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viernes, 19 de julio de 2013

"Me gustaría ser coordinador de cantera cuando me retire"

VIDEO / Entrevista a Ricardo Costa, jugador del Valencia CF

"Es el número uno" o "está a otro nivel" son algunas de las frases referidas a Ricardo Costa en la semana que el Valencia lleva en Speyer. La admiración que tienen hacia él sus compañeros y el personal del club obedece a un motivo muy sencillo: es un superprofesional en todo lo que hace, desde el primer estiramiento hasta el trato educado con todo el mundo. VLC NEWS habla con el capitán del Valencia.


Ricardo Costa (Vila Nova de Gaia, 1981) engloba todo lo que un futbolista profesional debe ser en el día a día. Entiende y habla cuatro idiomas, cuida su cuerpo al máximo, es un ejemplo de dedicación en cada entrenamiento y trabaja por y para el club las veinticuatro horas al día. Desde ofrecerse a ayudar a personal del departamento de imagen hasta charlar con aficionados en el vestíbulo del hotel'Ricky' lleva el brazalete las veinticuatro horas. Pero donde de verdad lo disfruta es sobre el césped, donde su rendimiento los últimos dos años es incuestionable. Por eso es titular y por eso, tras la marcha de Albelda, ha tomado el testigo del liderazgo en el equipo.
¿Más relajado después del entrenamiento y partido de ayer?
Sí, se nota más que trabajas mucho, con mucha fuerza y carreras, con partidos por en medio. Es complicado, porque no llegas fresco al partido. Pero es parte de la pretemporada, nos queda el partido del sábado antes de volver a Valencia.
Ante el Mannheim vimos como el factor físico, muy cultivado en Alemania, compensaba la diferencia de calidad con el Valencia...
Físicamente son equipos muy buenos, muy bien preparados. Se nota que están a tope, nosotros estamos muy pesados aún. Tenemos los partidos controlados, pero no es suficiente para aguantar los noventa minutos. Son partidos de preparación con adversarios muy distintos a los que nos mediremos. Tenemos que estar preparados y tomarlo como un entrenamiento para curtir la nueva filosofía de trabajo: presionar y buscar los partidos.
Los partidos no han sido televisados, pero la afición empieza a impacientarse porque no llegan las victorias…
Lo respeto. Estamos trabajando con cargas pesadas, lo podéis ver los que nos habéis acompañado aquí. Correr seis kilómetros por la mañana y jugar un partido por la tarde hace que el cansancio te baje la calidad y la concentración, no estás fresco. Por eso se dice que las pretemporadas no son para extraer conclusiones, sino para adquirir ritmo para aguantar todo el año.
Le vemos estos días, Ricardo, como si fuera el capitán general de todo el grupo. Con Albelda fuera del club y Soldado todavía de vacaciones, se ha erigido en líder de la manada. No pierde detalle de nada.
Por eso juego en la defensa… (Risas). Me gusta controlar y tener un ojo en todas las situaciones. No es porque lo busque, lo veo como algo normal. Estando en un grupo como el del Valencia como uno de los capitanes, me veo obligado a estar atento. Soy uno más para ayudar: a los más jóvenes, al nuevo cuerpo técnico, los nuevos fisios… Creo que cuanto antes la gente sepa lo que es el Valencia, estaremos más preparados para la Liga.
Alguno comenta que “Ricardo es otro nivel”.
Es bueno. (Risas). Los que me conocen sabe que no me gusta hablar. Soy más de controlar mucho sin hablar. Es importante porque hay veces que el liderazgo no se consigue por hablar sino por el carácter de la persona y la forma que tiene de imponer su idea.
¿Y a qué se dedica un líder cuando no está entrenando estos días en Alemania?
Con las cargas tan fuertes de estos días, dedico el tiempo a estirar en la habitación y a relajarme. Hablo con mis amigos, la familia, veo las noticias por Internet y duermo la siesta lo máximo que puedo. Y en una tarde libre sí que trato de desconectar un poco del fútbol, y juego un poco al ping-pong, voy al gimnasio o a la piscina para relajar y olvidarme algo del fútbol.
¿Quién sería titular en el Valencia Club de Ping-Pong?
(Risas). ¡La verdad es que hay nivel! Está Ever, Fede, Guaita está empezando aunque no tiene mucha coordinación... (Risas). También Canales. Hay muchos a los que les gusta, siempre muy competido. Tenemos un grupo bueno.
También le vemos muy interesado en el ciclismo... ¡Hace unos días ganó Rui Costa, compatriota suyo!
Me gusta muchísimo. Y Rui Costa es de Oporto, no le conocía, ha aparecido hace poco y está haciendo un trabajo excelente. Me gusta mirar e intentar entender cómo logran sufrir durante cinco horas en la bici, en las subidas. Me quedo loco viéndolo. Es admirable que hagan etapas de 200 o 250 kilómetros, pero más que al acabar se recuperen y vuelvan a tirar adelante 200 kilómetros al día siguiente. Es impresionante.
Lo de ver el Tour de Francia en julio es muy español... Es un momento clásico después de comer, tumbado en el sofá.
No lo sabía. Supongo que algo se me está pegando... (Risas). En serio, me gusta verlo mucho. Especialmente las pruebas de alta montaña. También las contrarrelojes. Ahí se separa al que es bueno de verdad.
Permítame que le pregunte por Djukic. Parece que ambos han conectado desde el principio.
Es fácil hablar con él por un motivo: fue jugador del Valencia. Y cuando es un ex jugador, estás siempre más cerca de él de un técnico más mayor o con el que no es tan fácil el trato. A Djukic le gusta mucho hablar, explicar lo que quiere, muy abierto y comunicativo. Y para la gente nueva que llega eso es muy bueno porque les permite introducirse más rápido en la plantilla. Las características del juego, cómo tenemos que hacer las cosas, Djukic lo explica y habla con toda la gente.
Pero, por ejemplo, Pellegrino también era jugador del Valencia...
Era diferente porque Pellegrino acababa de empezar con un equipo. Djukic ya lleva años como entrenador. Eso cuenta mucho, porque empiezas a trabajar con la plantilla, hay una filosofía de trabajo, un cuerpo técnico... Al final es lo que vale de un entrenador: tener una filosofía e ir a muerte con ella.
Además, el míster no se corta a la hora de dar ejemplo y correr junto a ustedes.
¡Puede jugar este año aún! Se nota que está muy bien. De verdad, me gusta mucho. Encontrar a ex jugadores tan bien físicamente, que se haya puesto gordos, son raros de ver.
Eso pasa mucho: una vez un jugador se retira, engorda una barbaridad. No porque deje de cuidarse, sino porque ustedes comen muchísimo cada día para compensar el desgaste físico.
Comemos muchos carbohidratos, y si al retirarte no te cuidas... (Risas).
Entonces, ¿firma usted llegar a los 47 años igual que Djukic?
¡A mi me encantaría! Conociéndome, en principio me mantendré porque no voy a parar. No me gusta estar quieto, practico más deportes además del fútbol, otras ideas y no me gustaría sentirme pesado.
¿Qué tiene pensado para cuando se retire, de aquí a...?
¡Cinco años! (Risas). La verdad es que cada año se me ocurren cosas diferentes. Mucha gente se plantea la posibilidad de entrenar, pero creo que preferiría un proyecto a otro nivel, relacionado con el fútbol. Quizá no de élite, pero sí de formación.
¿En una escuela de fútbol?
Eso es. Quizá orientado a los niños o al equipo filial, un equipo como el Valencia Mestalla. Esos proyectos de coordinación me interesan. 
¿En Portugal, por ejemplo?
Sí, claro. O dónde sea, porque también conozco Valencia. Hablamos de un proyecto de futuro, con un equipo que quiera construir algo con piernas para andar. Que te de viabilidad para poder, por ejemplo, mirar niños y decidir quién viene aquí.
¿Ojeador o coordinador?
El 'scouting' no me gusta tanto. Coodinar es la idea.
Es decir, que si de aquí a cinco años Rufete y Salvo le llaman para el proyecto GLOVAL...
... tendríamos que hablar. Mi hijo mayor tiene ahora seis años, quizá para entonces estuviera para jugar en el alevín. (Risas).



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