¿Ahora sí lo que antes no?

PEDRO MORATA. 11/06/2013 "¿Cómo es posible que estas mismas dos empresas no se dirigieran anteriormente a Llorente? ¿Por qué ahora es tan fácil? No me cuadra. Algo falla..."

VALENCIA.

 Estoy especialmente expectante ante dos cosas que parece que los nuevos consejeros del Valencia CF pueden conseguir y que los anteriores no podían porque era imposible. Una es acabar el nuevo estadio y la otra pasarle dinero de la caja del club a la de la Fundación para pagar los intereses del crédito de la Fundación. Esto segundo se denomina 'asistencia financiera' y es un término que gracias al abonado y accionista del VCF Andrés Sánchis hemos descubierto todos.
Es una de esas cosas que impide la Ley, pero que yo me pregunto qué motivación le llevó a este accionista a denunciarlo. Está en su derecho. Y supongo que el motivo es que como está en contra de la Fundación, porque aplica el rodillo accionarial, no quiere que la factura la pague el club. Seguro que la cosa cambiaria, si le hubiesen metido de patrono o de conserje de la Fundación. En mi tierra se dice que no hay nada mejor para "callar a fulanico que darle un carguico". De hecho el hombre es tan transparente que lo pidió y se sorprendió que no se lo ofrecieran.
El caso es que se acerca agosto y hay que soltar 4,8 millones de euros. Y la caja de la Fundación no los tiene. Los tiene la del VCF. Luego vendrán las prorrogas, las prisas y todo eso, pero técnicamente el dinero ha de salir de la caja del club. ¿Cómo van a salvar la asistencia financiera? Llorente no, sino un prestigioso bufete de abogados (Garrigues; en el que trabaja Tomás Trenor) no encontró la fórmula legal. Pero ahora ha llegado Francisco Blasco, patrono de la Fundación y catedrático de derecho civil y dice que sí que se puede hacer.
Estoy expectante porque si es así tendré que pensar dos cosas: o Garrigues y Tomás Trenor no aconsejaron legalmente bien al club o Llorente buscaba excusas para no pagar y para que ese dinero no saliera de la caja del Valencia y que fuese la Generalitat la que se buscara la vida para ello. De ahí nacería el cabreo de la Generalitat con Llorente por haber dado lugar a que se le coloree la cara al Consell, teniendo que poner los 4,8 millones, que tampoco es así de cierto, porque pudieron aumentar el aval de 81 a 85,8 sin tener que soltar ni un euro.
A Llorente me consta que su mentor le dijo: "no des lugar a que la Generalitat tenga un problema por 4,8 millones de euros porque eso te matará". Por cierto, aprovecho para sorprenderme porque a Tomás Trenor le moleste que le cambien. El nuevo consejo nombra a otro Secretario (no consejero) del consejo de administración. ¿Qué pensaba Trenor, que el cargo era vitalicio?
Y mi segundo tema de expectación es la finalización del nuevo estadio. Con toda la naturalidad del mundo, Amadeo Salvo y Aurelio Martínez han explicado que se han dirigido a ellos (no los han tenido ni que buscar), dos empresas que ofrecen acabar el nuevo estadio a cambio de la explotación del terciario (zona comercial exterior y algunos servicios del estadio en época de no futbol o incluso palcos o naming). Me han expresado que lo ven muy posible a tenor de estas dos reuniones que han tenido. Conozco los interlocutores y yo no lo tengo tan claro, pero bueno, de momento hago caso a lo que dicen los que mandan.
¿Cómo es posible que estas mismas dos empresas no se dirigieran anteriormente a Llorente? ¿Por qué ahora es tan fácil? No me cuadra. Algo falla. Porque claro ya me hago cruces si tengo que hacer caso a los que me sugieren al oido que Llorente no quería ni tenía mucho interés en acabar el nuevo estadio, porque pensaba que el viejo Mestalla ya se queda grande y que ahora no era el momento de poner esfuerzos en la tarea de acabar el nuevo. Y que por ello, nunca echaba gasolina al depósito de esas gestiones. Sinceramente no me lo creo. Aurelio Martínez me ha dicho que su idea es reanudar las obras del nuevo estadio en enero. Y yo me ilusiono, pero a la vez se me pone cara de interrogación. No pueden ser ahora tan fácil cosas que antes parecían imposibles. Pero me quedo con sumo gusto sentado a la espera de que estas cosas pasen. Porque les voy a decir una cosa: el dia que se acabe el nuevo estadio, empieza un nuevo Valencia CF, más fuerte y mejor. Si en ese momento no lo preside un manirroto o un descerebrado como alguno que ya hemos sufrido aquí. 

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