A pesar de la situación actual del club los aficionados se muestran optimistas: «A ver si el año que viene podemos estar en Europa»
No por habituales dejan de sorprender las colas que hay ante las taquillas de Mestalla. Entre los que pretenden renovarse el abono y los que buscan su primer pase, se percibe una ilusión no muy habitual. Sin competición europea de por medio y con un proceso de venta enturbiado por acción u omisión de las partes implicadas, la afición, ávida de recuperar viejas glorias, se está volcando con el nuevo Valencia.
El fútbol se mueve, sobre todo entre las bases, por las emociones. Y la sensación de optimismo invade los alrededores del feudo valencianista. Aunque científicamente sea difícil de comprobar, lo cierto es que el efecto Salvo/Lim, guste o no el quehacer diario del presidente de la entidad, tiene mucho que ver en este deseo de los blanquinegros de amarrar el abono que les permita ver las 'fechorías' de Parejo, Andre Gomes, Rodrigo y lo que esté por venir.
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