El Valencia pretende una respuesta del entrenador tras el partido frente al PSG El club no quiere que la incertidumbre social afecte al futuro deportivo y considera que la hoja de ruta tiene que ser diferente a la de Emery
JUAN CARLOS VILLENA | VALENCIA..-
JUAN CARLOS VILLENA | VALENCIA..-
En la ya famosa 'cumbre del Petronila', el hotel de Zaragoza donde Ernesto Valverde convenció a Llorente el pasado 2 de diciembre de que era el entrenador ideal para hacerse cargo del banquillo de Mestalla tras la destitución un día antes de Mauricio Pellegrino, las dos partes llegaron a la conclusión de que lo mejor era firmar un contrato de seis meses. El técnico, porque siempre ha estado en la agenda del Athletic y tenía por entonces la información de una salida en verano de Bielsa, y el club, porque en el horizonte seguía teniendo la figura de Djukic, el favorito en verano para Braulio, pero que Llorente obvió para hacer caso a la corazonada con el argentino. Algo parecido a lo que sucedió con Paco Raga y Toni Muedra en el Valencia Basket, cuando el director general decidió fichar a Hussein en 2011 haciendo caso omiso al informe técnico que aconsejaba firmar a Perasovic.
Pero esa situación ha dado un vuelco total en tan sólo tres meses. El Valencia está encantado con Valverde y con su método de trabajo. Al presidente y a Braulio les gusta el discurso de Ernesto, y están convencidos de que es la mejor solución a corto plazo. Haya o no Champions la próxima temporada. Es por ello que han instado al técnico a que no tarde mucho en decidir si quiere sentarse a negociar, de forma oficial, la renovación de su contrato para la próxima temporada. La situación social del club, que sigue siendo inestable pese a la presencia de la Generalitat, ha provocado que Valverde tenga muchas dudas. Es por ello que Llorente ha decidido variar la táctica que tan buen resultado le dio con Unai Emery, la de esperar hasta el final de temporada para decidir el futuro del técnico.
La hoja de ruta ha variado con el extremeño. LAS PROVINCIAS ya informó el pasado 22 de febrero que el Valencia había comenzado los contactos con el técnico, y que la primera conversación con él había sido muy significativa. «Ernesto, ¿quieres seguir con nosotros? ¿Y usted, presidente? ¿Va a continuar usted el próximo año?». Así arrancó la primera conversación informal entre Valverde y Llorente para intentar dar luz en el menor tiempo posible a su continuidad en la entidad. Pero ya fue un claro síntoma de cambio que el presidente pulsara la opinión del entrenador antes de que se consigan los objetivos deportivos de la presente campaña. Hay que recordar que, con Emery, el discurso en público siempre fue mucho más agresivo y contundente. Aquello de que la tercera plaza en Liga era necesario pero no suficiente para que siguiera siendo el inquilino del banquillo de Mestalla.
Ahora le toca mover ficha a Valverde, y el Valencia espera que lo haga después del partido de vuelta frente al PSG en París, programado para el miércoles 6 de marzo. A la vuelta de Francia, y con las Fallas de por medio, la entidad de Mestalla espera tener despejada la ecuación del banquillo antes de que acabe el mes de marzo. El técnico ha transmitido desde el primer día que está contento pero que tenía que pensar las cosas con tranquilidad. «Cuando hay una posible renovación, siempre depende de las dos partes. Si el club quiere que yo continúe en el equipo me lo dirá en su momento, y yo me lo tendré que pensar. Esto va de semana en semana y esperemos seguir en este punto de optimismo dentro de unos días. Eso significará que seguimos ganando. De eso ya hablaremos en su momento, si tenemos que hablar», fueron las palabras de Ernesto el pasado 15 de febrero. Y ocho días después, fue un poco más allá «porque teniendo en cuenta que hay cierto clima de inestabilidad alrededor del Valencia dijimos de dejarlo todo para más adelante. Y si es por un año o no tampoco me lo he planteado».
La situación, por lo tanto, es inversamente proporcional a la que vivió Emery durante sus años de convivencia con Llorente. El técnico es el que mandaba mensajes de premura, mientras que su presidente era partidario de parar el reloj y que pasara el tiempo. Pero el club no ha llegado a la conclusión de que Valverde merece tener encima de la mesa la posibilidad de renovar por una temporada, antes de que acabe la temporada, tan sólo por las buenas sensaciones. Sus números en Liga también le avalan. Cuando el extremeño cogió las riendas del equipo el Valencia estaba a seis puntos del descenso y a siete de la zona Champions. Algo menos de tres meses después está a un punto del Málaga, que es cuarto. Tras el empate del sábado en La Romareda, Valverde ha sumado 23 puntos en los 11 partidos en el banquillo valencianista en Liga, lo que da un promedio de 2,09 puntos por encuentro. Un registro que tan sólo es superado por los históricos cinco partidos de Voro, el delegado del equipo, en el tramo final de la temporada 2007-08. Aquellos 12 puntos, y el promedio de 2,4, salvaron al Valencia del descenso a Segunda, al cual se asomó el equipo de la mano de Koeman. Curiosamente, Ernesto ha congeniado a la perfección con el de L´Alcudia, hasta convertirse en uno de sus mayores apoyos dentro del un club que le quiere renovar.
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