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jueves, 2 de enero de 2014

La apuesta de Pizzi va más allá de la venta

El argentino reconoce que ha tenido que pagar «mucho dinero» para poder rescindir con San Lorenzo e insta a sus jugadores al «sacrificio» Al entrenador no le asusta el posible cambio de dueño del club




JUAN CARLOS VILLENA | VALENCIA..-


Juan Antonio Pizzi desveló ayer, por si a alguien le quedaba alguna duda, que ha apostado todo por seguir a su intuición al contestar de forma positiva a la llamada de Rufete para dirigir al Valencia hasta junio de 2015. Con un título recién conquistado, una afición entregada, un contrato en vigor, un presidente dispuesto a invertir para luchar por la Libertadores y un club en Europa en un proceso de venta iniciado por un banco. Un combinado explosivo que frenaría los deseos de más de uno. No así los del técnico de Santa Fe, corroborando todos sus datos biográficos que hablan de una persona luchadora y que siempre se ha rebelado a su destino, ese que le dejó sin un riñón cuando cumplió la mayoría de edad pero que no le retiró del fútbol profesional.
Acompañado por su cuerpo técnico, el entrenador ayudante Manuel Suárez y el preparador físico Alejando Richino, al que calificó como «uno de los mejores de Sudamérica», Pizzi comenzó a demostrar que la fama de persona que habla muy claro está bien ganada. No rehuyó ningún tema. Confirmó que salir de San Lorenzo le ha costado «mucho» dinero, y aseguró que las informaciones fechadas desde Argentina que hablan de una petición expresa para que el Valencia fiche a alguno de sus exjugadores son falsas, aunque acto seguido aclaró sobre futbolistas como Correa o Villalba: «No descarto que puedan venir algun día porque tienen capacidad».
El nuevo técnico valencianista dejó claro que primero quiere conocer a sus nuevos jugadores y luego, si procede, solicitar refuerzos a Rufete. «De fichajes no hemos hablado porque primero quiero tomar contacto con la plantilla. No puedo exigir cosas que puedan ser imposibles para el club», avanzó.
El argentino tampoco desvió las preguntas sobre la posible venta del Valencia, y la apuesta arriesgada que eso supone para un técnico recién llegado y que viene de renunciar a un contrato: «Cuando uno toma una decisión, lo tiene que hacer con un compromiso máximo. Vamos a colaborar para que la institución tenga el equilibrio necesario para seguir creciendo, ese es nuestro reto y lo vamos a transmitir a los jugadores». Una reflexión que quiso extender al ejemplo de Peter Lim -«aunque nunca he hablado de nombres propios con la entidad»- porque reconoció que antes de tomar la decisión se informó del entorno social: «Estoy enterado de la situación del Valencia y de las posibilidades de ser vendido o traspasado a un grupo. Pero me he centrado en la parte deportiva, creo que es lo más saludable. Hay gente capacitada para ver ese tema y se resolverá para preservar los mejores intereses para el Valencia. No creo que ninguna acción que se haga no sea para mejorar la situación del club».
Bajo la atenta mirada de Amadeo Salvo -el presidente que dejó claro en el adiós de Djukic que el objetivo del equipo seguía siendo la clasificación para la Champions-, no se cortó a la hora de transmitir un mensaje más pragmático: «Tenemos que ponernos metas más cortas y reales pero sin descartar ese objetivo que es el que tuvo el club a principio de temporada. A corto plazo tenemos que buscar otras cosas que son más urgentes que si nos clasificaremos para la Champions».
Un mensaje muy alejado de la frase que más marcó a su precedesor en el cargo el día de su presentación, el despertar del gigante dormido, y que certificó dejando claro que ni Salvo ni Rufete le hablaron de la Champions como una obligación: «No ha habido esa exigencia pero se lo que significa el Valencia para el fútbol español y europeo, porque jugué aquí y se lo importante que es la Champions».
Juan Antonio Pizzi tampoco se olvidó de los dirigentes de San Lorenzo, a los que acusó de forma clara de utilizar a la prensa argentina para crear un caldo de cultivo negativo hacia su persona para los hinchas del 'Ciclón': «No utilizo a los medios de comunicación para dirigirme a las personas, si tengo alguna inquietud sobre el comportamiento de un tercero le llamo. Sólo puedo decir que cumplí con los plazos y objetivos que debía cumplir en San Lorenzo y que luego tomé una decisión que creo que es la correcta. Lo hice con celeridad por cómo se desarrolló la situación, pero estoy convencido de que es lo que tenía que hacer. No voy a utilizar los medios para responder».
