El banco pide un plan de pagos fiable mientras las opciones de venta suben enteros
J. M. BORT VALENCIA
La Fundación del Valencia CF y Bankia tienen prevista hoy una nueva reunión para despejar el camino de la refinanciación de los préstamos. Será la segunda en apenas cuatro días, después de la mantenida el pasado viernes. Esta vez, sin embargo, no se espera ninguna representación de la Generalitat Valenciana, ya que ha dicho todo lo que tenía que decir. Ahora apoya absolutamente la postura del máximo accionista del club de Mestalla. Al Consell le conviene cerrar cuanto antes esta historia y utilizar su condición de avalista para darle vuelo sólo para eso a la economía del Valencia.
La relación entre el banco, al que el patronato le debe cerca de 85 millones de euros incluidos los 3,8 impagados del último plazo es fluida, pero no está libre de tensiones. Queda mucho por definir. La entidad bancaria ya trasladó el viernes al presidente de la Fundación, Aurelio Martínez, que necesita conocer un plan de pagos fiable y bien atado. Y, por supuesto, ya le ha exigido al Consell un «aval estable», algo que hoy no existe, ante la posibilidad de que la garantía vuelva a ser suspendida, aunque sea de forma cautelar.
Aurelio Martínez, que ha trasladado a Bankia su intención de dejar descabezada la Fundación si no adopta una postura de flexibilidad, vive atento a varios frentes para salvar al Valencia. La posibilidad de la venta del club está más que nunca sobre la mesa. En plena indecisión sobre cómo resolver la financiación de los créditos de la Fundación y del club (este de 219 millones de euros), tanto el dirigente del patronato como el del Valencia, Amadeo Salvo, han comprobado que la llegada de un inversor para retomar las obras del nuevo estadio puede estar ligada, obligatoriamente, a la venta de la mayoría accionarial del club. La auditoria KPMG insiste en ello, aunque Aurelio y Salvo lo saben de sobra. Bankia, como máximo acreedor, también tiene la palabra y es el momento de explicarse.
La relación entre el banco, al que el patronato le debe cerca de 85 millones de euros incluidos los 3,8 impagados del último plazo es fluida, pero no está libre de tensiones. Queda mucho por definir. La entidad bancaria ya trasladó el viernes al presidente de la Fundación, Aurelio Martínez, que necesita conocer un plan de pagos fiable y bien atado. Y, por supuesto, ya le ha exigido al Consell un «aval estable», algo que hoy no existe, ante la posibilidad de que la garantía vuelva a ser suspendida, aunque sea de forma cautelar.
Aurelio Martínez, que ha trasladado a Bankia su intención de dejar descabezada la Fundación si no adopta una postura de flexibilidad, vive atento a varios frentes para salvar al Valencia. La posibilidad de la venta del club está más que nunca sobre la mesa. En plena indecisión sobre cómo resolver la financiación de los créditos de la Fundación y del club (este de 219 millones de euros), tanto el dirigente del patronato como el del Valencia, Amadeo Salvo, han comprobado que la llegada de un inversor para retomar las obras del nuevo estadio puede estar ligada, obligatoriamente, a la venta de la mayoría accionarial del club. La auditoria KPMG insiste en ello, aunque Aurelio y Salvo lo saben de sobra. Bankia, como máximo acreedor, también tiene la palabra y es el momento de explicarse.
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