Los 3,4 millones han de incluirse en el próximo presupuesto, lo que permite al actual consejo mantener su superávit y supone un lastre futuro
JUAN CARLOS VILLENA | VALENCIA..-
JUAN CARLOS VILLENA | VALENCIA..-
Mientras la afición del Valencia llena de ilusión la caravana hacia Getafe, el conglomerado social que conforma la actualidad del club continúa en plena erupción. El último capítulo de la guerra fría entre los actuales dirigentes y los futuros tiene como telón de fondo la prima para la plantilla en caso de que consiga amarrar la cuarta plaza y posteriormente, ya metidos en el mes de agosto, supere la previa de la Champions. Una vez más, como ya ocurrió con la rebaja en el precio de los abonos, consejo y Fundación escenifican que la transición está siendo de todo menos tranquila.
Pero como el entorno de la entidad parece anestesiado para convivir con una polémica tras otra, lo más inverosímil aparece pintado con una capa de normalidad. Llorente transmitió a la plantilla, a principio de curso, que la prima por clasificarse para la Liga de Campeones, como terceros, que habían percibido en las últimas campañas resultaba este año inviable. Y los jugadores, aunque no les gustó el recorte, aceptaron.
Pero llegó el viaje a San Sebastián y la derrota contra la Real Sociedad. Entonces Vicente Andreu, pulsando la opinión de plantilla y consejeros presentes, llegó a la conclusión de que el mejor estímulo para remontar a los vascos era recuperar el premio (3,4 millones de euros) abortado unos meses antes. Con el visto bueno de Llorente, que sigue teniendo la firma delegada hasta el 4 de junio, el presidente interino se desplazó a la ciudad deportiva de Paterna unos días antes del encuentro frente a Osasuna para transmitir la buena nueva a los jugadores. Faltaba plasmar el acuerdo verbal en un documento oficial, algo que se produjo ayer en la sede del club.
La Fundación se siente de nuevo molesta, y más por las formas que en el fondo. Porque ninguno de sus patronos puede poner la mano en el fuego por la renuncia del futuro equipo gestor a negociar en el futuro primas con la plantilla. Pero el acuerdo ha vuelto a coger a todo el mundo con el paso cambiado.
El incentivo pactado por Andreu con los jugadores lo interpreta el máximo accionista de la entidad como un regalo envenenado al nuevo consejo, cuya confección realizará Amadeo Salvo. El pasado año, por ejemplo, la prima de 3,4 millones estaba incluida en el presupuesto correspondiente a ese ejercicio. Pero en esta ocasión el premio no llegará si el Valencia arrebata la cuarta plaza a los donostiarras, sino que quedaría pendiente del resultado de la previa de la Champions, disputada ya en la temporada 2013-14. El pago del premio tendrá que ser aprovisionado por tanto en el primer presupuesto que confeccione el nuevo consejo de administración.
Por ello ayer el presidente de la Fundación se quejó de forma pública, más por el continente que por el contenido. «Lo que nos hubiera gustado es que se nos consultara. Igual habríamos llegado al mismo acuerdo, pero un consejo que está un poco saliente estaría bien que comunicara ese tipo de decisiones» E incidió en lo irreversible de la medida. «¿Cómo vamos a dejar sin efecto una decisión de un consejo que sigue estando activo, aunque sea de forma transitoria?», reflexionó Aurelio Martínez.
Minutos antes de esas declaraciones Vicente Andreu, como miembro de la comisión ejecutiva del patronato, había confirmado en la reunión del mismo (que debía fijar el nombre de la empresa que realizará la auditoría externa) la existencia del documento que compromete al club al pago del premio. A la salida del cónclave, el presidente interino fue más allá: «Si me lo dan por escrito voy mañana a Paterna y quito las primas por orden del mayor accionista. Pero, claro, me han dicho que no. Lógicamente. No se puede revocar porque además es un absurdo. Hasta agosto no se va a saber, pero se ha considerado oportuno darles ese estímulo. No pueden revocarlo porque es un acuerdo tomado por el consejo que administra ahora el club. Creo que tampoco lo harían porque sería enfrentarse a la plantilla». Un órdago en toda regla por parte de la entidad, pronunciado con reveladora sonrisa. De hecho, la medida no ha pasado por el consejo de administración.
Hasta aquí la exposición de lo ocurrido. Pero la reflexión es mucho más profunda. Las dos entidades, club y Fundación, están legitimados para tomar decisiones en su ámbito de competencia. El actual consejo cuenta con toda la capacidad legal, hasta el 4 de junio, para cerrar los acuerdos que estime oportuno en beneficio de la entidad. Tiene el poder de gobernar el Valencia. Eso es indiscutible. Al máximo accionista, por su parte, le asiste el derecho a dar o quitar ese poder en una junta de accionistas. Llorente ofreció a Federico Varona realizar una transición rápida, poniendo la fecha de la junta para el 10 de mayo. Pero el entonces presidente de la Fundación, más pendiente de su propuesta de elecciones que de otra cosa, rechazó el ofrecimiento y optó por una transición más larga. Una situación que, en una entidad tan complicada societariamente como el Valencia, era una temeridad.
Lo único que une a consejeros y patronos (sólo comparten ambos cargos Vicente Andreu y Fernando Giner) es el deseo de que el Valencia dispute la próxima temporada la Champions. Por ello Aurelio Martínez quiso restar ayer hierro al nuevo desencuentro, redondeando al alza el importe de la prima para lanzar su argumento: «Si te clasificas te adjudican veinte millones y las primas son cuatro, el saldo es positivo. El consejo está capacitado para tomar sus decisiones, en el próximo os aseguro que yo no voy a estar».
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