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martes, 2 de julio de 2013

´Tenemos que recuperar a mucha gente que, en estos años, se ha alejado de Mestalla´

"Nunca me llamó Benítez después de aquella alineación indebida", asegura el consejero del área social del Valencia



Consejero del área social del Valencia CF. Fue futbolista, después delegado y ahora ha vuelto para liderar el área social del club de Mestalla. El presidente, Amadeo Salvo, lo eligió por dar el perfil que buscaba para reforzar las relaciones del Valencia. Ha vuelto con fuerza y con ganas de asumir el reto global del Valencia

Ya pueden pasar los años y nevar en las sienes, pero Juan Cruz Sol Oria mantiene un carisma entre los aficionados del Valencia CF que ya lo quisieran muchos de los que, tras colgar las botas, se han dado cuenta que, de tanto que tienen, no tienen casi nada. Amadeo Salvo lo ha recuperado para la causa valencianista. Había regresado de la mano de Paco Roig y tras sobrevivir a la difícil transición, fue a caer por lo menos esperado: una pifia monumental en una sustitución, una alineación indebida y una eliminación. Nadie se lo reprocha y las gentes siguen aclamándolo y pidiéndole fotos. Quizá por ello, su cometido ahora será el de ayudar a poner en marcha el proceso de reagrupamiento de la masa social valencianista. Un cometido casi de furriel.
¿Que siente, ahora que ya ha estrenado el cargo y lo reciben como si fuera un jugador en activo?
Siempre me sorprende, porque pasan los años y no deja de ocurrir. Y me siento muy feliz. ¡Para qué voy a mentir! No sé por qué ocurre. Es verdad que estuve muchos años en el Valencia, en años además que fueron muy importantes y exitosos y que siempre he sido un tipo muy sencillo. Nunca he dejado de ser una persona cercana a la gente.
Y que, habiéndose ido al Real Madrid, se le sigue asociando más con el Valencia CF.
Allí también se me recuerda y se me trata bien, porque estuve cuatro años. Pero es que aquí llegué con 16 años y estuve hasta los 27. Y luego de pasar por el Madrid, todavía regresé. Y, como he dicho, en tiempos buenos, en épocas de éxito. Es normal.
Jugador, internacional, ojeador... Créame que ser ahora responsable del departamento social me suena raro.
Sí, es probable que no se entienda. Quizá sea por lo que acabo de decir, que soy una persona que inspira cariño. Está claro que en la faceta deportiva podría amoldarme perfectamente, pero me encuentro bien donde me han encomendado.
Siendo que usted no es socio del Sporting de Tenis, ¿de verdad estaba usted en el sillón decasa y de repente sonó el teléfono?
Sí, sí, es verdad. No tenía ninguna relación especial con el presidente. Le conocía, pero sin más. Sabía quien era, lo que hacía... y me llamó, me lo propuso y acepté. Es una persona con ilusión por hacer las cosas bien. Me gustó mucho que pensara en mi.
Encargarse del tema social cuando más crisis social hay en el Valencia CF. ¿Un reto?
Sin duda. No va a ser nada fácil. Tenemos por delante mucho trabajo. Está claro que los últimos años ha habido un alejamiento de la masa social. Todos sabemos que hay bastantes menos abonados, y a pesar de que el equipo ha estado ahí. Corren tiempos muy difíciles y hay que hacer mucho para recordarle a la gente que el Valencia CF es su casa. Que es su sentimiento. Tenemos que recuperar a mucha gente que, por diferentes motivos, se ha alejado de Mestalla. Hay mucho trabajo por delante.
Acostumbrados a que pocos consejeros trabajen, su cargo se antoja casi profesional.
Lo que tengo claro es que va a ser un trabajo duro y sacrificado. Habrá que ir a las peñas y allá donde sea necesaria la representación del club. El otro día estuve en San Sebastián en la despedida de Pérez Lasa..., bueno, va a ser un trabajo exigente.
Igual que Djukic tiene su penalti, usted tiene su cambio noveldense.
Aquello es una historia de todos conocida y creo que actué como debía.
Pero, ¿volvió a saber algo de Denis Serban?
Nada.
¿Y de Rafa Benítez?
Si le tengo que decir la verdad, no volví a saber nada de él. Ni una llamada telefónica ni en aquel momento ni en estos años. A estas alturas ya no le doy importancia.
¿Su apartado «social» incluye las relaciones «sociales» de los jugadores?
En principio, no. No forma parte de mi cometido, aunque está claro que estoy a disposición.
Usted ha sido jugador y «play boy». ¿No teme encontrarse mañana con el exceso de turno de Banega o adyacentes?
Eso siempre ha sido y será así. Los jugadores somos —porque uno nunca deja de serlo— gente joven, famosa, admirada... y no se puede ser perfecto. Sí que espero que no tengamos excesivos problemas con este tipo de cosas aunque, como digo, han existido y existirán.
¿Le preocupa el futuro inmediato?
Mucho, por supuesto. Será fundamental que empecemos bien porque nos permitirá crear un ambiente óptimo. Si arranca la competición con victorias, el equipo gana y lucha, la gente se va a serenar y nos va a apoyar. Para un club de fútbol, tener gente buena y estar apoyados es esencial. Acabamos de empezar y lo necesitaremos más que nunca.

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