Amadeo Salvo defiende la viabilidad de su proyecto: "No se puede hablar de utopía en algo habitual en el mundo de los negocios y el fútbol"
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A. BADILLO | VALENCIA..-
Encarnan la bicefalia del nuevo Valencia. Amadeo Salvo se expresa con contundencia. Va al grano. Aurelio Martínez, nacido para el magisterio, prefiere circunloquios que confirmen que su discurso ha calado en el receptor. Son muy diferentes, pero comparten responsabilidad. Uno ya es presidente y el otro lo será en breve. Ambos analizaron ayer con LAS PROVINCIAS las claves del futuro en una agradable charla sólo interrumpida una vez por el sonido del móvil de Aurelio Martínez. Era de Bankia, y esas llamadas siempre se cogen.
-Tras escucharles en sus respectivas puestas de largo como presidentes, tuve la impresión de que o ustedes son muy listos o sus predecesores muy torpes, porque todos los problemas que han atormentado al Valencia en los últimos años parecen diluirse en sus ';power point';.
Amadeo Salvo (A. S.): Aquí no hay ni listos ni torpes. Simplemente explicamos un modelo basado en cuatro pilares: la refinanciación, la búsqueda de socios que persigan una rentabilidad comercial con la explotación del terciario del nuevo Mestalla, el aumento del valor de la marca ';Valencia CF';, porque estamos convencidos de que tiene más recorrido y su explotación puede verse reflejada en mayores ingresos, y una apuesta deportiva que pasa por mantener a los jugadores de referencia y complementarlos en el futuro con gente de casa. Este último punto, el proyecto de inversión en la cantera, se consolidará en tres o cuatro años. Tenemos materia prima, Paterna siempre ha dado muy buenos jugadores, y lo que queremos es crear un modelo para que en el futuro cualquier entrenador, nuevo directivo o equipo gestor sepa que el Valencia tiene una fábrica que produce bien, de forma sistemática, y que la primera opción en igualdad de condiciones siempre será dar la oportunidad a lo nuestro, porque invertir en nuestra casa es invertir en nosotros mismos.
Aurelio Martínez (A. M.): No se trata de valorar quién es más listo o más tonto. Una cosa es conocer la metodología y otra llevarla a la práctica. Todo el mundo sabe cómo se deja de fumar, pero luego falta que lo consiga. Yo expliqué una metodología. Eso es sencillo. Lo difícil será aplicarla.
-Pero al conocer sus propuestas no fueron pocos los que pasaron de la euforia a la prudencia. ¿No se sienten a caballo de una utopía?
A. M.: Nosotros creemos en la viabilidad de este proyecto. No es utópico, sino realista. Difícil, pero realista. El problema es que necesitas tiempo. Estamos ante un plan realizable a medio plazo, aunque el corto plazo será una travesía del desierto de uno o dos años muy puñetera. Y en el transcurso de la misma tendremos que dar cosas a la afición. A lo mejor se podría adjudicar el estadio de aquí a final de año. Es apretado, porque hay que ver cómo está la obra, por si estos años de abandono la han deteriorado. En junio o julio firmaremos el convenio para establecer las bases de la cantera, lo que permitirá que la gente vea que ya apostamos por eso. Y en seis o siete meses espero también cerrar la refinanciación. El Valencia ya había hecho muchas cosas, negoció con Bankia y tenía unas bases sentadas. El único problema es el aval. Ya dije que cruzo los dedos para que la juez adopte una decisión. La que sea, ya casi nos da igual, pero que nos diga algo para conocer el escenario.
-Manual para escépticos, capítulo uno. ¿Sortear la asistencia financiera era realmente tan fácil como cambiar la titularidad de la escuela del Valencia y facturar al club, al margen de la prestación de otros servicios?
A. M.: Nada es sencillo, otra cosa es que lo explique sencillamente y la gente lo entienda. La asistencia financiera impide dar dinero a una fundación para que te compre acciones tuyas, pero no hay ningún problema si se hace a cambio de un servicio. El único requisito es poner un precio de mercado razonable. Si la gestión de la cantera vale 100, lo que no puedo hacer es cobrarle 500. Pero no basta con la cantera para cubrir los pagos del crédito. Necesitas más.
