La Fundación demuestra su posición de fuerza ante la junta directiva del Valencia por primera vez desde que se trasformó el club en SAD Llorente se rebeló cuando supo que tendría que rendir cuentas al máximo accionista
C. V. | VALENCIA..-
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Amadeo Salvo y su consejo de administración pasan hoy el primer examen serio desde que tomaron el mando del Valencia hace algo más de cuatro meses. Aunque la gran prueba de fuego la tendrán que pasar dentro de unas semanas cuando comparezcan ante los accionistas en la junta (la primera para ellos), este mediodía deben rendir cuentas de todo el trabajo hecho hasta la fecha ante un grupo bastante más reducido de examinadores.
Aurelio Martínez presidirá el 'tribunal' y le acompañarán en el mismo los miembros de la comisión ejecutiva de la Fundación (vicepresidentes y secretario). No se puede comparar desde luego este control con el de la Asamblea, no sólo en cuanto a magnitud sino también en lo que respecta al ánimo en el que se produce el cónclave. Valencia y Fundación no son lo mismo o sí -según situaciones y opiniones-, y teóricamente todos los pasos que ha dado Amadeo Salvo están dentro de los márgenes que estableció en su momento el patronato.
Pese a que el resultado del examen en sí va a quedar en una mera anécdota (Salvo parte ya con el 'notable' asegurado de antemano), la cita adquiere cierta relevancia por el hecho de que es la primera vez que un consejo de administración del Valencia, desde que el club se transformó en SAD, se somete a esta radiografía por parte del máximo accionista.
Hasta ahora y aunque el Valencia informaba siempre antes de las asambleas a la Fundación, en realidad no hacía otra cosa que cumplir un formalismo. El anterior consejo de administración dominó desde el primer minuto la escena y pocas sorpresas se esperaban de las reuniones de los patronatos.
Ahora la cosa ha cambiado sustancialmente. La Fundación quiere ejercer como máximo accionista y además se esfuerza en dar a conocer esa imagen de poder. Hay que tener en cuenta que las apariencias cuentan y mucho, porque Bankia y la Generalitat están en permanente estado de alerta.
Este encuentro entre patronos y consejeros sirve para cumplir el guión que en su momento expuso Federico Varona el mismo día de su nombramiento. Fue precisamente aquel discurso inicial el que tanto rechazo produjo en Manuel Llorente. Cuando el expresidente valencianista escuchó de boca de Varona aquello de que iba a ser el patronato el que «controlara» y el que «pidiera» cuentas y el que marcara las «directrices más importantes» a la directiva, se le revolvió de tal manera el estómago que, al poco, Llorente iba a coger los trastos y marcharse a casa.
Le siguieron entonces todos sus compañeros de directiva, no son antes presentar batalla. Quisieron meter en aquel momento a sus 14 patronos, un intento que ahora ha provocado que la Fundación vaya a modificar los estatutos para evitar que el Valencia tenga ese derecho. La directiva del club, por cierto, es partidaria de esta importante reforma y asume que sólo debe pertenecer a la Fundación el presidente.
Llorente no quiso permitir que la Fundación pudiera poner en entredicho en ningún momento su gestión y fue desde ese primer instante cuando comenzaron las hostilidades entre un grupo y otro. En privado se decían de todo y en público se esforzaban en poner buena cara.
Salvo, por ahora, cuenta con el respaldo por parte del patronato y aunque en un primer momento se estableció que esta comisión de seguimiento se reuniera cada tres meses aproximadamente, al final los acontecimientos y las agendas han provocado cierto retraso.
Lo curioso es que la cita será no en la sede de la Fundación, como se podría imaginar por ser quien ejerce el poder, sino en la misma sala de juntas del club donde, dicho sea de paso, celebraran un almuerzo. La foto ya está hecha de antemano: todos sonríen.
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