El liderazgo de Banega, pese a estar lejos de su mejor nivel, y los goles de Jonas cubren el vacío que deja el delantero del Tottenham
JUAN CARLOS VALLDECABRES | .-
JUAN CARLOS VALLDECABRES | .-
Dos goles en la Premier y dos en la Europa League. Es el bagaje que lleva Roberto Soldado en los 598 minutos que acumula con la camiseta del Tottenham. Las mismas muescas suma ya Jonas este año (tres más que la temporada pasada a las mismas alturas). Las cuentas, de momento, le están saliendo bien en este sentido al Valencia, después de la inquietud que generó la salida de elementos del nivel de Soldado o Tino Costa.
Pánico había este verano a que el vacío del goleador causara una debacle monumental a un equipo que necesita gente con el peso del valenciano, quien dicho sea de paso ahora ve cómo Michu le birla la camiseta en la selección. Para evitar lamentos se planteó la necesidad de que otros futbolistas, como Éver Banega por ejemplo, dieran de una vez por todas el paso definitivo para tirar del equipo.
Echando un vistazo a la clasificación, y en lo que a goles marcados se refiere, el Valencia puede presumir de ser, junto con los líderes Barcelona y Atlético de Madrid, uno de los tres equipos de Primera División que han marcado al menos en una ocasión en las ocho jornadas que ya se han disputado de competición. Los valencianistas siempre han movido el marcador, si bien están lejos de las primeras posiciones en la tabla de máximos goleadores de la categoría, ya que hay siete equipos que han sumado más tantos y dos igualan también sus once dianas.
En una temporada que se presenta larga y cuesta arriba, van a llegar muchos momentos en que se vaya a echar en falta a Soldado (también su carácter); pero por ahora unos y otros han conseguido cubrir las posibles carencias. De eso se está beneficiando directamente Djukic, quien ha conseguido salir del bache en que se había metido el equipo exprimiendo la inspiración anotadora de Jonas, mientras espera también, como todos los aficionados valencianistas, que Banega explote.
Brillo apagado
Tanto se habló en pretemporada del juego de Banega que a la hora de la verdad y desde el primer minuto de Liga parece que el argentino se ha zambullido en un nivel de mediocridad preocupante. Aunque esa impresión, siendo certera, tiene un fondo tramposo. Banega no brilla como todos quieren (incluido el propio Djukic), pero sólo hay que echar un vistazo a las estadísticas para apreciar la importancia que irremediablemente el argentino tiene en este equipo. Sin Tino Costa todavía es más necesario, porque no hay otro futbolista en esta plantilla que tenga su trato con el balón.
Es, con diferencia, el hombre que más calidad aporta al equipo valencianista y por eso se ha puesto al frente prácticamente de todas las estadísticas, las buenas y también las negativas. En Liga, tal y como se especifica en el gráfico que acompaña a esta información, es quien más juega, el que más asistencias da, el que en más ocasiones ha salido desde el inicio y el que más faltas recibe. Y eso que no está del todo fino. Por encabezar, hasta lidera el apartado de tarjetas amarillas y el de pérdidas de balón, algo por otra parte bastante lógico tratándose de un centrocampista, obligado por tanto a arriesgar en los servicios.
Si a todo esto se le une el hecho de que a Banega no se le da tampoco tregua en su selección, pues entonces hay motivos suficientes para plantearse por parte del cuerpo técnico valencianista un estricto plan de vigilancia en cuanto a su trabajo. Una cosa es confiar en él y darle la dirección del equipo y otra pasarlo de rosca físicamente hasta acabar perdiéndolo. La pega es que Djukic ha encontrado la pócima metiendo al argentino junto al pivote y dando la mediapunta a Jonas.
Miedo a la fatiga muscular
Porque llevar a estas alturas más de 900 minutos de juego, entre los que ha sumado con el Valencia y con Argentina, invita a pensar que se corre el riesgo de que Éver pueda caer lesionado. Lo que les ha pasado a sus compañeros internacionales como Joao Pereira, Ricardo Costa y Hélder Postiga -los tres caídos por cansancio muscular- ha puesto en alerta en este sentido a los técnicos. Por eso Banega y Jonas descansaron el día del Kuban Krasnodar.
Ellos se han convertido ahora en dos piezas fundamentales para el Valencia. Gusten más o menos. Hace justo un año, a estas mismas alturas de campeonato, el Valencia de Pellegrino transitaba con muchas dudas y con Feghouli y Soldado (los dos con tres tantos) como puntales ofensivos importantes. Mientras el segundo trata ahora de engancharse a la Premier League, el primero intenta quitarse de encima la empanada que arrastra desde que se marchó a la Copa de África con la renovación de contrato en el bolsillo.
Mestalla no se lo perdona al argelino, a quien observa desconectado del grupo. Marcó el sábado con Argelia y quizá eso pueda ayudarle. Djukic ya le advirtió públicamente de que no quiere a gente que se desenganche, pero Feghouli ha encontrado en Fede un serio competidor.
Con Fede y Pabón fijos para Djukic, al argentino y al colombiano les falta estrenarse de cara a puerta. Mientras Jonas lo sepa arreglar no habrá problema, pero el brasileño no podrá igualar, por mucho que se esfuerce, los 30 goles que hizo Soldado el curso pasado. De momento, sin embargo, las cuentas salen. El equipo lleva once dianas en ocho jornadas, exactamente las mismas que atesoraba los dos anteriores años con el hoy delantero del Tottenham. Sólo hace tres campañas, en la primera de Soldado como blanquinegro, sumaba más: 13.
De momento Jonas acumula ya en los tres años que lleva aquí 45 dianas. Pese a no ser considerado nunca un '9' y tener un perfil inferior (ya ha dado casi por descartado ir con Brasil al Mundial), rinde al ritmo de 0,36 goles por partido. Es decir, en cada tres partidos enchufa uno. No está mal si Hélder Postiga -suma tres en su cuenta- le echa una mano, porque al fin y al cabo el '9' es el portugués salvo que Alcácer diga lo contrario.
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