Mientras el club sopesa el momento idóneo para afrontar la renovación, Llorente baja al vestuario a consolarlo por los pitos que le dedicó Mestalla Los números del extremeño están sólo al alcance de los mejores de la historia
JUAN CARLOS VILLENA | VALENCIA.-
JUAN CARLOS VILLENA | VALENCIA.-
Ernesto Valverde consolidó el domingo, sin saberlo, su puesto entre los técnicos más grandes de la historia del Valencia. Aunque es cierto que sólo lleva diez partidos de Liga, el extremeño presenta un espectacular promedio de puntos por partido. Incontestable. De haber caído en la cuenta, seguro que el dato habría servido de consuelo para un técnico que se marchó de Mestalla sin entender el motivo de tanto nerviosismo en la grada. Hacia sus jugadores y hacia él mismo. Tras el triunfo frente al Mallorca, el Txingurri suma 22 puntos en los 10 partidos en el banquillo valencianista en Liga, lo que da un promedio de 2,2 puntos por encuentro. Un registro que tan sólo es superado por los históricos cinco partidos de Voro, el delegado del equipo, en el tramo final de la temporada 2007-08. Aquellos 12 puntos, y el promedio de 2,4, salvaron al Valencia del descenso a Segunda, al cual se asomó el equipo de la mano de Koeman. Valverde podría superar el registro del de l'Alcúdia en Fallas, pero para ello tendría que sacar adelante los próximos cuatro partidos (en Zaragoza, frente al Levante en Mestalla, en Bilbao y contra el Betis en casa). De lograrlo, Ernesto llegaría a los 34 puntos en 14 partidos, lo que daría un registro casi insuperable de 2,43 puntos por partido.
Pero la afición de Mestalla es insaciable. El Txingurri afrontaba el partido del domingo con la gente algo 'mosca' por la derrota en Champions frente al PSG. Y el frío inicio ante el Mallorca no ayudó mucho. La expulsión de Tino Costa, y su 'bajas aquí y me lo dices' a un aficionado de tribuna que le increpó en su entrada al túnel de vestuarios, crispó un poco más el ambiente. Jonas, centro de la diana para la afición desde que fallara dos goles cantados en la ida de la eliminatoria de Copa frente al Real Madrid, fue el detonante pasivo de la bronca contra Valverde. El técnico decidió retirar, ocho minutos después de la expulsión del argentino, a Bernat para dar entrada a Víctor Ruiz. El canterano llevaba ya una amarilla... pero la grada quería ver el dorsal número siete en la tablilla del cuarto árbitro. Y la bronca fue de órdago.
Valverde miró a la grada sin poder creer lo que estaba pasando, aunque asumió la sonora pitada bebiéndose de un trago un botellín de agua. Ni los dos goles de su equipo, jugando con diez, hicieron que su gesto serio se borrara hasta el final del partido. En la rueda de prensa posterior, intentó morderse la lengua pero lanzó un mensaje claro: «A veces es complicado jugar aquí, no lo vamos a negar». Pero por entonces ya había recibido consuelo.
Manuel Llorente bajó, nada más pitar Pérez Lasa el final del partido, a la zona de vestuarios. Y allí, mientras escuchaba de forma clara el 'canalla' y 'vete ya' que desde el exterior, a pocos metros, le cantaban los miembros de la Curva Nord, charló brevemente con Valverde. Las letras que coreaban los aficionados de la Grada Jove eran perfectamente audibles al otro lado de la puerta del despacho de los técnicos, en la entrada del vestuario. Y en ese momento el Txingurri pensó aquello de 'hoy hay para todos'. El presidente animó a Valverde, le volvió a demostrar su cercanía, pero tampoco incidió en levantar el ánimo más allá de lo necesario. Sonaba un poco surrealista consolar a un técnico que acaba de poner al equipo a dos puntos de la cuarta plaza y en una posición que, si la UEFA no da marcha atrás y el Málaga acaba ahí, dará derecho a disputar la próxima edición de la Champions.
Al técnico extremeño, amante de la fotografía, no le gustó la instantánea que captó mentalmente de la grada de Mestalla el domingo. Pero esa pequeña decepción no influirá en su decisión de aceptar o no una futura propuesta de renovación por el Valencia. Eso sí, Ernesto ya es consciente de la exigencia máxima que se tiene cuando un preparador se sienta en el banquillo local del coliseo de la avenida de Suecia. Y, por si tenía alguna duda, ya lo sabe desde el domingo. Las personas más cercanas al Txingurri, que de momento no se ha abierto en exceso al entorno del club, mantienen que el técnico prefiere esperar hasta que pase la eliminatoria contra el PSG para hablar sobre su futuro. La táctica de Llorente durante los últimos años, con Emery, ha sido la de aguardar al máximo. Pero, en esta ocasión, si quiere que Valverde sea el técnico que conduzca la nave valencianista desde el mes de junio tendrá que dar algún paso anticipado.
Valverde adelanta con su promedio de puntos a dos históricos. Pasarín dirigió al equipo que conquistó la Liga de 1947 y acabó con 1,903 puntos por encuentro. Unas centésimas más que Rafa Benítez, arquitecto de las ligas de 2002 y 2004.
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