Clasificacion de la liga

Clasificación ofrecida por http://www.marcadores.com

#YoEstoyConelMestalla

domingo, 21 de julio de 2013

Urgencias tóxicas



Los clubes de futbol viven inmersos en una suerte de taquicardia por la que el hecho de arrancar una temporada con buenos resultados no sólo es conveniente, sino vital. Tanto es así, que son muchos los entrenadores que preparan a su grupo en la pretemporada con el objetivo prioritario de conseguir buenos resultados de arranquedesde el precepto de que "el que va davant, va davant" y mejor empezar la campaña ganando, salvar el 'pescuezo' y,si no queda gasolina para el resto de temporada ... ya la sacaremos de donde podamos. 
Errática estrategia sin duda teniendo en cuenta que la temporada dura lo mismo que un embarazo y suele ser en elúltimo tercio donde, en la práctica, se dirime si el trabajo se ha hecho bien o no. ¿A que nos suena mucho en Valencia aquello de... 'el mejor arranque de la historia'?
La paciencia es el enemigo público número uno del fútbol. Prueba de ello es la retahíla de técnicos que caen antes de Navidades por no haber cumplido las expectativas establecidas con los calores estivales. Falta dilucidar en la mayoría de los casos si lo que se ha hecho mal ha sido el trabajo o, por el contrario, son las espectativas las que no se ajustaban a la realidad del equipo.
Pero hay ocasiones en las que esa urgencia desespereada por ganar partidos no espera siquiera al principio de liga, yuna serie de derrotas en pretemporada es suficiente para cubrir con un manto de dudas e incertidumbres la capacidad de un equipo y, fundamentalmente, de su cuerpo técnico.
Viví hace 15 ó 16 años una anécdota que me hizo comprobar en primera persona la prematura necesidad de victoria de un entrenador. Cené con mi hermano Toni Cabot, el mejor periodista deportivo de Alicante y posiblemente del mundo mundial, y con el por aquel entoces inquilino del banquillo de un importante club de fútbol de la Costa Blanca. Su equipo disputaba el día siguiente la final de la Copa de San Pedro. Para el que no lo conozca: un tradicional torneo veraniego que se disputa en la Provincia de Alicante y que cuenta con la particularidad de'adornar' la final con el arbitraje de un trencilla de prestigio.
La cena fue en Benidorm y se transformó en jarana: una copa aquí, otra allá y colofón en la discoteca de moda. Y en el fragor de la batalla nos encontramos con el árbitro que la organización había invitado para, el día siguiente, pitar dicho partido: un colegiado con escarapela FIFA, que no sé cómo llegó al partido porque en la discoteca 'lo dió todo' como un campeón. Entre whisky y cubata el entrenador, que iba a disputar la final contra un equipo de Tercera División, le pedía de forma reiterada y sin ningún tapujo ayuda al árbitro porque en aquel partido "le iba mucho"... 
Sabía de su debilidad y no podía esperar ni a principio de liga para cosechar victorias. Las necesitaba ya. No contarécómo acabó aquella película por no revelar el nombre de sus protagonistas, pero me sirve para ilustrar una verdadque va intrínsecamente unida al fútbol actual.
Deseo que Djukic no vaya tan desesperado como aquel entrenador, ni el Valencia tenga la mecha tan corta como aquel club que no podía esperar ni siquiera al mes de octubre para adivinar la calidad de la cosecha. Porque los primeros pasos del equipo en tierras alemanas no invitan al optimismo. Siempre nos quedará ese dicho tradicional en el cual se asegura que los gitanos no quieren que sus hijos tengan buenos principios, ya que eso supone que su final será decepcionante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario