J. V. Aleixandre
Ni la trabajada victoria de Getafe ni el brillante último trazado que está llevando a cabo el Valencia, pueden mitigar, ni mucho menos esconder „como han pretendido algunos medios de comunicación a petición de A. Fajardo„uno de los episodios más vergonzosos que se recuerdan en la historia del club. A lo largo de los últimos días hemos asistido a una bochornosa cadena de chantajeos perpetrados entre el estrafalario Consejo de pacotilla y la evanescente Fundación que preside el etéreo Aurelio M., con el correspondiente choteo de los jugadores que capitanean el consentidor Albelda y el sanguíneo Soldado. Ambos líderes, en lugar de desmentir este bochornoso comportamiento, para salvaguardar la honorabilidad de la plantilla, han mantenido un sospechoso silencio. Y quien calla...
Andreu, que tiene un morro que se lo pisa, ha accedido a los deseos de la plantilla y concederá a los futbolistas una prima ¡de 3, 4 millones de euros! (en pelas, cerca de 600 millones), por clasificarse para la Champions. Es decir, por limitarse a cumplir con su trabajo, envidiablemente remunerado, ya de por si.
Llorente, sin cuya autorización, el lacayo de Fajardo no mueve un músculo, no había previsto ese gasto en el presupuesto del año, porque las finanzas del club no están para tantas alegrías. Pero se ha vuelto atrás de su decisión, para quedar como un obsequioso con todos los jugadores y no sólo con un escogido ramillete de los mismos, como tradicionalmente ha hecho. El que venga detrás, que apechugue, debe estar pensando el resentido expresidente. Él y Fajardo, tan remirados y vigilantes con los números hasta hace unos días, se pasan ahora el presupuesto por el forro.
Consciente de la disparatada decisión y de la gravedad de su trascendencia, la parejita se quita el muerto de encima y se lo encasqueta a la Fundación. Con la contundencia que le caracteriza, A. Martínez enarca una ceja, se escandaliza „como cualquier mortal, ante semejante envite„ empuña el puntero, duda, se rasca la testa... y accede. A regañadientes pero consiente. No manda a Fajardo a tejer puñetas, se planta en el vestuario, pone firmes a los jugadores y les denuncia ante la afición por su falta de profesionalidad. Nada de eso. Al contrario: Aurelio se la envaina y traga con semejante tomadura de pelo. Alma de cántaro.
Sostiene Fernando (el silente candidato Gómez Colomer) que el dinero del fútbol ha de ser para los futbolistas. Totalmente de acuerdo. Pero las deudas que éstos generan, también deberían correr de su cuenta. Es el caso de este VCF que ha bordeado, „y puede volver a bordear„ la desaparición, por estirar más la manga que el brazo con sus jugadores, a lo largo de muchas décadas.
Por eso, ante numeritos como el que se viene protagonizado estos días, no podré evitarlo. A partir de ahora, cada vez que vea a alguno de estos jugadores besar embelesado la camiseta del VCF, pensaré que en lugar del escudo, lleva estampada la cara (dura) de Fajardo o el rostro (enorme) de Llorente. Por lo que respecta a Aurelio, que siga soñando. Hasta que se caiga de su angelical cama....
Andreu, que tiene un morro que se lo pisa, ha accedido a los deseos de la plantilla y concederá a los futbolistas una prima ¡de 3, 4 millones de euros! (en pelas, cerca de 600 millones), por clasificarse para la Champions. Es decir, por limitarse a cumplir con su trabajo, envidiablemente remunerado, ya de por si.
Llorente, sin cuya autorización, el lacayo de Fajardo no mueve un músculo, no había previsto ese gasto en el presupuesto del año, porque las finanzas del club no están para tantas alegrías. Pero se ha vuelto atrás de su decisión, para quedar como un obsequioso con todos los jugadores y no sólo con un escogido ramillete de los mismos, como tradicionalmente ha hecho. El que venga detrás, que apechugue, debe estar pensando el resentido expresidente. Él y Fajardo, tan remirados y vigilantes con los números hasta hace unos días, se pasan ahora el presupuesto por el forro.
Consciente de la disparatada decisión y de la gravedad de su trascendencia, la parejita se quita el muerto de encima y se lo encasqueta a la Fundación. Con la contundencia que le caracteriza, A. Martínez enarca una ceja, se escandaliza „como cualquier mortal, ante semejante envite„ empuña el puntero, duda, se rasca la testa... y accede. A regañadientes pero consiente. No manda a Fajardo a tejer puñetas, se planta en el vestuario, pone firmes a los jugadores y les denuncia ante la afición por su falta de profesionalidad. Nada de eso. Al contrario: Aurelio se la envaina y traga con semejante tomadura de pelo. Alma de cántaro.
Sostiene Fernando (el silente candidato Gómez Colomer) que el dinero del fútbol ha de ser para los futbolistas. Totalmente de acuerdo. Pero las deudas que éstos generan, también deberían correr de su cuenta. Es el caso de este VCF que ha bordeado, „y puede volver a bordear„ la desaparición, por estirar más la manga que el brazo con sus jugadores, a lo largo de muchas décadas.
Por eso, ante numeritos como el que se viene protagonizado estos días, no podré evitarlo. A partir de ahora, cada vez que vea a alguno de estos jugadores besar embelesado la camiseta del VCF, pensaré que en lugar del escudo, lleva estampada la cara (dura) de Fajardo o el rostro (enorme) de Llorente. Por lo que respecta a Aurelio, que siga soñando. Hasta que se caiga de su angelical cama....
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