De las risas de Speyer a los 'rajes' de Sevilla

El pasado 10 de julio, la plantilla del Valencia CF partía rumbo a Speyer (Alemania) con la mochila repleta de ilusiones de cara a diez días de convivencia y trabajo en equipo. Las sensaciones en la pretemporada fueron inmejorables entre plantilla y cuerpo técnico. Una balsa de aceite que, dos meses después, está cerca de saltar por los aires tras tres derrotas consecutivas en Liga.

VLC NEWS estuvo presente en la concentración de Alemania, e informó a lo largo de semana y media de todos los detalles de la nueva sinergia creada entre el cuerpo técnico capitaneado por Miroslav Djukic, Raymond Henric-Coll y Dejan Illic; y la plantilla del Valencia, huérfana de referentes tras la salida de David Albelda pero con nuevos 'hombres fuertes' como Ricardo Costa o Ever Banega, toda vez que Soldado seguía de vacaciones tras participar en la Copa Confederaciones.

La convivencia fue una verdadera balsa de aceite durante los diez días. El exigente trabajo físico planificado por Dejan Illic, que hizo sudar de lo lindo a la plantilla, fue tomado por los futbolistas como un paso en la dirección correcta. No obstante, algunos jugadores -que ya habían sido muy críticos con la preparación de Gabriel Macaya en verano de 2012- no se 'cortaron' a la hora de pedir un ritmo inferior los días de partido. Djukic fue inflexible: el objetivo en Alemania no era mejorar en lo futbolístico, sino 'cargar baterías' de cara a una temporada exigente.

Dos meses después, las caras de cansancio y satisfacción se han agriado. En voz baja, en los pasillos de Paternaya se oyen críticas a la labor física. Algo similar ocurre con el discurso del técnico: la ambición y declaraciones de intenciones en Speyer se han vuelto contra el entrenador. El mensaje ganador, tras las tres derrotas consecutivas en Liga, empieza a perder fuerza. Y en ello tuvo mucho que ver la 'tocata' del serbio a sus futbolistas tras el ridículo ante el Espanyol, hace tres semanas.

Un sector de la plantilla se vio aludido directamente por el 'raje' de Djukic, tensando la cuerda todavía más. Quizá por eso, las palabras del técnico el pasado domingo no fueron, ni de lejos, igual de duras con sus jugadores. Pese a ello, algunos futbolistas reconocían en privado que la situación está lejos de ser idílica.

Si los futbolistas están especialmente sensibles con todo lo que hace o dice el cuerpo técnico, el equipo de trabajo de Djukic considera que también tiene motivos para el enfado. Que tienen jugadores sobrados de calidad pero cuya implicación es endeble como una hoja de papel. Futbolistas que reclamaban un hueco en el once no dieron la tallaante el Betis. Hombres que han protestado públicamente, como Mathieu, naufragaron en el Villamarín. Sólo algunos, como Diego Alves, Ricardo Costa o el 'fundido' Joao Pereira -al que se le han dado unas 'minivacaciones' por el desgaste al que está siendo sometido- se salvan de la quema y están rindiendo a un nivel aceptable.

El entrenamiento de ayer por la tarde fue una buena muestra del nivel de tensión existente entre ambos bandos. Djukic y sus colaboradores mostraron un resumen gráfico del partido del pasado domingo de poco más de un cuarto de hora. Los futbolistas observaron en silencio, con poco que decir ante el vídeo de su deficiente actuación ante el Betis. Después se ejercitaron con normalidad ante la atenta mirada de un cuerpo técnico que va a realizar cambios importantes de cara al partido ante el Swansea y que espera un paso adelante de los menos habitualesen la Europa League.

En la cúpula del club se observa con preocupación como el clima idílico e ilusionante visto en Alemania se ha tornado en malas caras, culpas repartidas y descontento en apenas dos meses. Braulio Vázquez era uno de los hombres más 'tocados' el domingo de madrugada. Amadeo Salvo, con rostro de preocupación imposible de ocultar, le dio vueltas a la derrota y a la imagen de los suyos toda la noche.

El presidente, un hombre próximo al mundo del fútbol desde hace años en la escuela del San José, le gustaría reforzar la figura de su entrenador pero, a la vez, es consciente de que son los jugadores los que tienen que sacar la situación adelante. Esta semana acudirá a Paterna -como todas las semanas- a hablar con ellos con untalante conciliador: no se quieren repetir en la entidad situaciones de temporadas anteriores, en las que las'llorentinas' en la Ciudad Deportiva dejaron de surtir efecto después de respaldar la figura de Unai Emery en media docena de ocasiones. El ex entrenador blanquinegro podría 'incendiar' todavía más la falla el próximo domingo, si su Sevilla extrae algo positivo de su visita a Mestalla.

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