A. S.: A no ser que el año que viene tuviéramos la suerte de producir dos ';cracks';, pero eso es muy difícil.
A. M.: Hay que hacer un plan de negocio donde incluyamos la formación de jugadores, una escuela de élite, la puesta en funcionamiento del museo, la gestión del estadio... Una retahíla de actividades que genere un volumen importante de facturación para poder pagar lo que debes. Eso en un año es imposible. ¿Qué implica eso? De nuevo, tiempo. Necesitamos dos o tres años para madurar estos proyectos. ¿Eso cómo se hace? Pues se renegocia con el banco. Se le dice: "Mire, le ofrezco este plan de negocio". Sus técnicos comprueban que las cifras son realistas y entonces te permiten escalonar la carga. El primer año pagas una cantidad de intereses, el siguiente otra... Todo se puede hacer, aunque es más fácil decirlo. La teoría está tirada.
-Capítulo dos. Tras años de abstinencia y cilicio, ¿ahora resulta que se puede estar fuera de la Champions y no vender a las estrellas del equipo?
A. S.: ¿Refinanciar es algo utópico? Se hace cada día. ¿Acabar un estadio financiado por inversores a cambio de una explotación comercial? Lo acaba de conseguir el Espanyol, que sólo ha puesto 42 millones y además en Cornellà, que no es la avenida de las Cortes Valencianas. Segunda utopía, pues, que se cae. Y la tercera, ¿apostar por la cantera en un proyecto sostenible a cuatro años? Eso ya lo hacen muchos clubes. ¿Se puede ingresar más por conceptos comerciales? Por supuesto, porque lo hacen otros. Y pusimos ejemplos de Alemania, Inglaterra, Francia e Italia. Una cosa es que sea dificil, que hagan falta paciencia y trabajo. Pero no se puede hablar de utopía en algo habitual en el mundo de los negocios y del fútbol. Ese modelo existe.
-Entonces, si es todo tan fácil, ¿por qué no lo hicieron sus antecesores?
A. S.: Estaba el proyecto de Newcoval, que era parecido al nuestro, y en materia comercial el Valencia ha crecido en ingresos, pero nosotros creemos que se puede potenciar ese departamento para que sean más, y establecer un proyecto para que todo el mundo sepa por dónde va a caminar el Valencia. Y luego está el reto de mantener una plantilla sin jugar la Champions. Lógicamente, en ese supuesto tendríamos 11 millones menos, porque a los 20 que supone no ir a la máxima competición has de descontarles 5 de la Europa League y 3,7 de primas. Habría que tomar alguna decisión un poco diferente a la que nosotros hablamos el otro día, pero con muy pocos matices. Once millones tampoco te dan a cambiar mucho la configuración de la plantilla en relación con jugadores de referencia.
-Sus programas se apoyan en dos pilares: el aval y el nuevo estadio. Empecemos por el primero. Sin el aval del Consell, ¿qué futuro aguarda al Valencia?
A. M.: Primero quiero recordar que cuando se buscó la solución del aval nadie protestó. Al revés, a todo el mundo le pareció una solución fantástica, ingeniosa... Y hay una segunda idea importante. Nosotros lo que queremos es pagar el crédito. La Fundación se ha comprometido, en el periodo de tiempo que sea y dándonos un margen razonable, a devolver el préstamo y abonar los intereses. Eso desmonta la idea que puede existir en algunos aficionados o directivos de que el aval era un regalo porque al final no lo ejecutábamos y lo pagaba la Generalitat. Pero eso no es así. Las deudas están para hacer honor a ellas y hay que pagarlas. Si aceptas estos dos principios, el aval te vale para que el tipo de interés sea distinto, te den un mejor plazo... Moraleja: el aval es importante para conseguir mejores condiciones, pero para poder pagar el préstamo, no para obviarlo.
-¿Y si al final no llegara el aval se irán?
A. M.: Si no hay aval la decisión final que tomemos va a depender ya de Bankia. Una vez que se retire la Generalitat y no puedas conseguir las ventajas que supone estar con su paraguas, el banco tampoco tiene grandes posibilidades de concederte excepciones, aunque albergara la mejor voluntad del mundo. Está sometido a tantos controles que no le van a dejar.
-Y si tan importante es que el gobierno valenciano asuma el compromiso de 2009, ¿por qué la Fundación no recurrió la sentencia del juez pudiendo legalmente hacerlo?
