Manolo Llorente ha dado un paso hacia adelante cuando se encontraba al borde de un precipicio. La decisión de destituir a Pellegrino se ha convertido en la cruz que desde ahora ha de llevar el presidente del Valencia. Al fulminar al entrenador, que era su apuesta personal, se ha quedado sin escudo antimisiles.
¿Al siguiente "¡Llorente vete ya!" Manolo acudirá a un otorrino para que trate lo que parece un problema de audición (porque a la vista está que no oye lo que le canta Mestalla)? Conociéndole, a pesar de ser un tipo de carácter, no es fácil que aguante otra pañolada como la del sábado. Claro que si uno piensa en los 360.000 euros (no sé si netos o brutos) siempre se puede echar mano de un walkman con música de Vivaldi, acurrucarse en la butaca y seguir haciendo oídos sordos.
La continuidad de Pellegrino estaba en entredicho porque el fútbol es inmediatez, quedan cinco jornadas para que acabe la primera vuelta y no es que aún nadie sepa a qué juega el Valencia, sino que el equipo está más próximo de los lugares de descenso que de la cuarta plaza. Y para subsistir la clasificación para la Champions es sagrada.
Los inventos hay que hacerlos con gaseosa porque luego pasa lo que pasa. Manolo I del Valencia quiso descubrir un Benítez II, aunque para ello tuviera que desprestigiar a Braulio, que terminó por meter la cabeza bajo el ala y aceptar la decisión unipersonal del dirigente, que es quien le paga.
Pero "Beníteces" no salen todos los días y a Pellegrino, hasta ayer "un bon xic", ni le acompañó la suerte ni supo controlar al vestuario. Su fichaje era una apuesta de futuro que el Valencia no podía permitirse porque está obligado vivir muy el presente... aunque haya un banco que le pueda aplazar sine die las deudas cuando las de otros las resolvería con un desahucio.
Pellegrino ya es historia del Valencia. ¿Y el hombre que quiso sacarse de la chistera un Benítez II? Ahí está. Pero sin escudos antimisiles, ¿hasta cuándo?
http://luisfu.blogspot.com.es/2012/12/ya-no-hay-escudo.html
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