HÉCTOR GÓMEZ. HOY Que la única solución es la venta lo aceptamos como animal de compañía, pero por favor que sepan que están vendiendo la entidad más ilustre de los valencianos. Que no lo pongan en manos de cualquiera. Sólo pido eso, respeto para mi club, para mi pasión, para mi forma de vida y para la de miles de valencianistas...
VALENCIA.
Recuerdo como si fuera ahora el momento en que Aurelio Martínez nos contaba el pasado lunes en la redacción de PlazaDeportiva.com que el Valencia iba a ser vendido antes del 31 de diciembre. Durante unas horas no salí de mi asombro. He visto a Aurelio tan convencido de su plan y de que la solución final sería la refinanciación, que no terminaba de entender que había pasado para que él tuviera tan claro que el Valencia CF estaba tan cerca de ser vendido.
Durante todo el lunes me di cuenta de lo ignorantes que somos muchas veces los periodistas. Habitualmente pensamos que sabemos más que nadie, y que nadie nos puede contar nada que no sepamos. Sin embargo, la mayoría de veces vivimos equivocados, porque sabemos mucho menos de lo que pensamos y de lo que sabemos muchas de las cosas son verdades a medias y casi siempre interesadas.
Volviendo al tema de la venta del club, de mi club, de mi Valencia CF, tengo clara una cosa. Si Aurelio dijo el lunes por la mañana, la entrevista se publicó el martes, que el club estaba en venta y que todo se resolvería antes del 31 de diciembre. Es porque evidentemente alguien en Bankia así se lo había dicho antes de ese mismo lunes a primerísima hora de la mañana. Y si Aurelio lo dijo así, y Bankia emitió un comunicado asegurando que vende, es porque la operación está, esta vez sí, embastada que diría Vicente Soriano.
Sinceramente no tengo ni idea de a quién se le va a vender el club, tengo mis indicios de por dónde van los tiros, que para eso trabajamos a destajo en nuestra pequeña y humilde redacción, pero sí tengo una idea muy clara: no quiero timadores en el Valencia CF.
Mucho han sido los estafadores, de profesión, que se han acercado al Valencia CF en los últimos tiempos, y me da pánico pensar en que manos podría caer el Valencia. Ahí es donde creo que el valencianismo tiene ahora su papel, en poner la máxima presión para que tanto Bankia como el Gobierno Valenciano, totalmente cómplice de este final, elijan al mejor comprador.
No pido un señor que entre gastándose 200 millones en fichajes, ni siquiera 100, que oye si se los quiere gastar yo soy el primero que salgo a la calle para cambiar la botella de la ilusión por un gran barril y colocarlo en el centro de la ‘Plaza de la Afición' como elemento decorativo, no pido eso. Sólo pido que el comprador sepa lo que es el Valencia CF, que respete su historia, a su afición y no haga cosas raras. A cosas raras me refiero a cambiar el escudo y payasadas de ese estilo que hemos visto en los últimos tiempos.
Que la única solución es la venta lo aceptamos como animal de compañía, pero por favor que sepan que están vendiendo la entidad más ilustre de los valencianos. Que no lo pongan en manos de cualquiera. Sólo pido eso, respeto para mi club, para mi pasión, para mi forma de vida y para la de miles de valencianistas.
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