estaban dentro todavía del estadio, en el vestuario. Pero hasta ahí llegaron las voces procedentes del exterior. Voces que ningún profesional quiere escuchar.
De «¡esa camiseta, no la merecéis», se pasó después al «¡jugadores, mercenarios!» para alertar a la policía cuando cantaron el «¡no vais a salir!». Esta advertencia sí fue tomada más en serio. Hay que tener en cuenta que los jugadores, pese a que se van al hotel de concentración en autobús, dejan sus automóviles en el interior del estadio de Mestalla para salir con ellos cuando acaba el partido. Pero la salida del parking está situada en una de las esquinas del campo, y no donde se agolpó ese grupo numeroso de aficionados tras acabar el partido a protestar.
Aunque la policía tomó sus precauciones desalojando la calle y situándose para evitar que en la salida de los vehículos pudiera pasar algún percance, pasaron bastantes minutos hasta que se calmó realmente la situación. Dentro, a esa hora, el consejo de administración estaba ya comunicando al cuerpo técnico la decisión que había tomado de destituirlos. Los jugadores se enteraron de la medida casi al instante y afortunadamente no hubo que registrar incidente serio alguno, aunque sí se vio volar en un momento una botella de agua de plástico que no impactó en nadie. Otra cosa será, seguramente, lo que pueda pasar en el entrenamiento matinal de hoy.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2012-12-02/llorente-canalla-mercenarios-20121202.html
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