El documento de KPMG defiende que el Valencia debe responder por el compromiso que contrajo la Fundación con Bankia
A. BADILLO | VALENCIA..-
A. BADILLO | VALENCIA..-
La euforia que respira el valencianismo a cinco días de que arranque una temporada ilusionante encontrará mañana su contrapeso. Es la fecha elegida por el consejo de administración para desnudar la delicadísima situación económica que atraviesa la entidad. Amadeo Salvo presentará en sociedad la 'due diligence' encargada a KPMG nada más acceder a la presidencia, cuyas conclusiones son demoledoras. El documento sitúa la deuda de la sociedad en torno a 420 millones de euros, frente a los 350 que reflejaban las cuentas de Llorente.
La razón de este desfase hay que buscarla en el crédito concedido en 2009 por Bancaja a la Fundación, que convirtió a una entidad insolvente en dueña del club y atrapó tanto al banco como a la Generalitat, avalista de la operación. El anterior consejo de administración siempre sostuvo que aquel préstamo debía recaer sobre los hombros de la Fundación -«no hay que confundirla con el club», se repetía con insistencia- y, como consecuencia de ello, descontó los 75 millones de la deuda del Valencia. Ahora KPMG tumba ese planteamiento y establece que es la sociedad anónima la que debe asumir el agujero, lo que a efectos prácticos significa que hay que volver a sumar a su pasivo ese dinero y que Llorente sólo redujo la deuda en algo más de la mitad de lo que dijo.
Aunque el Valencia todavía explora las consecuencias de este informe de auditoría, la primera conclusión es muy tranquilizadora tanto para Bankia como para el Consell, al margen del futuro desenlace de su batalla judicial: el club ya no sólo asume su responsabilidad respecto al crédito, sino que además un documento subraya que está obligado a ello.
No es la única lectura de la 'due diligence' del Valencia. La otra, igual de contundente, hace alusión a la situación crítica que atraviesa la tesorería blanquinegra. Una cuestión es el beneficio contable con que se ha ido cerrando cada ejercicio desde que Llorente tomó las riendas de la entidad y otra bien distinta el dinero que hay en caja para afrontar pagos. La tesorería estaba en negativo cuando Salvo accedió a la presidencia, coyuntura que se ha podido maquillar con las ventas de Tino Costa, Nelson Valdez o Roberto Soldado.
Esos ingresos han permitido aclarar las cuentas o afrontar el fichaje de Postiga, y también de ahí debe salir el dinero destinado al segundo delantero. Por eso no sólo importa vender bien, sino sobre todo cobrar la mayor cantidad posible al contado, pues lo que entra en caja es lo que otorga auténtica liquidez al club.
En este sentido, según ha podido saber LAS PROVINCIAS, el Valencia negocia con un inversor inglés la posibilidad de recibir de inmediato la totalidad del traspaso de Soldado. En el contrato con el Tottenham se establece un primer pago de 12 millones, dividiéndose los otros 18 en tres aportaciones de seis cada una. De prosperar el acuerdo, el Valencia percibiría ya todo el dinero, quedando sujeta la operación al interés que pactaran el club y el inversor. Aunque las conversaciones están avanzadas, se encuentran a la espera del visto bueno definitivo de la directora financiera, Inmaculada Ibáñez.
La previsión inicial era que la 'due diligence' del Valencia se hiciera pública a finales de julio, inmediatamente después de conocerse el alcance de la practicada a la Fundación. Sin embargo, la gira norteamericana y la venta de Soldado condujeron a Salvo a posponer la comparecencia pública.
Como se recordará, el análisis de KPMG a las cuentas del máximo accionista reflejó su delicada situación, aunque abrió una ventana a la esperanza en caso de que la entidad que preside Aurelio Martínez alcance un acuerdo con Bankia para refinanciar a 15 años su deuda, pagando sólo intereses hasta 2017. El plan de negocio permitiría al patronato afrontar los tres primeros ejercicios, otorgando viabilidad al modelo que sostiene el futuro del Valencia.
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