El entrenador interino decide dejar fuera del duelo ante el Madrid a los dos fichajes estrellas, Postiga y Pabón, y sabemos por Ayala que Banega puede ir buscando equipo porque lo quiere lejos de Paterna. Otro triple salto mortal con tirabuzón y doble pirueta. Lo más preocupante es que la imagen de subasta en los despachos se ha trasladado al equipo, que representa al valencianismo cada vez que juega. Palabras mayores, vamos. El mercado de invierno debe servir para apuntar un proyecto, porque darle la vuelta como un calcetín, como se pretende, tiene sus riesgos. Ojalá salga bien, porque está claro que el Valencia necesita reconstruirse desde atrás, con un eje de la defensa mejor engrasado y con más oficio. Por eso descuadra el jovencísimo Vezo, a no ser que le pongan al lado una pareja tipo Ayala, que siempre hacia mejor al que jugaba junto a él. Habrá que estar atentos al listado de centrales argentinos, por si acaso. En cambio llegan buenas noticias sobre la confianza en Bernat, que ha demostrado su polivalencia por toda la banda izquierda y ayer fue uno de los más destacados.
La defensa debe mejorar. La defensa sigue siendo la gran laguna del equipo. Incluso ayer, con un destable gran esfuerzo, se vio todas sus carencias. La retaguardia es tan flojita que incluso dan por válido el gol en fuera de juego de Cristiano. O sea, que hasta los árbitros le tienen poco respeto, y eso es un problema añadido. Pereira salió por un Barragán que se había ganado el puesto, Mathieu no es el mismo que el del año pasado, pese a su gol de cabeza, Ruiz está mareado con tanto vaivén de entrenadores y Bernat cada día se parece más a la versión blanquinegra de Jordi Alba. Si encima el equipo planta cara al Madrid durante todo el partido, es que se perdió mucho tiempo en despedir a Djukic. Ayala llega con las ideas bastantes claras, aunque tampoco hay que irse a Argentina para saber cual era la solución, pues Nico Estévez en dos partidos ha demostrado que el sentido común debe presidir el oficio de entrenador, y mucho más si se sienta en el banquillo de Mestalla. Nico le ha puesto el listo alto a Pizzi.
Momento inadecuado. Era lógico que Amadeo Salvo buscará un comprador. Además de asistirle todo el derecho del mundo, debía de intentarlo como último guardián de Mestalla. Aunque quizás los nervios de sentirse el último que pide turno en la cola de Bankia le llevaron a una imprudencia, sentirse más protagonista que los futbolistas antes de un Valencia-Real Madrid. Se la tenía guardada al banco desde la junta de accionistas, pero sería de agradecer que el fuego amigo entre vendedor e interesado en la compra no provoque más incendios en el valencianismo. Por cierto, Bankia dice que es una oferta más, la del presidente del Valencia. ¿Alguien da más?
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