Antes de dejar clara la línea de trabajo que ya ha comenzado a aplicar con los futbolistas en Paterna, que se están teniendo que adaptar a marchas forzadas a la exigencia física que marca Richino, el santafesino quiso agradecer al Valencia el haber sido elegido para dirigir el banquillo de Mestalla: «Me siento orgulloso de haber sido escogido para estar al mando de este equipo y esta gran institucion. Ójala tengamos los resultados y los éxitos que se merece el club. A pesar de la ilusión que me hacía venir a España me vi sorprendido por la llamada de Rufete».
Y cuando Pizzi comenzó a hablar de fútbol, porque cuando un nuevo técnico llega al Valencia hasta que se llega a las preguntas sobre el deporte puro y duro antes hay que pasar por las cuestiones de la Sociedad Anónima, lo hizo igual de claro. El argentino quiso plasmar que la idea futbolística que defiende como entrenador es ofensiva: «A todos nos gusta ser protagonistas y cuanto mayor posesión tengas de balón mayores opciones tienes. Pero la presión inmediata es el camino más rápido para volver a tener el balón cuando lo posee el rival».
Una vez reconocido su estilo de juego ideal, matizó que todo depende de las características de la plantilla en cuestión, aunque el actual Valencia se diseñó para ser protagonista en los partidos: «Aunque siempre nos tenemos que adaptar a los jugadores que tenemos dentro del equipo para poder desarrollar la idea en el equipo tenemos futbolistas que están capacitados para lograr plasmar nuestra visión del fútbol».
Los que conocen muy bien al Juan Antonio Pizzi entrenador confirman que no es muy dado a grandes charlas con los futbolistas, ya que las competencias de la faceta psicológica recaen más en Richino dentro de su esquema de trabajo. Pero tiene claro que, más que buscar trazar distancias con la metodología de Djukic, debe plasmar un estilo propio: «Llevamos muy poco tiempo y sólo he tenido un par de frases con alguno de los jugadores. No me rijo demasiado por lo que se hizo hasta ahora, vamos a darle identidad al equipo con nuestras ideas y vamos a buscar la adaptación».
Y para explicar el día a día de trabajo que le espera a los jugadores a partir de ahora Pizzi, sin querer, le hizo un guiño al lema que luce desde los últimos años en la camiseta del Valencia Basket: «Nuestra idea necesita mucho esfuerzo». El nuevo técnico de Mestalla calificó su metodología de trabajo como «muy noble y transparente», y añadió: «La base de nuestra vida es el esfuerzo y quiero lograr que el jugador sepa que tiene que vivir para el fútbol y sacrificarse por el fútbol. Si lo hace el rendimiento se eleva y eso potencia a un equipo».
Pizzi no quiso terminar su alocución sin nombrar a sus amigos Luis Enrique y Guardiola, -con su fichaje por el Valencia los tres ya han conseguido el sueño que compartieron a finales de los 90 de entrenar en España-, y sin mandar un mensaje a la afición valencianista: «Generalmente cuando hay un cambio de entrenador es por situaciones deportivas complicadas y uno es consciente de que viene en esa situación. Recuerdo que cuando llegamos en San Lorenzo en octubre de 2012 la situación era peor que esta, metido en el descenso y sin estructura dentro del equipo. Con trabajo conseguimos sacar adelante el equipo y ahora queremos hacer lo mismo, devolver al Valencia a los lugares donde siempre ha estado».
En la presentación de Pizzi el gran protagonista fue el entrenador, como tiene que ser. Sin gran iconografía ni excesos. La vuelta a la sencillez, la que llevó al Valencia a sus últimos años de éxitos, es la mejor noticia para despedir un año 2013 demasiado turbulento a orillas de Mestalla. Amadeo Salvo y Rufete quisieron mandar un breve mensaje al referirse al nuevo técnico. El presidente dejó claro que el de Santa Fe fue «la primera opción» y el manager general disculpó el retraso «porque estábamos trabajando en Paterna». Trabajo, el concepto.

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