LETRAS HERZIANAS
Bienvenidos al partido más largo y grotesco del mundo. No hay balón. No es una película. Es la realidad. Cada día más surrealista. Así que, como si estuviera con el micro de Gestiona Radio en Mestalla, les narro cómo va el choque(nunca mejor dicho lo de choque).
El partido comenzó el 8 de diciembre, domingo previo a la Junta General de Accionistas. En una extensa entrevista a Las Provincias, el presidente del Valencia aprovechaba el altavoz mediático para mandarle una andanada de tortas al máximo acreedor del club, Bankia.
Frases como “Bankia no tiene potestad para vender el Valencia ni usar su nombre en busca de inversores”dejaron boquiabierto a más de uno. Y en la sede del banco en Madrid a más de dos. Ala, toma sopapo y sin desayunar. Quizá al presidente tomó una postura demasiado beligerante para ser la pata débil de la mesa de negociación. Pero el caso es que se ponía 1-0, y dejaba descolocado al banco que, hasta ese momento, buscaba tranquilamente comprador sin tener que dar explicaciones. Sin presión y sin nadie que señalara con el dedo su actividad entre despachos. Atacaba su deuda sin necesidad de preocuparse por la defensa. No había rival.
Pero el Bravehart valencianista puso en alerta a Goirigolzarri. Alguien había osado a cuestionar su autoridad. Alguien afirmaba ser más fuerte que él. Y se tomó 2 largos días para preparar su respuesta. Fue el famoso 10 de diciembre, día de la Junta. Con nocturnidad, alevosía, premeditación, y toda la mala leche del mundo, Bankia contestaba a Salvo con un derechazo –repito, derechazo- en el mentón capaz de noquear a cualquiera.
Mientras el presidente daba su discurso de refinanciación, de Gloval Respect y demás cosas tan suyas, el banco emitíaun comunicado tan duro como directo para anunciar que no había recibido “ningún plan sostenible que hiciera posible la refinanciación. La alternativa más viable es la búsqueda de inversores…” El arranque de caballo de Salvo era respondido con un tiro a bocajarro para empatar el partido. Y para recordarle a Salvo de lo que era capaz el que había escogido como enemigo. Partido mediático empatado.
Pero Salvo es peleón. Por valencianismo, por interés, por vanidad o por bemoles. Pero peleón como el que más. Y lejos de amilanarse ante el cartel de “Se vende” colgado por Bankia de la fachada de Mestalla, tardó menos de un segundo es pasar de nuevo al ataque. ¿Quieres comprador? Dos tazas. Y así llegamos al domingo pasado. Tras diversas gestiones de Mendes, Dowens, Salvo y todos a la vez, aparece en nuestras vidas Peter Lim. El nuevo Peter Pan.
Y así se encargó de presentarlo el presidente en la rueda de prensa más mediática de su vida. Aprovechando la visita del Madrid y con toda la prensa de la capital emitiendo en directo el gran acontecimiento. No creerán que el timing era casual, ¿verdad? Luces, cámaras, acción; bienvenidos a Hollywood, donde los sueños se hacen realidad. "¡Llega a Valencia el salvador Lim con sus millones y sus fichajes, con una oferta irrechazable para cualquier banco con dos dedos de frente!" bramaba el presidente. Solo le faltó decirle a Bankia “Ahora vas y lo cascas”. 2-1 contra todo pronóstico, el valencianismo 'en flames' adorando a su presidente y toda la presión para el vendedor.
Pero he aquí que el banco nunca se puso nervioso. Todo lo contrario. Ni se alteró al escuchar a Lim, ni le ha durado el marcador en contra. Ayer se hacia pública la noticia; la oferta de Lim carece de validez para el banco porque no ha pasado el filtro de KPMG. Vamos, que no hay Singapur que valga porque las reglas las pongo yo. Toma moreno.Hachazo al corazón de Salvo, que había jugado su mejor baza y que ve como el banco vuelve a marcar sin despeinarse el empate a dos.
Y así alcanzamos el minuto actual de partido. Empate técnico pero con la pelota en poder del máximo acreedor. Como siempre desde que comenzó la batalla. En un lado, Salvo apoyado por la Fundación -que cree también que la oferta de Lim es irrechazable y que podría judicializar la venta- y en el otro Bankia y KPMG bien cogiditos de la mano. Llegamos a la prorroga. A Salvo se le agota el tiempo y las cartas de juego, y al banco le sobra presión y compradores. Se ha quitado los ataques de Salvo con una tranquilidad temible. O no se cree a Salvo, o no se cree a Lim, o a ninguno de los dos. Solo así se entiende la postura infantil de tumbar a Lim por un mero formalismo. Porque si el millonario de Singapur entregó a Bankia su proyecto y su oferta, poco le costaba al banco enviar por mensajero el informe a la consultora y dar vía libre al inversor. Claro que lo mismo que le costaba a Salvo entregar una copia a KPMG, dicho sea de paso.
Cada día que pasa tengo más dudas de que Lim pueda llegar a ser el nuevo dueño del Valencia. Intuyo que Salvo también lo sabe. Y por eso le debe dar igual ir a pecho descubierto contra el banco apoyándose en su posición mediática de presidente del club. Y sin tener nada que perder, porque si su caballo singapurense no es el ganador, a él le quedan en el cargo dos telediarios.
Partido pues, de intereses cruzados y final incierto para la SAD. ¿Y el club de fútbol? ¿Y el valencianismo?¿Donde quedan en toda esta historia? Se me había olvidado comentarlo; el partido es a puerta cerrada. Tras muchos años de mangoneos, políticos, bancos y dirigentes varios, han conseguido que el club de futbol y sus aficionados no pinten nada en el momento más importante de la entidad en sus casi cien años de historia. Un aplauso para todos ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario