Vicente Bau
Estaba cantado. No resuelto el tema de los porteros en el periodo estival la armonía del vestuario ha saltado por los aires en cuanto Djukic eligió a uno de los dos. A Djukic le asiste todo el derecho del mundo en confiar en Diego Alves. Es el entrenador. Y eso, lo de elegir y mojarse, no solo es su derecho, también es su obligación. Así pues dejemos al técnico fuera de este embrollo. No le corresponde. ¿Entonces? Pues simplemente lo que ha sucedido es que el club no ha hecho los deberes y no ha conseguido traspasar a Alves... que era el elegido para hacer las maletas.
El cabreo de Guaita
¿Se equivoca Vicent Guaita al explotar tras la primera jornada de liga? Pues sí y no. Sí le asiste la razón por rebelarse al verse relegado a la suplencia (Djukic ya advirtió que él no iba a hacer rotaciones al estilo Pellegrino y Valverde... lo que indica que su elección inequívoca es Diego Alves) porque en verano le vendieron la moto de que él era el ungido para ser el portero del Valencia por los siglos de los siglos. Y no le asiste la razón porque un profesional con contrato como él debe estar a las duras y a las maduras y ser fiel a lo que tiene firmado: un contrato (de momento) de corta duración que por supuesto no le asegura ser titular.
¿Se equivoca Vicent Guaita al explotar tras la primera jornada de liga? Pues sí y no. Sí le asiste la razón por rebelarse al verse relegado a la suplencia (Djukic ya advirtió que él no iba a hacer rotaciones al estilo Pellegrino y Valverde... lo que indica que su elección inequívoca es Diego Alves) porque en verano le vendieron la moto de que él era el ungido para ser el portero del Valencia por los siglos de los siglos. Y no le asiste la razón porque un profesional con contrato como él debe estar a las duras y a las maduras y ser fiel a lo que tiene firmado: un contrato (de momento) de corta duración que por supuesto no le asegura ser titular.
Los asesores de Vicent
Al contrario de lo que sucede con otros muchos futbolistas del Valencia los agentes de Guaita nos son cercanos. Son de aquí. Son de casa. Nos caen bien... a mi me caen bien. Y obviamente están descolocados. Es más, ellos piensan que tienen un valor seguro en la cartera con Guaita y tanta indefinición sobre el futuro del torrentí les saca de quicio. Ellos (sus agentes) tienen claro que su representado es un futbolista de altura, un gran portero, al que no le ayuda en nada en su progresión (tanto económica como deportiva) lo que está sucediendo en el Valencia. De ser el ungido por Amadeo Salvo a chupar banquillo y perder valor en el mercado media un abismo.
Al contrario de lo que sucede con otros muchos futbolistas del Valencia los agentes de Guaita nos son cercanos. Son de aquí. Son de casa. Nos caen bien... a mi me caen bien. Y obviamente están descolocados. Es más, ellos piensan que tienen un valor seguro en la cartera con Guaita y tanta indefinición sobre el futuro del torrentí les saca de quicio. Ellos (sus agentes) tienen claro que su representado es un futbolista de altura, un gran portero, al que no le ayuda en nada en su progresión (tanto económica como deportiva) lo que está sucediendo en el Valencia. De ser el ungido por Amadeo Salvo a chupar banquillo y perder valor en el mercado media un abismo.
¿Existe solución?
Pues sí, existe solución, pero en estos momentos se observa complicada. Guaita tiene contrato en vigor, es posible que tenga ofertas, pero el Valencia (pese a no haber sido capaz de solucionar el problema en verano) no le va a dejar salir a un precio irrisorio. Y hace bien. Aquí cada cual debe defender su cortijo. Ahora bien, mientras se dilucida este conflicto yo les aconsejaría a los agentes de Guaita que hablen con el chico y le cambien el gesto. Con el morro torcido siempre restas... jamás sumas.
Pues sí, existe solución, pero en estos momentos se observa complicada. Guaita tiene contrato en vigor, es posible que tenga ofertas, pero el Valencia (pese a no haber sido capaz de solucionar el problema en verano) no le va a dejar salir a un precio irrisorio. Y hace bien. Aquí cada cual debe defender su cortijo. Ahora bien, mientras se dilucida este conflicto yo les aconsejaría a los agentes de Guaita que hablen con el chico y le cambien el gesto. Con el morro torcido siempre restas... jamás sumas.
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