La marcha de Soldado al Tottenham y la no renovación de Albelda reducen la cuota de valencianía - Dejan un vacío en el liderazgo del vestuario y en la imagen exterior del club
Obligados a regenerarse. Las estrecheces económicas y las salidas de jugadores importantes todos los veranos han convertido al Valencia CF en un equipo obligado, y acostumbrado, a regenerarse. Con la marcha ahora de David Albelda y Roberto Soldado, dos líderes dentro y fuera del campo, la historia se repite de nuevo.
VICENT CHILET | VALENCIA
Hasta las lonas publicitarias dejan claro que el Valencia afronta un proceso de renovación generacional. Nuevas caras, referentes, ídolos. El pasado viernes la imagen que Jinko Solar, principal patrocinador del club, tiene montada en la fachada de Mestalla en la Avenida de Aragón desde no hace más de un año, fue retirada por los operarios de la entidad. Ya no tenía sentido mantenerla más tiempo. En ella se mostraba a cinco jugadores como las figuras del proyecto: Albelda, Gago, Soldado, Rami y Guardado. Los tres primeros han abandonado el club este verano y por el central francés „ con mucha calidad pero tendente a la irregularidad„, se han escuchado ofertas. De momento el galo sigue y Djukic trata de ganárselo para un nuevo proyecto que necesita líderes en el campo, pero también en el vestuario.
En el caso de Soldado su ausencia tiene consecuencias deportivas e icónicas. Una gran parte de las mamparas publicitarias de las paradas de autobús de la ciudad muestran a un Soldado todavía blanquinegro como reclamo para abonarse a un canal de pago deportivo. Hoy mismo, en las grandes avenidas de Nueva York, junto a los carteles de espectáculos de Broadway, aparece la imagen del valenciano, junto a las de otros capitanes de equipos participantes en la Guiness International Champions Cup. En esa previsión propagandística se escuda el club para justificar que su deseo era el de convencer a Soldado para que se erigiera en la bandera de un proyecto de alcance internacional.
Al margen del impacto publicitario, la marcha de Soldado, unida a la de Albelda, dejan un doble vacío. Primero por ser jugadores con carácter, temperamentales, con jerarquía sobre sus compañeros.
Al margen del impacto publicitario, la marcha de Soldado, unida a la de Albelda, dejan un doble vacío. Primero por ser jugadores con carácter, temperamentales, con jerarquía sobre sus compañeros.
Se pierde «valencianía»
Sin ellos, además, se reduce considerablemente la cuota de valencianía en el vestuario, limitada a Guaita, Bernat, Míchel y Paco Alcácer. Y de todos ellos sólo el guardameta cuenta presumiblemente con más opciones de ser titular.
Sin ellos, además, se reduce considerablemente la cuota de valencianía en el vestuario, limitada a Guaita, Bernat, Míchel y Paco Alcácer. Y de todos ellos sólo el guardameta cuenta presumiblemente con más opciones de ser titular.
Antigüedad y carácter
En la reconfiguración interna del vestuario dos son los factores a tener en cuenta: uno es la antigüedad de los jugadores dentro de la plantilla, la otra es el carácter de cada uno de ellos. Ever Banega ya es el jugador que más tiempo lleva vistiendo la camiseta del Valencia. El centrocampista argentino llegó al club de Mestalla en el mercado de invierno de la temporada 2007/08 y cinco años después, tras una trayectoria con ciclos cambiantes de euforia y depresión, ha alcanzado su madurez futbolística. Miroslav Djukic quiere que sea uno de los capitanes del equipo. Llevar el brazalete no sería sólo una cuestión simbólica por sus años en la institución, sino también una invitación a aumentar su compromiso con el equipo, a seguir la senda por la que supo encauzarle Ernesto Valverde. Al rosarino se le aprecia un crecimiento personal. Ha pasado de ser un jugador que recibía consejos y era vigilado e influenciado por otros compañeros, a acoger y proteger a futbolistas que empiezan su andadura en el primer equipo, como el caso de Fede Cartabia.
