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sábado, 8 de febrero de 2014

La verdad sobre el 'caso Otamendi'

HÉCTOR GÓMEZ / JUAN CARLOS ALARCÓN. HOY El Valencia trabajó su fichaje a principios del mes de enero pero el Oporto pedía 22 millones. Ayala ha sido clave en la operación para convencerlo de jugar en el Valencia




VALENCIA. 
La llegada de Nicolás Otamendi al Valencia ha estado seguida de una corriente de especulación y de opinión en torno a su fichaje y a la forma en el que se ha realizado. Lo cierto es que el Valencia ha conseguido cerrar la contratación del internacional argentino por doce millones, cuando el pasado seis de enero el Oporto le demandó 22 a los valencianistas por el argentino.
El día de reyes fue el primer día que el Valencia se puso en contacto con el Oporto para pedir precio por el traspaso de Otamendi. El nombre del defensor sudamericano fue sugerido por Roberto Fabián Ayala, que tras cerrar junto a Rufete el fichaje de Juan Antonio Pizzi, se puso a trabajar en la búsqueda de un central que aumentará el nivel del equipo.
El nuevo secretario técnico tenía el conocimiento de que el internacional argentino estaba totalmente enfrentado a su técnico, Paulo Fonseca. Este había comunicado a Otamendi que no iba a jugar más. Ante esa situación, Ayala habló con el futbolista y le convenció para sumarse al nuevo proyecto valencianista junto a Rufete. El excentral del Valencia le contó su experiencia en Valencia y le manifiestó la intención de hacer, junto a Salvo y Rufete, un Valencia que vuelva a pelear por grandes cosas.
Ayala consiguió convencer al argentino y este dio su ok a la operación. Fue entonces cuando el club de Mestalla contactó con Pinto da Costa, presidente del Oporto, el seis de enero. El presidente del Oporto pidió 22 millones de euros por el central. La entidad valencianista consideró ese precio desorbitado y decidió esperar. Los blanquinegros eran conocedores desde la primera toma de contacto de la condición de extracomunitario del central. Además, sabían que no podía jugar la Europa League. Esos dos aspectos hicieron que el club de Mestalla aparcara la operación ya que el club tenía decidido centrarse en la competición europea y en la Copa -donde a principios de enero aún seguía vivo-.
El Valencia cerró a mediados de enero un acuerdo con el Otamendi -su ficha será inferior a la de Ricardo Costa- y pretendió aguantar hasta los últimos días de mercado, sabiendo que el Oporto tendría que ceder en su petición. En las oficinas valencianistas estaban convencidos de que terminarían fichando al futbolista ya que ambos clubes estaban condenados a entenderse, ya que el club luso quería deshacerse del jugador argentino y el central únicamente quería jugar en el Valencia.
El día 30 de enero,  una vez que Pinto da Costa no había podido traspasar al jugador a ningún club, el portugués se puso en contacto con el Valencia para ofrecerle al jugador por quince millones de euros. La entidad valencianista vio en ese momento la postura de debilidad del Oporto y se decidio que era cuando había opción real de firmar al futbolista y se lanzó a por su fichaje descartando una cesión que también ofreció Da Costa.
Durante el día 31 los clubes negociaron a contrarreloj pero finalmente no se llegó a un acuerdo y ambos clubes se emplazaron para cerrar el acuerdo durante la semana. La intención era cerrar el traspaso y posteriormente ceder al jugador a otro equipo para que disputará los próximos meses de competición. El problema apareció cuando el Oporto no inscribió al jugador en la Europa League (como es lógico porque iba a salir) y el asunto saltó a la prensa. El club portugués filtró a la prensa lusa que el jugador era del Valencia, y a pesar de que no existía un acuerdo entre clubes, si había voluntad por todas las partes de cerrar la operación.
Cuando la negociación se hizo pública, Amadeo Salvo se desplazó a Oporto para negociar personalmente con Pinto da Costa y cerrar un acuerdo lo más rápido posible, para que dejarán de generarse las dudas entre la afición valencianista. El presidente blanquinegro llegó a la ciudad lusa con una propuesta de 12 millones de euros, algo que el máximo mandatario portugués se negó a aceptar, argumentando que no podía vender diez millones más barato a un jugador tan solo un mes después de haber pedido 22.
Las negociaciones se alargaron durante dos días, mientras ambos presidentes limaron asperezas hasta llegar a un punto de encuentro en doce millones -la cantidad que ofrecía el Valencia- más tres en variables -para llegar a quince que quería el Oporto-. Dichas variables son en función de partidos -liga, copa y Champions- pero que en principio, deben ser cumplidas por Otamendi. Eso si, el Valencia no pagará más de un millón de euros por año, ya que es el máximo fijado entre clubes.
El jugador será propiedad del Valencia a partir del uno de julio y para las próximas cinco temporadas. El club consigue un refuerzo que se había propuesto desde el inicio del mercado invernal, aunque llegará para la próxima temporada. Ahora, el jugador jugará cedido hasta junio en el Atlético Mineiro de Brasil.

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