El Valencia cumple la ley del mínimo esfuerzo ante el Nastic
El Valencia se metió en octavos de final de la Copa del Rey de la forma menos brillante posible: con un solitario gol de Paco Alcácer a un equipo de Segunda División B en 180 minutos de juego. El equipo de Vicente Moreno hizo una eliminatoria muy meritoria y estuvo a punto de dar la sorpresa, aunque Guaita no tuvo que intervenir en todo el partido. El Atlético espera en la próxima ronda.
Ante un Mestalla desangelado, el Valencia saltó al césped con uno de esos partidos incómodos ante sí, pestosos y que no invitan a su disputa. La lluvia había dejado el césped rápido, y ambas escuadras aprovecharon los primeros instantes de juego para adaptarse a la superficie y calibrar las dificultades a la hora de desplazar el balón.
Excusas a un lado, el Valencia no consiguió imponer su condición de equipo de mayor categoría en los primeros compases. Nico Estévez, en su debut como inquilino del banquillo valencianista, buscó que los suyos abrieran el campo lo máximo posible para aprovechar las internadas de Joao -muy incisivo en el primer acto- y Guardado. Un tímido disparo de Fede y un percance del argentino con el central Verdú, que se llevó un golpe en el rostro, fueron el triste bagaje del primer cuarto de hora. Se escucharon los primeros pitos de desaprobación en el semidesierto coliseo de la Avenida de Suecia.
Hubo que esperar a la media hora de partido para ver el primer remate a portería, raso, cruzado, obra de Juan Bernat. Banega y Fede competían entre ellos para alzarse con el título de 'Perdedor de Balones' del partido. No era un problema de entrenador: Nico Estévez miraba desesperado desde el área técnica como un equipo de once futbolistas de Primera División cedía poco terreno ante un conjunto de Segunda B, que reclamó penalti por manos en área valencianista y que inquietó con un disparo de Lago Junior que se marchó alto.
El Nastic se envalentonó y, como suele ser habitual, lo pagó caro. En cuanto los de Vicente Moreno abrieron un poco sus filas, un buen balón filtrado a la banda izquierda fue recogido por Guardado, que puso un centro raso al punto de penalti para que Alcácer rematase de primeras al fondo de la red. Gol importante y refuerzo moral para Paco, a fecha de hoy el delantero con más rendimiento de la plantilla.
Tras un par de minutos con algo más de actividad, el encuentro regresó al tedio habitual en el tramo final. Alcácer, Bernat y Fede fueron los más animosos en ataque mientras el conjunto catalán buscaba rehacerse con rápidas contras que le llevaron al 'offside' en más de una ocasión. En una noche fría y sin nada a lo que agarrarse futbolísticamente, se alcanzó el descanso.
El arranque del segundo acto ahondó en la infamia. Pese a que Banega y la medular mejoró tras el paso por vestuarios, el nivel del encuentro se mantuvo bajo tierra. Para muestra, un botón: una contra clarísima del Nastic liderada por Lago Junior, con tres compañeros a los que ceder la pelota. El marfileño se hizo un lío, trastablilló y perdió la ocasión de igualar el partido. Dinámica peligrosa, con media hora por delante.
Vicente Moreno movió el banquillo en busca de una reacción; Estévez, consciente de que era un partido de futbolistas, mantuvo a los once sobre el verde sin tocar nada. El respetable se impacientaba y la música de viento sonó más de lo habitual mientras Salvo contemplaba la escena. Ni siquiera la grada de animación parecía con fuerzas para animar: la noche, como decíamos, no invitaba a grandes alardes.
En el tramo final, el técnico blanquinegro comenzó a pensar en el duelo ante el Madrid y retiró a algunos de los fijos para el choque. Postiga anotó un gol nada más salir, aunque estaba en posición antireglamentaria. Pìatti buscó la escuadra pero se topó con un paradón de Tomeu. El argentino estaba empeñado en dejar su huella, y fue de lo mejorcito en un partido plano pese a jugar sólo veinte minutos. Piatti forzó una pena máxima, pero Postiga erró el lanzamiento ante la desesperación de la grada.
Aún tuvo tiempo el Nastic de dar un susto en un balón al área de Guaita en el que los visitantes reclamaron penalti por agarrón. Y luego, la jugada de la polémica: un forcejeo de Víctor Ruíz con Querol que acabó en derribo. El árbitro se hizo el 'loco'. También él tenía ganas de que se acabase el suplicio. La infamia acabó con el conjunto catalán encerrando al Valencia en su área y pidiendo la hora. "¡Jugadores, mercenarios!", gritaron los pocos miles de seguidores que quedaban en el campo. Ni siquiera el derecho al pataleo pudo manifestarse en plenitud. La noche, repetimos, no invitaba.
Ficha técnica
Valencia CF. Guaita; Pereira, Víctor Ruíz, Mathieu, Guardado; Javi Fuego, Parejo; Fede (Piatti 70'), Banega (Canales 70'), Bernat (Postiga 79'); Alcácer.
Gimnastic de Tarragona. Tomeu, Juanjo (Xavi Molina 72'), Xisco Campos, Marí, Verdú, David Sánchez (Rubio 60'), Rocha, Lago Junior, Giner, Querol, Marcos (Javi Martínez 55').
Goles
1-0 Paco Alcácer (min. 37)
Árbitro: Del Cerro Grande (Colegio Madrileño). Amonestó a Jesús Rubio (min. 80), Xisco Campos (min. 89), David Rocha (min. 90).
Incidencias: Partido disputado en el Camp de Mestalla ante 5.000 espectadores.
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