A. M.: Es lógico. Estando ahí el recurso de Bankia ya había alguien que recurría. ¿Que nosotros habríamos reforzado esa posición? Pues probablemente sí, pero era tomar partido en el debate del aval. ¿Y para qué? La Generalitat políticamente no puede aceptarlo y lo entiendo con todo lo que está cayendo. Y nos parecía que si ya hay un recurso, tú no añades mucho más.
A. S.: No olvidemos que el Valencia y la Fundación han sido ayudados por las dos partes, por Bankia y por la Generalitat, y lo que no puedes es posicionarte por uno u otro. Tú tienes que ser neutro y que decida quien deba decidir.
-Demos por hecho que al final una sentencia favorable acude en auxilio del Valencia. ¿Qué tipo de refinanciación tienen apalabrada con Bankia?
A. M.: El proceso de negociación que hizo el club en su momento era razonable, 15 años más tres de carencia. Nos agarraremos al carro aprovechando el aval porque es un buen acuerdo.
-Hablemos del nuevo estadio. ¿Cuántas empresas han mostrado interés por acabar las obras a cambio de la explotación comercial?
A. S.: Interés serio, dos. Hay tres, pero una ni la contabilizaría. Una de ellas es a cambio de la explotación comercial, parte de activos del estadio, no aquellos propios del fútbol (entradas, palcos...), y algunas actividades de uso del propio campo cuando no hay partidos. La otra simplemente se centra en el estadio, su explotación. Las dos quieren la explotación del parking y determinadas áreas que debemos ver si son concesiones... No hemos entrado en contacto con ninguna de estas empresas. Nos buscaron ellas a nosotros. En el momento en que se acabe la ';due diligence'; encargaremos a una empresa que nos ayude a seleccionar la mejor opción.
A. M.: Siempre hemos abogado por la transparencia y estos procesos son muy complejos. Es muy complicado para nosotros valorar todos los aspectos, técnicos, financieros, fiscales... Lo que se suele hacer es encargar a la KPMG de turno que haga la preselección y acabe poniendo la solución encima de la mesa. Eso garantiza de que de verdad optas por la mejor oferta.
-¿Y en qué fecha calcula que se reiniciarán las obras?
A. M.: Uf, es dificil, eso nos lo tienen que decir ellos.
A. S.: Sólo podemos decir que hemos tenido una toma de contacto y eso nos ha abierto la esperanza. Si ya han entrado ellas en contacto con la Fundación, porque el Valencia no ha empezado a gestionarse, es porque realmente hay viabilidad.
-Si pudieran empezar de cero, ¿qué modificación introducirían en el faraónico proyecto de Juan Soler?
A. S.: Pues lo que nos dijeran los expertos. Todo en la vida es mejorable. Si tú empiezas un proyecto bajo un prisma de explotación comercial cambia respecto a si lo haces bajo el criterio de funcionalidad o una visión estética.
-¿Reducirían el aforo?
A. S.: No tiene por qué. Tal y como está hoy el Valencia, el último anillo quedaría vacio, pero los tres primeros, los más próximos al césped, no cambiarían mucho el aspecto general del estadio.
A. M.: ¿Cuántos años nos ha durado Mestalla? Cuando planificas una instalaciones de estas características tienes que pensar en el futuro. No puedes decir que como estamos en crisis somos menos, porque hace diez años había muchos más socios y quizá dentro de diez vuelva a ocurrir.
-Hace poco más de un mes, ninguno de ustedes se imaginaba sentado en esa silla. Usando terminología futbolística, ¿qué dimisión les dejó más en fuera de juego, la de Varona o la de Llorente?
A. S.: Ambas por igual. Vinimos aqui con otro objetivo. Se formó un grupo multidisciplinar para estudiar la situación de la Fundación y, de la mano del Valencia, analizar el problema de la asistencia financiera. Con la dimisión de Llorente cambiaron las condiciones y de repente los nuevos patronos tuvimos que hacernos cargo de la gestión. Se estudió el tema de la democratización, que es una buena idea que se hará en el futuro. Y luego llegó lo de Federico (Varona), otro golpe que tambaleó la continuidad de los patronos no institrucionales. Nos quedamos descabezados y con una sensación amarga, porque aquí vinimos para ayudar al Valencia por amor y el presidente decidió, por temas personales justificables, que no quería continuar en esto. Te empiezas a replantear todo. ¿Y qué hacemos nosotros? Al final decidimos continuar y hoy estamos aquí. Fue un duro golpe que nos hizo replantearnos muchas cosas.
