J. V. Aleixandre
Al fin, deshojada la margarita de múltiples pétalos éste no me quiere; éste tampoco; el otro menos; ¡albricias, aquí hay uno que sí! F.J.P. Rufete ha encontrado un entrenador para el Valencia. En realidad lo ha hallado Roberto Fabián Ayala, convertido, de la noche a la mañana, en otro poder fáctico del club, como secretario técnico para las Américas (?). Un cargo que habrá que complementar con otros que se ocupen de Europa, África y Oceanía, por no hablar de Asia y el emergente fútbol japonés. De allí es la última perla que ha pescado Javier Subirats para el Hércules. Media Europa y casi toda España anda preguntando por Sugui. En cambio, el conciliábulo de técnicos encabezado por FJPR ni se ha enterado. Debe ser que el flamante manager general aún no tiene a nadie para cubrir Alicante.
Porque, ¿cuál será a partir de ahora su misión? ¿Seguir interrumpiendo con cámaras los entrenamientos para filmarlos? Le advierto que no todos los técnicos están hechos de la misma pasta fofa que Miroslav Djukic, que sólo sacó a relucir el carácter y la firmeza a la hora del finiquito. Todos, se los ha llevado. No ha perdonado ni un céntimo, este serbio de cara tan inexpresiva como su fútbol. En el fondo ha hecho bien. La caja del VCF da para eso y más. En poco más de un año ha pagado a ocho técnicos, ocho: Pellegrino, Valverde, Miroslav, Estevez, Pizzi, Braulio, Rufete y Ayala, más los que restan por llegar para completar la Academy. Y el equipo, irreconocible. Añádase el correspondiente paquete de ayudantes y les saldrá un dineral a abonar por un club que debe más que Alemania cuando acabó la guerra. Una gestión deportiva brillantísima.
Ahora aterriza Pizzi, un entrenador absolutamente improvisado, que no viene a encabezar un proyecto, porque no lo hay. Es un remiendo que igual puede salir bien¡ojalá! que mal. Depende. No existe un plan trazado, una guía a seguir, un objetivo a medio plazo.
En los grandes diseños futbolísticos, el rumbo lo marca el club a través de su dirección deportiva, que elige a un entrenador para que lo plasme tácticamente y a los futbolistas apropiados para ejecutarlo. Así sucedió en todos los equipos de éxito, construído desde arriba hacia abajo, para no caer en la confusión.
De esa forma se hizo grande el Milan de Arrigo Sacchi, el United de Alex Ferguson, o el Barça deGuardiola. Donde no se procede de tal forma, como en el Madrid de Florentino, se cae en la desorientación. Y por ese camino transita este Valencia de Amadeo Salvo, improvisando sobre la marcha, a salto de mata. O como dijo el mañico: si sale con barba, san Antón; y si no, la Purisima....
Porque, ¿cuál será a partir de ahora su misión? ¿Seguir interrumpiendo con cámaras los entrenamientos para filmarlos? Le advierto que no todos los técnicos están hechos de la misma pasta fofa que Miroslav Djukic, que sólo sacó a relucir el carácter y la firmeza a la hora del finiquito. Todos, se los ha llevado. No ha perdonado ni un céntimo, este serbio de cara tan inexpresiva como su fútbol. En el fondo ha hecho bien. La caja del VCF da para eso y más. En poco más de un año ha pagado a ocho técnicos, ocho: Pellegrino, Valverde, Miroslav, Estevez, Pizzi, Braulio, Rufete y Ayala, más los que restan por llegar para completar la Academy. Y el equipo, irreconocible. Añádase el correspondiente paquete de ayudantes y les saldrá un dineral a abonar por un club que debe más que Alemania cuando acabó la guerra. Una gestión deportiva brillantísima.
Ahora aterriza Pizzi, un entrenador absolutamente improvisado, que no viene a encabezar un proyecto, porque no lo hay. Es un remiendo que igual puede salir bien¡ojalá! que mal. Depende. No existe un plan trazado, una guía a seguir, un objetivo a medio plazo.
En los grandes diseños futbolísticos, el rumbo lo marca el club a través de su dirección deportiva, que elige a un entrenador para que lo plasme tácticamente y a los futbolistas apropiados para ejecutarlo. Así sucedió en todos los equipos de éxito, construído desde arriba hacia abajo, para no caer en la confusión.
De esa forma se hizo grande el Milan de Arrigo Sacchi, el United de Alex Ferguson, o el Barça deGuardiola. Donde no se procede de tal forma, como en el Madrid de Florentino, se cae en la desorientación. Y por ese camino transita este Valencia de Amadeo Salvo, improvisando sobre la marcha, a salto de mata. O como dijo el mañico: si sale con barba, san Antón; y si no, la Purisima....
No hay comentarios:
Publicar un comentario