El patronato planea apartarse de la guerra entre Valencia y Bankia, y esperar a que le presenten la oferta definitiva
JUAN CARLOS VALLDECABRES | VALENCIA..-
JUAN CARLOS VALLDECABRES | VALENCIA..-
«Así no podemos seguir. O el Valencia y Bankia dejan las armas y admiten que lo mejor para todos es ponerse de acuerdo, o nos marchamos nosotros y que la Generalitat se coma sola este marrón». La enérgica versión de uno de los patronos más representativos era compartida ayer por la tarde por varios compañeros de la Fundación. La dimisión en bloque de los patronos de libre designación (sólo quedarían los institucionales y la plaza del presidente del club), además de poner en alerta a todos -incluida la Generalitat-, se ha convertido en una posibilidad real ante la falta de consenso entre las partes.
El deseo desde el primer momento de Aurelio Martínez siempre ha sido el de conseguir una fórmula consensuada que metiera en vereda el agitado proceso de venta del club. A pesar de su habitual prudencia, Martínez se ha llegado a pronunciar a favor de la propuesta de Peter Lim, algo que no ha pasado desapercibido en los diferentes actores que componen este serial.
Pese a ese intento de consensuar, el paso de los días y con las exigencias del Valencia y la negativa de Bankia a aceptar las reglas de juego, la gestora ha saltado por los aires a las primeras de cambio. Teóricamente ya no hay ese órgano que una los diferentes intereses y canalice las ofertas vinculantes. Desde ese momento, todo ha adquirido una velocidad de vértigo y, al mismo tiempo, ha provocado otro importante retraso en el calendario de actuaciones que se había previsto (el 24 de este mes se cerraba el plazo para presentar ofertas vinculantes).
Para esta tarde está convocada una intensa reunión del patronato y todos esperan que durante la mañana Aurelio Martínez aún sea capaz de hablar con unos y con otros y encontrar, además, la pócima ideal que complazca a todos. «Aurelio está tan cansado de todo esto que si decide marcharse lo entenderíamos perfectamente. Por supuesto nos iríamos con él», afirmaba un miembro de la comisión ejecutiva del patronato.
Aurelio tira de la amplia mayoría de los patronos y sólo algún caso puntual -por afinidad con Amadeo Salvo-, podría esquivar el sentimiento de cese que maneja el colectivo. Curiosamente, a la asamblea informativa que promovió Salvo en Mestalla sólo acudieron por parte del patronato Salvador Belda (vicepresidente primero) e Isabel Farinós. El resto prefirió mantenerse al margen y no aparecer por Mestalla, para evitar los efectos colaterales que pudieran derivarse de esa implicación.
La versión que transmitió ayer el presidente de la Fundación es que este miércoles ofrecerá a sus patronos todos los detalles de lo que ha sucedido y, además, planteará un nuevo escenario. Será posiblemente su última bala. La Fundación, designada globalmente hace unos meses por el Consell, planea retirarse de la primera línea de fuego y dejar que Valencia y Bankia presenten por su cuenta finalmente las ofertas que consideren más oportunas, reservándose el patronato la última palabra. Haría así uso del poder que le otorga el haber comprado el 70,4 % de las acciones de la sociedad.
Esto echaría por tierra toda la firmeza que desde el primer minuto exhibió la propia Fundación en su negativa a vender el club. El cambio de actitud ha sido brutal. Se ha pasado en un principio de no querer saber nada de la venta a situarse ahora, meses después, como juez de una operación que se da por algo más que encauzada. «Si no se aclaran entre ellos -en referencia al banco y al club-, lo único que podemos hacer es dar un paso atrás y que sean ellos los que, por su parte, nos presenten cada uno su oferta con nombres y apellidos, venga de quien venga, para que decidamos la más conveniente para el valencianismo».
Bankia no aceptará
Esa es la intención del patronato, la de reservarse la última palabra. Pero es evidente que Bankia no va a pasar por ese embudo y seguramente tampoco Amadeo Salvo, que ha exigido conocer las condiciones económica de los inversores, con nombres y apellidos, para poder utilizar al final el derecho de tanteo con la propuesta de Peter Lim.
Bankia siempre ha adecuado los tiempos a su conveniencia y de la misma forma que deslizaba públicamente algún realce a la unión de las partes (ha llegado a venir al despacho del conseller Moragues), realmente luego tensaba la cuerda en función de sus intereses.
Porque el banco nunca ha perdido de vista que es quien prestó el dinero y que lo que quiere cinco años después es recuperar la inversión. El aval del IVF, por cierto, todavía se encuentra en los despachos de los juzgados porque está suspendido cautelarmente su ejecución.
Siempre han creído Fundación y Valencia que el banco ya tiene un comprador cerrado y que lo único que pretende, en connivencia con el Consell, es dotar al proceso de una capa de aparente respaldo social. No quiere que el futuro inversor aterrice en un ambiente hostil.
Al banco, de cualquier manera, le queda desde el primer día la vía de la ejecución de la prenda (las acciones). A día de hoy, la Fundación es la única que ha incumplido sus pagos con la entidad financiera y el proceso podría ponerse en marcha cuando así lo decidiera. El Valencia, por su parte, todavía mantiene en el aire esos 220 millones de euros.
En la Fundación, además, se está bastante molesto con la actitud de la Generalitat, pese a que tras la última vez que se vieron el conseller Moragues, Salvo y Martínez, todo fueron buenas sensaciones, al menos eso es lo que se transmitió públicamente.
Ataque al Consell
La realidad sigue siendo mucho más difusa y en eso se coincide con el mensaje de advertencia que hizo Salvo hacia el Consell, si bien la argumentación de los patronos tiene sus propios matices. «Unos y otros están cambiando las reglas de juego cuando les viene en gana pero la Generalitat continúa escabulléndose. Lo que tiene que hacer es asumir el marrón que ellos crearon el día que avalaron el préstamo de Bancaja. Ellos contribuyeron a crear el problema y ahora pretenden lavarse las manos y que nosotros nos apañemos. Lleva mucho tiempo defraudándonos con su actitud», afirman desde el patronato. En el Consell se observa con cierto recelo esta actitud un tanto agresiva.
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