En la reconfiguración interna del vestuario dos son los factores a tener en cuenta: uno es la antigüedad de los jugadores dentro de la plantilla, la otra es el carácter de cada uno de ellos. Ever Banega ya es el jugador que más tiempo lleva vistiendo la camiseta del Valencia. El centrocampista argentino llegó al club de Mestalla en el mercado de invierno de la temporada 2007/08 y cinco años después, tras una trayectoria con ciclos cambiantes de euforia y depresión, ha alcanzado su madurez futbolística. Miroslav Djukic quiere que sea uno de los capitanes del equipo. Llevar el brazalete no sería sólo una cuestión simbólica por sus años en la institución, sino también una invitación a aumentar su compromiso con el equipo, a seguir la senda por la que supo encauzarle Ernesto Valverde. Al rosarino se le aprecia un crecimiento personal. Ha pasado de ser un jugador que recibía consejos y era vigilado e influenciado por otros compañeros, a acoger y proteger a futbolistas que empiezan su andadura en el primer equipo, como el caso de Fede Cartabia.
La mano izquierda y la inteligencia emocional de Djukic, reconocida por jugadores de todos los clubes que ha dirigido, deben hacer el resto y que Ever eclosione como un líder, como el jugador capaz de imponer sus galones.
También por antigüedad aparece Mathieu como un posible candidato a llevar el brazalete. El defensa francés aterrizó en Valencia en 2009 y justo en la pasada temporada culminó su paciente integración personal en la cultura de la ciudad. Su rendimiento ha sido óptimo pero su timidez y carácter reservado, que le han impedido hablar con soltura en castellano mientras devoraba en los viajes películas en francés totalmente aislado, han ralentizado su integración en el vestuario. Ahora ya se atreve hasta con los «masclets» pero es difícil verle todavía como un «jefe».
Con dotes de mando
El carácter, en cambio, es un aspecto del que van sobrados los portugueses Ricardo Costa, que va a comenzar su cuarta temporada de blanquinegro, y Joao Pereira. El central apunta a primer capitán. Ya es de los jugadores más antiguos(vino en 2010) y tiene dotes de mando y una experiencia enriquecida en otras tres ligas. A Ricardo también le supone una ventaja que parta de presumible titular por delante de Rami para afianzar su liderazgo y hacerlo más visible de cara al exterior.
El caso de Pereira es distinto. Esta es su segunda campaña en el Valencia pero por rendimiento y temperamento parece que lleva una década jugando en Mestalla. Listo y valiente, con un carisma "canchero" se ha ganado al público, si bien debe atemperar su agresividad para no salirse de los márgenes de juego limpio que Amadeo Salvo propugna en el proyecto GloVal Respect.
El carácter, en cambio, es un aspecto del que van sobrados los portugueses Ricardo Costa, que va a comenzar su cuarta temporada de blanquinegro, y Joao Pereira. El central apunta a primer capitán. Ya es de los jugadores más antiguos(vino en 2010) y tiene dotes de mando y una experiencia enriquecida en otras tres ligas. A Ricardo también le supone una ventaja que parta de presumible titular por delante de Rami para afianzar su liderazgo y hacerlo más visible de cara al exterior.
El caso de Pereira es distinto. Esta es su segunda campaña en el Valencia pero por rendimiento y temperamento parece que lleva una década jugando en Mestalla. Listo y valiente, con un carisma "canchero" se ha ganado al público, si bien debe atemperar su agresividad para no salirse de los márgenes de juego limpio que Amadeo Salvo propugna en el proyecto GloVal Respect.
Pereira, un peso pesado
A Pereira ya se le puede considerar un peso pesado del equipo y un pilar fundamental aunque tarde todavía en llevar el brazalete. Su ejemplo recuerda al de Fabián Ayala. El «Ratón», que ya venía de ser uno de los capitanes más jóvenes que había tenido la selección argentina, en su segunda temporada como valencianista ya lucía el brazalete por su liderazgo natural. La llegada de otro portugués profesional y disciplinado como Hélder Postiga aumentarán el peso específico luso en el equipo, como en su día sucedió con otros clanes como el argentino o el que lideraron, hasta su ruptura, Albelda, Rubén Baraja y Carlos Marchena.
A Pereira ya se le puede considerar un peso pesado del equipo y un pilar fundamental aunque tarde todavía en llevar el brazalete. Su ejemplo recuerda al de Fabián Ayala. El «Ratón», que ya venía de ser uno de los capitanes más jóvenes que había tenido la selección argentina, en su segunda temporada como valencianista ya lucía el brazalete por su liderazgo natural. La llegada de otro portugués profesional y disciplinado como Hélder Postiga aumentarán el peso específico luso en el equipo, como en su día sucedió con otros clanes como el argentino o el que lideraron, hasta su ruptura, Albelda, Rubén Baraja y Carlos Marchena.
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