15.02.13 - 00:15 -
J. C. FERRIOL | VALENCIA.
El Palau, que durante meses consideró un problema convertirse en propietario del club, valora ahora la visibilidad que da este nuevo papel
Con la presencia en el palco, Fabra visualiza un cambio de criterio sobre su papel en el club
La presencia del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, en el palco de Mestalla para presenciar el encuentro que el Valencia C.F. disputó la noche del martes frente a los millonarios del PSG revela un cambio de estrategia en el Palau de la Generalitat respecto a la consideración del problema Valencia C.F.
Lo que durante meses -desde que en verano ya se vio venir que la Fundación sería incapaz de encontrar financiación para liquidar los 81 millones pendientes con Bankia- se consideró como un contratiempo, porque obligaría a la administración autonómica a convertirse en dueño del club (como consecuencia del aval prestado por el IVF a la Fundación), ahora cuenta ya con algunos partidarios. La presencia de Fabra en el palco de Mestalla, con imagen distribuida por la propia Generalitat incluida, así lo atestigua.
Desde que Bankia tuvo que conceder las primeras prórrogas a la Fundación para atender los intereses, varios colaboradores del presidente de la Generalitat y algunos de sus consellers expresaron su consideración de que lo último que necesitaba un Gobierno asfixiado por la situación financiera era ocuparse también de un club de fútbol, en situación también de colapso económico. Con proveedores llamando a la puerta y con dependientes y farmacéuticos, entre otros, protestando por los impagos, el fútbol no podía convertirse en ningún caso en una prioridad para una administración. Todas las reflexiones en público y en privado del entorno del Palau de la Generalitat así lo certificaron.
Con todo, este análisis ha experimentado algunos cambios. O como poco, las voces que consideran que esa reflexión se queda corta se han abierto paso de forma sólida. Desde que la Generalitat ha pasado a asumir una posición protagonista dentro del club, sus decisiones revelan primero una voluntad indiscutible de controlar el día a día de la entidad. Y después, evidencian que el jefe del Consell está dispuesto a aprovechar la visibilidad que da la nueva posición de la Generalitat en el Valencia C.F.
Las decisiones tomadas con la Fundación, asegurándose el control al forzar la salida de todos los patronos -con la única excepción de los institucionales- y que la candidatura de Juan Martín Queralt a la presidencia de este órgano quedara aparcada ante la negativa a darle autonomía total para adoptar decisiones en el terreno económico, ya delataron que el papel del Consell en la situación del club no iba a ser en ningún caso testimonial. Aparecer en el palco de Mestalla el día después de abonar a Bankia los intereses que debía la Fundación termina de constatarlo.
¿Convenía que el jefe del Consell presidiera el partido e hiciera visible su nueva condición de dueño del club, justo tras el pago de los intereses a Bankia? ¿Era positivo transmitir la imagen de que con esa deuda sí que se había actuado con celeridad, y en cambio a otros sectores -como farmacéuticos y dependientes- se les hubiera hecho esperar tanto? ¿Interesaba desperdecir la oportunidad de dejarse ver ante 44.000 valencianistas y reforzar los vínculos del exalcalde de Castellón con el cap i casal?
Las respuestas a estas preguntas son las que condicionan la posición del Gobierno valenciano en relación con el club. Aunque la decisión de asistir al palco estaba tomada con anterioridad, algunas voces expresaron sólo unas horas antes del partido sus reparos a la conveniencia de que el presidente asistiera 'precisamente a ese partido', el primero tras el pago de los intereses. Es un error acudir al campo, se vino a sostener, porque se va a trasladar la imagen de que acude a Mestalla porque ya es el dueño.
La tesis que se ha impuesto finalmente es otra. Alberto Fabra no tiene porqué desaprovechar las circunstancias, reflexiona un cargo popular. El palco del Valencia puede ser un lugar de sufrimiento en función de la marcha deportiva del equipo, pero también permite ocupar un espacio de máxima visibilidad. Para el jefe del Consell y exalcalde de Castellón, reforzar su vinculación con la ciudad de Valencia y con la masa social del club puede ayudar a compensar su escasa complicidad con Rita Barberá. «Hoy le toca al Levante U.D.», se recordó en alusión a la presencia de Fabra en el Ciudad de Valencia. Si la situación económica del club no evoluciona de forma favorable, no será culpa del actual Consell, se señaló ayer. Y si la pelota entra, habrá que aprovecharlo.
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