Suena la música en plena rueda de prensa en el estadio del Swansea, con Djukic aguantando el tirón ante el micrófono. Viene del vestuario del Valencia. Nada que ver, pues, con la imagen de un pre velatorio del entrenador, aunque ya se sabe que tampoco eso es muy significativo conociendo el carácter tan particular de los futbolistas. Parece que todo está tranquilo, que hay buen rollo y que el Valencia ';sólo'; se juega hoy la primera plaza del grupo para los dieciseisavos de la Europa League. Pero no, siendo lo anterior cierto, no es del todo así. En realidad, el Valencia se juega mucho más que el honor y todas las variables económicas y deportivas que conllevan clasificarse en ese lugar de privilegio. Se ha puesto en marcha el reloj, en modo ';cuenta atrás';, para el entrenador, por mucho que se esfuerce el propio Djukic en aparentar todo lo contrario.
De lo que ocurra esta noche en el acogedor estadio del Swansea dependerá en gran medida lo que vaya a suceder con él en los próximos días, por no decir horas. Ante cualquiera de los tres escenarios posibles en lo que al marcador se refiere, la continuidad de Djukic está en manos de Rufete. Pensar que una derrota hoy significará la destitución fulminante del serbio es excesivo, quizá porque no está claro si de verdad el mánager general deportivo tiene ya estudiado el posible recambio.
Rufete, dicho sea de paso, no apareció ayer por Swansea. Se esperaba que el exfutbolista se sumara a la expedición, pero ni él ni tampoco ningún miembro de su equipo se subieron al avión y tampoco tienen previsto presentarse esta noche en la ciudad galesa. No habrá esta vez filmaciones de vídeo del entrenamiento y a Rufete le toca ver el encuentro por televisión. Se evita así una nueva fotografía dañina para el entrenador y desde luego todo el morbo del mundo. Después de la convulsa jornada del martes, con los hombres de Rufete recién aterrizados en el campo de trabajo del primer equipo, parece que ha habido una forzada tregua. Sorprende también que el nuevo máximo responsable de la plantilla no viaje con el grupo, algo a lo que era aficionado Braulio Vázquez. Es cuestión de opiniones porque cualquier decisión que tomara Rufete sería analizada y puesta al examen.
Lo indudable es que el ambiente que se respira en torno al primer equipo está muy enrarecido y ni la música del vestuario ayuda a amortiguar esa idea. Los resultados, lógicamente, aún contribuyen menos. Tan sólo esa primera parte que se jugó en Elche el domingo pasado permite albergar una ligera esperanza de que hoy, contra el equipo de Laudrup, Pablo y compañía, se puede hacer medianamente bien las cosas.
Son tantas las veces que se ha dicho eso de ';a partir de ahora remontamos'; que ya queda poca fe en lo que sea capaz de hacer este grupo de jugadores. No obstante, parece claro que no sirve como referencia tampoco el enfrentamiento de la primera vuelta en Mestalla. Aquel 0-3 resultó claramente matizado por la expulsión a los diez minutos del hoy desaparecido Rami.
Es eso lo que opinan los futbolistas y también los entrenadores de ambos equipos, conscientes de que quedar primeros les asegura evitar en la próxima ronda a todos los primeros y a los cuatro con mejor coeficiente que ';caen'; de la Champions. Además está lo del dinero, esos tres millones de euros que puede asegurarse el Valencia de ganar estos dos partidos que faltan aún.
De todas formas, y pese a esto, Djukic se ve obligado a hacer cambios. No es que su once esté definido -que nunca lo ha estado-, pero en la Europa League se ha permitido exprimir un poco más la plantilla. En el Swansea destaca por encima de todo la baja obligada por lesión de Michu y eso siempre es un respiro para el rival.
Sobre el césped, ambos equipos pueden rivalizar en ver quién alinea a más jugadores españoles. Ocho tiene en su plantilla Laudrup y diez Djukic, que además se ha traído a Barragán por aquello de no dejarlo solo en Paterna, ya que el lateral era el único que había sido descartado por decisión técnica, ya que Guaita, Banega y Pabón tenían molestias.
Será Joao Pereira el que actúe en el lateral diestro de una defensa que, pese a que Alves negó que hiciera agua, no sabe cómo cerrar las grietas. Se espera que entre Víctor Ruiz, por lógica ocupando la plaza de Mathieu, más porque Djukic se niegado a jugar con dos centrales zurdos que debido a que Ricardo Costa esté muy fino. Adivinar la composición del resto de integrantes del once es difícil. Míchel lleva esperando muchos días en el lado oscuro y Djukic sólo tira de él cuando hay cita europea.
De cualquier forma, que se vaya preparando el Valencia porque el Swansea es un equipo al que le gusta manejar el balón y se siente muy cómodo en su campo. Que los blanquinegros estén invictos como visitantes en Europa desde la fase de grupos pasada de la Champions (perdieron contra el Bayern) no es motivo para confiarse teniendo en cuenta la flojera de piernas de equipos como Sankt Gallen y Kuban.
Al Valencia no le basta tampoco con ser el equipo que más veces ha chutado a puerta en estas cuatro primeras jornadas disputadas. Esos 30 intentos están bien, pero como la puntería siga igual que en partido frente al Elche, aceptable en juego pero con otra dolorosa derrota, a Djukic no le salvará la animada marcha musical del vestuario.