-Se le ve afectado cuando habla de aquel pasaje.
A. S.: Es que tú llegas aquí para algo y te cambian las reglas del juego. Vienes a jugar una partida de tenis y de repente te ves en un campo de rugby. Y yo no quería recibir golpes por todos los lados.
-Habla de democratizar un club del que controlan el 70% del accionariado.
A. S.: Lo haremos hablando con todo el valencianismo, los pequeños accionistas, respetando el capital, pulsando el ';feedback'; de los accionistas... Contrataremos a alguna empresa especializada que nos haga un proyecto de democratización y luego tendremos que valorar en qué momento lo abordamos, si es el primero, el segundo o el tercer año, porque de repente quizá hay acuerdos comerciales importantes ya firmados o pendientes de firma y si hablas de democratización o cambios de gobierno los patrocinadores pueden echarse para atrás
-¿Por qué no está siendo posible una transición civilizada?
A. M.: Muchas cosas se han magnificado. Son sólo diferencias de oponiones. Por ejemplo, quién paga la auditoria. Desde el estricto punto de vista que defiende Vicente Andreu, el que encarga la ';due diligence'; debe pagar. Eso es cierto. Pero cuando la encargamos lo que queríamos era adelantar el proceso para buscar inversores y terminar el estadio. Es imprescindible. Ningún inversor meterá recursos si no tiene la certeza de que las cuentas están de acuerdo con los estándares internacionales. ¿Significa eso desconfianza? En absoluto. Es sólo lo que te piden.
-De todas las zancadillas que les ha ido poniendo el consejo, ¿es la prima por la Champions con cargo al próximo presupuesto la que más les ha dolido?
A. M.: La prima tiene dificil solución. Vamos a pensar los escenarios posibles. Si la tienen prometida y se la quitas porque la situación económica esta mal habrá polémica por poner piedras en el camino hacia la Champions. Si no la tienen puesta y se la ponen, polémica por dilapidar dinero. Es una sitaución complicada. Lo único que he dicho es que el consejo tiene las competencias pero, dado que estamos en un periodo casi preelectoral, podría haber consultado. Aunque probablemente no habríamos dicho algo distinto.
-Si encuentran algo raro en la auditoría, ¿tirarán de la manta?
A. M.: Yo estoy convencido de que no va a salir nada. Son un grupo de profesionales y han hecho la gestión lo mejor que han podido. Pero si nos ponemos en el hipotetico caso y sale algo, yo recomendaría a la gente del consejo que hiciera lo que tiene que hacer, porque si no serán ellos responsables de lo que hay allí.
-Aunque hablemos eufemísticamente de una auditoría, lo que han encargado a KPMG es una ';due diligence';, y eso sólo tiene una finalidad: fijar un precio al club. ¿Quien pone precio a algo, ya se sabe lo que busca…?
A. M.: Son más cosas que eso.
-¿Pero son ustedes conscientes de que encarnan una vía de futuro, pero al mismo tiempo está muy presente la posibilidad de la venta del club?
A. M.: Sí, sí. Como economista no puedo negar que haya gente que esté pensando en vender el club, y es una alternativa perfectamente viable y económica. Pero lo que decimos como patronato es que si hay que venderlo, nosotros no lo haremos. ¿Por qué? Pues probablemente por un tema más sentimental.
-¿Sabe que a Bankia han llegado ofertas para comprar el Valencia y que el Consell cuanto menos no pierde de vista la posibilidad?
A.M.: Sí, bueno, y todos los días salen en la prensa que hay 25 inversores, lo que no sabemos es en que condiciones. Cuando aparecen jeques árabes o empresarios rusos vinculados al petróleo, detrás de ellos hay grupos de inversión con un personal cualificado fantástico que no viene aquí como Reyes Magos a regar el campo valenciano de millones a costa de nada. Vienen a coger los activos del Valencia, valorarlos, mirar qué rentabilidad pueden sacarles, y obviamente dentro de ese paquete de inversiones es mucho más fácil controlar todo el proyecto si eres a su vez socio mayoritario que si no lo eres. La parte deportiva a lo mejor a alguno le interesa mucho, pero perdone que lo dude, porque si es rentable sí, pero si no lo es a lo mejor no le interesa tanto. Son fondos de inversión y exigen tesultados.
