Vicente Andreu no va a entrar en el consejo de administración del Valencia para ocupar la plaza que ha dejado vacante Fernando Gómez Colomer. Así se lo comunicó ayer el propio Andreu a los consejeros en la reunión que tuvo la directiva y en la que se ultimaron los principales detalles de cara a la junta general ordinaria que se celebrará mañana (9 horas) en el Alameda Palace. Salvo incorporación de última hora -que no está prevista-, la asamblea la ventilarán gracias al rodillo de las acciones de la Fundación la media docena de consejeros que permanecen actualmente en la entidad.
Eso sí, Vicente Andreu mantendrá su condición de asesor externo, figura que se originó después de que su condición profesional de auditor del Levante -circunstancia que ya ha finalizado- le impidiera entrar en el consejo, el primero de la etapa de Manuel Llorente como presidente. Ayer tanto Llorente como el resto de dirigentes trataron de convencer a Andreu de que reconsiderara su postura, pero éste se mantuvo firme con el argumento de que está «cómodo» en la posición actual y que no tiene ninguna necesidad de estar en la primera línea de combate, quizás menos tras saberse que el plan inicial era el de mantener a Fernando. De esta manera, se ha decidido retirar el último punto del orden del día de la junta en la que se recogía el cese y nombramiento de nuevos consejeros.
Nadie descarta, eso sí, que más adelante la plaza sea cubierta, incluso por el mismo Vicente Andreu, apunte que a estas alturas ya no debe sorprender a nadie. Candidatos, por si acaso, seguro que los hay y los habrá aunque en esta última reunión no se propusiera ningún nombre. Sea Andreu u otro quien entre en un futuro, lo que está claro es que se ahorrará pasar por el trámite de la junta de mañana. No es que se prevea una asamblea 'caliente', pero siempre que se produce una cita como ésta hay cuestiones un tanto incómodas que afrontar a pesar de que deportivamente el panorama se suaviza, y no sólo por haber entrado en la Champions. Siempre es mejor haber ganado el último partido al Getafe que venir de una derrota en Mestalla.
Esta semana, además, se ha visto salpicada por el adiós de Fernando, justo 24 horas después de que Manuel Llorente le expresara su conformidad para que continuara como consejero. Eso ha dejado descolocado al presidente y también al resto de compañeros de viaje. Seguro que sale a relucir en alguno de los discursos de los accionistas.
Mañana, por cierto, será Manuel Llorente, secundado por el vicepresidente, Javier Gómez, el que lleve la voz cantante en la asamblea. Al fin y al cabo son los que manejan con más soltura los números que presenta el Valencia y así se explicó ayer al resto de miembros del consejo. A la cita únicamente faltó Társilo Piles, que además de su condición de directivo es presidente de la Fundación.
El silencio del IVF
Aunque la peculiar situación de la Fundación del Valencia no es un tema que esté incluido en el orden del día, sí es verdad que es una de las cuestiones que preocupan y hasta enfadan a los aficionados. Sobre todo, por ejemplo, después de conocer el nuevo crédito solicitado a Bancaja (6 millones de euros) para pagar precisamente los intereses del anterior préstamo (75 millones). El Instituto Valenciano de Finanzas ha vuelto a presentarse como avalista. El director del IVF, Jorge Vela, optó ayer por mantenerse en silencio tras el interés de LAS PROVINCIAS en recoger su opinión. El que sí habló fue el síndic de Compromís, Enric Morera, quien formuló una batería de preguntas al IVF interesándose por diversas cuestiones referentes a este nuevo crédito.
Lo que está claro es que la junta tendrá un marcado carácter económico. Debate verbal puede y de hecho existirá, pero a la hora de votar no habrá nada que decir. El consejo presentará unas cuentas marcadas por el rigor, arrojando después de impuestos unos beneficios de 357.000 euros para la temporada 2010-11. No podrá evitar Llorente escuchar que bajo su gestión sigue sin venderse la parcela de Mestalla y sin activarse la construcción del futuro estadio, los dos grandes lastres que tiene que soportar hoy en día quien coja las riendas de la nave valencianista. Eso y la necesidad de vender jugadores para salvar el desfase serán argumentos que dependiendo de cómo se interpreten se pueden convertir en armas contra este consejo. «Se ha logrado evitar que nuestro club entrara en territorios muy difíciles que podían conducir al concurso de acreedores o, en el peor de los casos, a la causa de disolución», explica Manuel Llorente en el escrito que habrán recibido todos los accionistas. Las cuentas, para el presidente, han sido «muy positivas» pues se ha logrado «contener el déficit estructural». Se ha rebajado el capítulo de gastos y ahí se incluyen los sueldos del presidente y del vicepresidente. Un 12 % aproximadamente es la reducción salarial que afecta a Llorente y a Gómez. Ambos pasan de percibir 780.000 euros entre los dos (360.000 para Llorente y 420.000 para Gómez) la campaña pasada a 685.000 euros de la actual.
Ya con algo más de profundidad, una de las incógnitas a despejar será, con toda seguridad, la recompra por parte del club de la parcela R-1 que en su día adquirió Juan Soler. El compromiso era por 90 millones de euros y el ex presidente depositó 13,5, pero el club decidió posteriormente devolverle ese dinero bajo el argumento de que sería mejor tener todas las parcelas de Mestalla en su poder (además de aliviar a Soler de un grave problema) a la hora de encontrar un comprador que sigue sin aparecer. El matiz reside en la forma en que el Valencia ha contabilizado esos 90 millones, al situarlos en la partida de inmovilizado material y no en pérdidas (teniendo en cuenta que el precio por el que se recuperó la parcela era muy superior al de mercado), lo que hubiera sido causa de disolución. La maniobra viene, de cualquier forma, respaldada por la auditoría y en el Valencia están tranquilos, pero hay accionistas que no lo ven claro y pueden expresarlo
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2010-11-19/andreu-renuncia-entrar-consejo-20101119.html
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