El Valencia espanta al público de Mestalla
El Valencia volvió a 'deleitar' a los poco más de 5.000 espectadores que acudieron a Mestalla en una velada de fútbol inexistante y un nuevo tropezón como local que, aunque sin ningún tipo de repercusión a efectos clasificatorios, no deja buenas sensaciones ni mucho menos antes del dificilísimo partido en el Calderón. Alcácer, lo único potable de la velada.
Lo cierto es que el Valencia CF se empeña últimamente en dificultad todavía más la labor de los cronistas, ofreciendo a los aficionados espectáculos de difícil calificación. Si bien la infamia del pasado domingo ante el Nástic de Tarragona quedará como insuperable al tratarse de un rival de Segunda B al que los de Djukic fueron incapaces de hacer un sólo gol, el duelo ante el Kuban Krasnodar volvió a evidenciar que, por el momento, lo de la 'reacción' del equipo suena a broma pesada.
La primera mitad en Mestalla fue digna de estudio por muchos motivos, y ninguno de ellos positivo. Como suele decirse, un partido para grabar en DVD -o BluRay, para los más modernos- y lanzar cual 'frisbee' al Mediterráneo. Cuarenta y cinco minutos absolutamente infumables sin apenas ocasiones de gol para un Valencia muy superior sobre el papel y sobre el césped, pero que no inquietó a Belenov en todo el primer acto. Sólo Postiga, voluntarioso pero desacertado, amagó con dar una alegría al respetable. Su cabezazo al palo fue lo más destacado del primer acto.
En la grada, poco más de 5.000 personas observaban, refugiados en sus abrigos, gorros y bufandas, el triste espectáculo. Una cosa es que no haya absolutamente nada en juego en lo deportivo, y otra es lo vivido en el coliseo blanquinegro. Postiga anotó en fuera de juego, y Ricardo Costa gozó de una ocasión de cabeza que se marchó alta. Curiosidades de la vida: el once conformado por Djukic incorporó al 'clan portugués', Alves, Fuego y Míchel, seis de los futbolistas que a principios de temporada conformaban el núcleo duro del vestuario. Han pasado los meses y los partidos, y los antaño jugadores clave han pasado a jugar trámites insulsos como el disputado ante el conjunto ruso.
Arrancó el segundo acto con pocas novedades, mucho frío y apenas motivos para seguir en Mestalla viendo en directo el partido. Pero el Valencia, por vergüenza torera, tenía la obligación de ofrecer algo más. Bastó un simple movimiento de piezas para decantar el partido. Postiga, ansioso toda la noche, desesperado ante su punto de mira desviado, se marchaba cabizbajo del césped para dejar su sitio a Alcácer. Pitos de los aficionados al luso. Al de Torrent le costó un minuto de reloj ver portería. Un gran desmarque al espacio, algo de fortuna al marcharse del portero y un remate sin ángulo que pilló a Dealbert desprevenido para batir la portería del Kuban Krasnodar.
El partido, en lugar de romperse definitivamente a favor de los blanquinegros, no hizo más que comprimirse. Los rusos no estaban dispuestos a poner facilidades, toda vez que conocían la derrota del Swansea en tierras suizas. Así que, sin nada que perder, se fueron al ataque. Así encontró premio Melgarejo en una acción ofensiva extraña, tras un centro que pasó por encima de un desorientado Alves y que el mediapunta visitante cabeceó en boca de gol. 1-1 y pitos en la grada.
El tramo final del partido demostró varias cosas. Constató que los jugadores del Valencia ni sienten ni padecen, y que no encontraron en su interior la motivación suficiente siquiera para hacer un amago de ir a por la victoria. El club, que económicamente no está para tirar cohetes, tiró a la papelera 100.000 euritos -la diferencia entre un empate y una victoria en la Europa League- y se quedó tan ancho. La imagen final fue tremenda: el Kuban Krasnodar encerrando al Valencia en su área con Belenov como improvisado rematador. Instantes antes, a Víctor Ruíz se le 'peló el cable' y fue expulsado con justicia por una entrada absolutamente desproporcionada que pudo hacer mucho daño al rival.
Acabó el partido y hubo pitada. Leve, no porque los jugadores se merecieran poca crítica, sino porque Mestalla ya era un erial. La mayoría de aficionados se habían marchado del coliseo cansados, decepcionados y, para más inri, con altas probabilidades de haber sufrido un 'enganche' de la grúa. Ese es el gran drama de este equipo esta temporada, asuntos societarios al margen: que el respetable está más preocupado de que se le lleven el coche que de ver un buen partido de los suyos. Demasiadas oportunidades se les ha dado ya,
Ficha técnica
1. Valencia: Alves, Joao Pereira, Ricardo Costa, Víctor Ruiz, Gayá; Fuego, Banega, Pabón (Feghouli, m.81), Fede Cartabia (Piatti, m.75); Míchel y Postiga (Alcácer, m.66).
1. Kuban Krasnodar: Belenov, Kozlov, Dealbert, Armas, Bugaev (Fidler, m.79); Sosnin, Kaboré, Ignatyev, Khubulov (Bueno, m.28); Melgarejo y Baldé (Cissé, m.46).
Goles
1-0, m.67: Alcácer. 1-1, m.83: Melgarejo.
Árbitro: Miroslav Zelinka (CZE). Amonestó por el Valencia a Postiga y por el Kuban a Sosnin, Kaboré y Melgarejo. Expulsó con roja directa al valencianista Víctor Ruiz, en el minuto 89.
Incidencias: partido correspondiente a la sexta jornada del grupo A de la Liga Europa, disputado en el Camp de Mestalla ante 8.000 espectadores.
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