Los impagos que recogen las sentencias de la Audiencia Nacional son por los contratos, entre otros, de los jugadores Amadeo Carboni, Ariel Ortega, Fernando Cáceres y Goran Vlaovic. El Tribunal Supremo ya ha confirmado que existen irregularidades en los contratos del entrenador Claudio Ranieri, y los jugadores Romario, Djuckic, Claudio López, Popescu y Óscar García.
El contrato de Vlaovic
El Valencia está obligado a avalar todas las cantidades que le reclama la Agencia Tributaria para recurrir las sanciones. El caso más significativo es el del jugador Goran Vlaovic ya que el Valencia está obligado a pagar -en una condena que todavía no ha confirmado el Supremo- una deuda tributaria de 3.724.486 euros más una sanción por el impago de parte de los impuestos del jugador de 735.198 euros. En el caso de Vlaovic, que es de los ejercicios fiscales de 1998 y 1999, Hacienda considera que los "hechos son graves", según precisa la colección de condenas a las que ha tenido acceso en exclusiva este periódico.
La mayoría de los fallos en contra del Valencia son por simular contratos de derechos de imagen para evitar el pago del impuesto de la renta. En algunos casos, casi el noventa por ciento del sueldo de los jugadores valencianistas se pagaban a cuenta de los derechos de imagen. Los magistrados han llegado a la conclusión, como sostiene Hacienda, que los derechos de imagen de los jugadores afectados son en realidad "rendimientos del trabajo" por lo que el Valencia Club de Fútbol tiene que tributar por ellos. Las sentencias advierten de que el Valencia "no ha aportado ni acreditado la existencia del contrato de cesión de imagen".
La entidad va a tener que pagar sólo por los ejercicios fiscales de los años 96 y 97 casi cuatro millones de euros -más los intereses legales- por los derechos de imágenes de los jugadores y del técnico. El Valencia tampoco facilitó los contratos y los pagos -como en casi todos los casos- se realizaron a través de sociedades interpuestas radicadas en paraísos fiscales.
Un caso que sobresale en las sentencias dictadas por la Audiencia Nacional es el del fichaje de Ariel Ortega (El Burrito), que en 1997 se convirtió en la adquisición más cara de la historia del Valencia. El fallo explica que el equipo pagó oficialmente nueve millones de dólares y que el jugador recibió un quince por ciento del pago (1.350.000 dólares), cantidad que no fue tributada.
Las sentencias revelan que el Valencia siempre utiliza a las mismas empresas. En el caso de Fernando Cáceres la elegida fue la holandesa Kiscowin Sport B. V., que a su vez cedió el contrato a Neverfin S. A., una mercantil con sede fiscal en Liechtenstein. Otras sociedades habituales son las holandesas Balron BV, Intermark International, IMFC Licensing B. V.
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