-A ustedes mismos se han dirigido inversores interesados en la compra del club. ¿Qué tipo de oferta planteaban?
A. S.: Querían comprar el 51% de las acciones del Valencia y elaborar un proyecto estratégico que cubría la construcción del nuevo estadio buscando inversores, poner a la venta el viejo Mestalla, reducir deuda y hacer un plan económico de posicionamento comercial del Valencia. Vamos, lo mismo que nosotros.
-Amadeo, ¿fue un error garantizar de un modo tan categórico que los jugadores franquicia no se venden, citando incluso nombres? En una tierra donde hemos sobrevivido a las promesas de Soler o Soriano, entenderá que desdecirse en una cuestión tan sensible no sería un buen comienzo.
A. S.: Dijimos que no se venderían los jugadores de referencia, pero hay más de los que nombré. No voy a citar de memoria a los 14. Este tema se puede mirar de muchas formas. Si no digo que se va a mantener la plantilla e intentar incluso mejorarla, al día siguiente habríais publicado que el proyecto GloVal es un bluf, un plan mediocre basado en la cantera. Y si digo lo que dije, resulta que somos unos presuntuosos y nos la jugamos.
-Vamos, que dijo lo que tenía que decir.
A. S.: Dije lo que creemos que se puede hacer. ¿Que de los 14 a la hora de la verdad sólo pueden quedarse 12? Es posible. Pero la gran mayoría, el núcleo, se va a mantener.
-Sinceramente, ¿se ve rechazando una oferta de 30 millones por Soldado?
A. S.: Si Soldado se marcha del Valencia debería que ser por algo muy grave, una situación no prevista y que tuviéramos que justificar. Pero se va a quedar en el club siempre que él quiera. Otra cosa es que al final los jugadores juegan donde desean y si él pide marcharse tendrá que decir y argumentar sus motivos.
-Aceptando que el trabajo de Valverde ha sido excepcional, ¿como valencianista de cuna no le empieza ya a quemar el desapego que muestra el técnico hacia el club? Hablo de las formas más que el fondo.
A. S.: No me duele porque conozco las circunstancias. Desde fuera puede parecer eso, pero en el momento en que Valverde decidió dar un paso se produjo el golpe de la dimisión de Llorente. Luego el presidente del máximo accionista se fue también, y cuando fuimos a trasladarle nuestra decisión de mantener la oferta del anterior consejo nos dijo que debíamos esperar. Pero no por nada, sino porque el club necesitaba reorganizarse, y cuando hubiera una nueva cabeza visible él estaría encantado de volver a hablar. Han pasado tres semanas. Ahora ya la hay, aunque aún no de forma legal y formal. Esta semana que entra le volveremos a trasladar el mismo deseo.
-Ha dicho que el Valencia gastó 40 millones en suplentes que ahora mismo no valen ni 15 y al mismo tiempo ha confirmado que cuenta con Braulio. ¿No es un contrasentido?
A. S.: No. Lo que pusimos es un ejemplo de rentabilidad de la cantera: 27 millones en tres años frente a 40 en jugadores que no juegan. Hablamos de amortización de inversión en cantera. Pero también podríamos haber puesto los aciertos de Braulio, que hay muchos. Sería una irresponsabilidad llegar al consejo con un nuevo director deportivo, actuar como un aficionado sin estar dentro del club, sin saber cómo se trabaja o por qué se fichó a esos jugadores.
-¿Confirma, por tanto, que Braulio continuará como director deportivo?
A. S.: Sí, por supuesto.
-Aurelio, la última es para usted. ¿Le sorprendió que un gobierno del PP confiara en un exconseller socialista este asunto en el que se juega su credibilidad política?
A. M.: La verdad es que, vamos a ser sinceros porque es lo mejor, yo no estaba en la Fundación para ser presidente. Cuando me propusieron, hablé con el vicepresidente y le ofrecí mi apoyo para la parte económica, porque tengo contactos, amigos y experiencia. Pero luego se desarrollaron las cosas de tal forma que ni yo me pude negar ni la Generalitat tenía más margen de maniobra. Siempre he dicho que sólo voy a estar temporalmente, porque es mi deseo, porque esta vorágine me coge un poco mayor... He hecho toda mi gestión en las admistraciones socialistas, pero cuando estás en puestos de responsabilidad hay que ser honesto y leal. Que vayas a un sitio para hacer a alguien la contra... No, bastantes problemas tenemos.
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