Bankia necesita cerrar pronto la negociación ante la posibilidad de que la juez decrete en unas semanas otra suspensión cautelar del aval A la espera del acuerdo definitivo, el Consell no contempla ya más solución de futuro que la refinanciación de la deuda
A. BADILLO | VALENCIA..-
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La imagen de una Bankia victoriosa tras el auto judicial que convirtió al Consell de nuevo en avalista comienza a distorsionarse. Cuando se cumple una semana de la bomba del TSJ, y a la espera del cónclave que determinará el futuro del club de Mestalla, los discursos extraoficiales de los actores atrapados en este laberinto coinciden en dos consideraciones: la 'patata caliente' continúa en manos del banco y la venta de la entidad, hasta hace poco única salida contemplada por las partes con poder de decisión, queda ya relegada a un plano muy secundario.
El cambio más sensible se aprecia en el Consell. Hasta la resolución judicial, y con el cierre de RTVV como vara de medir, el gobierno valenciano enfocaba el problema desde una fría óptica empresarial. Si el dinero público no está para mantener clubes de fútbol, la escapatoria lógica era la venta, planteamiento ante el que Bankia, obviamente, se frotaba las manos. Ahora, sin embargo, el Consell no vislumbra más salida que la refinanciación de la deuda de la Fundación, por lo que el suspiro llega desde el otro lado del ring, donde a Amadeo Salvo y Aurelio Martínez comienzan a cuadrarles las cuentas.
Una realidad es inapelable: la decisión depende en exclusiva de Bankia, que desde hace una semana podría haber adoptado las medidas más drásticas en defensa de sus intereses. Pero fuentes tanto del Ejecutivo autonómico como del máximo accionista asumen que ninguna postura de fuerza conviene estratégicamente a la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri.
Si Bankia ejecutara el aval, abriría un conflicto institucional con el Consell, por mucho que pudiera alegar que fue éste quien desató las hostilidades con su «actitud desleal», denunciada en el recurso de reposición que finalmente ha estimado el TSJ. La segunda posible vía para el banco sería quedarse en prenda con las acciones, algo que carecería de lógica salvo que se tratase del paso previo hacia una tercera decisión extrema: la venta del club. Y ante esta hipótesis comienza a ponerse en valor un aspecto que en el momento más agrio de la crisis unos y otros pasaban por alto: el coste social que dicha medida acarrería a su ejecutor. El Consell ya ha decidido que no será él quien dé el paso, mientras que nadie en el entorno de la operación ve hoy por hoy a Bankia adoptando semejante decisión.
A todo ello hay que añadir un factor adicional que envenena aún más el debate para la entidad financiera y se abre paso en el ámbito judicial. Aunque Bankia podrá ahora defenderse en el proceso desde el principio, la decisión sigue quedando sujeta al criterio de la juez Laura Alabau. Y no son pocos los que sostienen que su veredicto será el mismo. Incluso se especula con la posibilidad de que en un par de semanas la situación dé otro giro radical y la magistrada suspenda cautelarmente el aval.
En tal caso, Bankia volvería a quedarse sin protección, por lo que le interesa minimizar riesgos y cerrar un acuerdo rápido mientras las garantías conserven su vigencia. La primera toma de contacto será inmimente. Varias fuentes apuntaban ayer que podría producirse hoy en Madrid entre Aurelio Martínez y los responsables del banco.
De momento, y consciente de la realidad aún cambiante, el Consell ofrece diálogo pero con matices. Está dispuesto a responder por el actual aval, e incluso a subsanar las deficiencias que pudiera tener, pero en ningún caso firmará uno nuevo. Tampoco asumirá fórmulas imaginativas, como el pretendido desvío del crédito de la Fundación al IVF, lo que no hace más que allanar el terreno hacia el pacto cuyas bases quedaron sentadas en la cumbre del 9 de septiembre en la Conselleria de Hacienda: refinanciación de la deuda de la Fundación a 18 años, los tres primeros de carencia, con una reducción de intereses del 6% al 3%. En este sentido, el gobierno valenciano ya ha puesto en valor ante el banco la labor desarrollada por el equipo de Aurelio Martínez. Considera el Consell que la nueva Fundación ha encontrado al fin la vía legal para sortear la asistencia financiera, lo que da viabilidad a su propuesta. Tras un trienio en el que sólo pagaría intereses (2,7 millones anuales frente a los 4,8 actuales), el máximo accionista debería estar ya en disposición de amortizar capital, apoyado en los recursos que generará el nuevo Mestalla y sobre todo el museo del club.
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